Si no sabes lo que significa "némesis", o crees saberlo, espera a ver la película que redefinió el género criminal. Allá por el año 2000, Guy Ritchie, artífice de joyas como 'RocknRolla' o 'Sherlock Holmes', y arrasando actualmente en Netflix con su serie llena de testosterona 'The Gentlemen', se casó con la reina del pop en un matrimonio que duraría ocho años. Precisamente por ello, Madonna se animó a incluir un tema en la película que estaba cocinando su pareja. 'Snatch', en su título original, fue el segundo largometraje de Ritchie, cineasta que ya es sinónimo de diversión al igual que otros como Matthew Vaughn, productor de la cinta que cumplió uno de los deseos de Brad Pitt.

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Cuando el actor estadounidense se acercó a Guy Ritchie, ya era una cara muy conocida por su trabajo en películas como 'Entrevista con el vampiro' (N. Jordan, 1994) o 'Seven' (D. Fincher, 1995). Sin embargo, la fama no fue un impedimento para que Brad Pitt le pidiese un papel en su película, ya que era un gran admirador de 'Lock and stock' (1998) y se moría por trabajar con él. Para su segundo trabajo, Ritchie volvería a introducir los temas, estética e incluso actores que hicieron de aquella ópera prima un auténtico festín de acción. Y volvió a funcionar. Eso sí, cuando el cineasta le dijo al actor que interpretaría a un boxeador, Pitt se preocupó. Resulta que, como acababa de rodar 'El club de la lucha' (D. Fincher, 1999), no quería encasillarse en ese tipo de papel. Menos mal que finalmente aceptó, porque el resultado fue una de las mejores películas de Brad Pitt.

'snatch' movie stills
Daniel Smith//Getty Images

La trama se resume en un ladrón con un objetivo: llevarle un diamante a su jefe. Durante su travesía hace una parada en Londres, donde es persuadido para apostar en un combate ilegal de boxeo antes de descubrir el engaño que unos prestamistas le tenían preparado. En 'Snatch', el reparto coral se bate en duelo en un delirante y violento ejercicio de acción, con grandes dosis del humor negro que tanto han masterizado cineastas como Quentin Tarantino o Danny Boyle. Además de la dirección, Guy Ritchie firma el guion (¡y un cameo!) de una historia protagonizada por diamantes, cacos, matones a sueldo y un nómada irlandés bordado por Brad Pitt. Junto a él, Benicio del Toro, Jason Statham, Stephen Graham, Alan Ford, Dennis Farina o un perrete con antojos peculiares se reúnen en este baño de sangre.

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Brad Pitt

El estreno de 'Snatch' fue un pepinazo en taquilla, ampliamente considerado como el mejor trabajo (o uno de ellos) de Guy Ritchie. El carácter y el discurso indescifrable de Brad Pitt resultó en un personaje complejo, que no sólo no podía ser entendido por el público sino que tampoco podía ser entendido por los propios personajes de la película. Además de los acentos, un aspecto decisivo de la historia sucede en la comedia oscura, mezclada con ingredientes tan eficaces como los diálogos rápidos y un interesantísimo estudio de personajes. La banda sonora fue grabada por diferentes músicos conforme a las instrucciones de Ritchie, que contó con lo mejor de la escena musical inglesa. Además de Madonna, la cinta corre al ritmo de bandas como Massive Attack u Oasis.

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"Aunque no es tan brillante como su predecesora, 'Snatch' sigue siendo una diversión letal", comentaba Kenneth Turan en su crítica para Los Angeles Times. Sin duda, la atmósfera macarra y cañera sirve como puente férreo entre crímenes y carcajadas. Por cosas como esta, "Ritchie posee algo por derecho propio: una arriesgada energía que se abre paso entre los tópicos del género criminal", decía Peter Travers en un artículo de Rolling Stone. En 2017, el éxito de la película convirtió aquellos 99 minutos iniciales en dos temporadas de la serie homónima encabezada por Rupert Grint, a la que más tarde se unieron españoles como Úrsula Corberó, Tristán Ulloa o Fran Perea.

'Snatch' está disponible en el catálogo de Netflix hasta el día 30 de abril.

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    María Juesas

    Atrapada entre la música y el cine, desde Vigo llegó a Madrid para estudiar Periodismo y Comunicación Audiovisual en la Universidad Carlos III. Cuenta la leyenda que prefería saltarse clases para ir a algún estreno aunque, si se lo preguntas, lo negará. 

    Llegó a la redacción de Fotogramas como becaria en prácticas, después de adentrarse en el periodismo musical y de cine colaborando en medios como la revista Milana. Ha entrevistado a personalidades como Jonás Trueba o Irene Escolar y su bien más preciado es una púa de guitarra. Vive enamorada de Phoebe Waller-Bridge y Nora Ephron. Si no la encuentras, es que estará viendo alguna película de Kurosawa. Da igual cuándo leas esto.