Las 15 mejores películas sobre ladrones y grandes robos

Netflix reunió a tres de las estrellas más rutilantes del momento en una película que sobre todo aboga por el lucimiento de sus tres protagonistas. Por un lado tenemos al agente de la ley, The Rock, a un brillante estafador pillado por este último, Ryan Reynolds, y a la mejor ladrona del mundo, una Gal Gadot que se lo pone muy difícil a ambos.

Mucho más que la cinta de la que es precuela, 'El ejército de los muertos', hablamos de un homenaje a total a una figura fundamental en todo robo, el que abre las cajas fuertes. La película convierte en un baile operístico el reto del personaje de Matthias Schweighöfer de descifrar los enigmas de estas obras de arte de metal. Mientras, la ladrona que encarna Nathalie Emmanuel demuestra ser mucho más que la mejor pickpocket del mundo.

Aunque muchos encuadrarían esta trilogía en el cine de atracos puro y duro, lo cierto es que la elegancia, el cálculo y la limpieza de los planes de esta banda de ladrones con placa en el paseo de la fama de Hollywood tiene que contar como guante blanco. Lo suyo son los casinos, e insisten a lo largo de una trilogía menos irregular de lo que cabría esperar. Lo importante es que Clooney, Pitt y compañía nos volvieron a recordar como se robaba a lo alfombra roja.

Aquí más que de guante blanco deberíamos hablar de péndulo. Woody Allen y Helen Hunt interpretan a dos compañeros de trabajo que, de primeras, no se llevan nada bien, pero que se ven envueltos en un robo tras un espectáculo de magia con sesión de hipnosis incluida. Comedia inteligente y puro homenaje a las screwball comedies del Hollywood clásico de un Allen que construye el método de robo más original de la lista.

Cuando nos hablan de cine de estafadores no podemos sino pensar en los admirados rostros de ojos azules de Paul Newman y Robert Redford, pero si lo pensamos un poco mejor, tampoco se nos ocurren dos ladrones más inteligentes y calculadores en toda la lista, de esos que engañan hasta al espectador.

Woody Allen debutó como director en esta maravillosa comedia pura sobre un chico destinado a la delincuencia, el problema es que no se le da nada bien (al contrario que sus compañeros de lista). Escenas como la del atraco en el que la cajera no entiende su letra o la que vemos en la imagen son puro oro de alguien que conoce muy bien los recovecos y lugares comunes del crimen en el cine, y además tiene la inteligencia suficiente para darles la vuelta con maestría.

El siempre intenso Norman Jewison ('En el calor de la noche') se atrevió a juntar dinamita en pantalla y fuera de ella a través de la explosiva pareja que forman dos personalidades como Steve McQueen y Faye Dunaway. Él es un millonario aburrido que ha decidido organizar un robo perfecto, ella la investigadora que sospecha de él. Lo de la seducción entre ambos es el valor añadido.

Como Grace Kelly, Audrey Hepburn también tuvo su papel en una película de elegantes robos, solo que aquí la trama se enrevesa. Junto a Peter O'Toole como experto ladrón, su objetivo es robar un cuadro del Museo del Louvre, pero solo porque es una falsificación de su padre y no quiere que se descubra todo el pastel.

Entre carcajadas y apreciables secuelas (solo las de Peter Sellers), nos olvidamos que todo esto empezó en pantalla grande con el gran David Niven robando un diamante ante los despistes del pobre Inspector Clouseau. Pero es que el impecable ladrón de Niven no solo roba diamantes ante el desastroso agente de la ley, sino que hace lo propio con su mujer, encarnada por Capucine (sí, así se llamaba).

Puede que el protagonista de esta película no encaje en eso de los elegantes robos millonarios, pero nadie ha filmado tan bien como Bresson el arte de robar, aunque sea en el metro o en una cola del banco, y solo una simple cartera. Los movimientos, las miradas, el momentos justo... Todo está, y más elegante que nunca, en esta obra maestra del francés.

Su título español siempre nos ha hecho pensar que se trata de una respuesta cómica a 'Rififí' y, aunque la podemos entender así, no olvidemos que la enorme comedia italiana que protagonizaron Gassman y Mastroianni se titula originalmente 'I Soliti Ignoti'. Aquí volvemos sobre los lugares comunes del golpe maestro "que no puede salir mal", solo que efectuado bajo la influencia del neorrealismo italiano, y por tanto, desgraciadas, y todo sale mal. Claro que siempre nos quedarán las lentejas.

Alfred Hitchcock convirtió a Cary Grant en el ladrón más elegante de la historia de la gran pantalla, y eso que lo hizo contando su vida retirado del crimen, pero teniendo que descubrir a un imitador. Por el camino se encuentre a una joya por la que cumplir cadena perpetua encantado, una Grace Kelly que nunca ha estado más exultantemente bella.

Puede que la trilogía de 'Ocean's', de Soderbergh, o 'Atraco perfecto', de Kubrik, nos hayan hecho olvidar que la película de Dassin es la reina del género de robos, atracos, ladrones y todos los matices que queramos añadirle. La historia es tan simple como efectiva, tras salir de la cárcel y sin nada más que ver a su novia en las manos de un gánsgter como premio, el protagonista se propondrá atracar la joyería más protegida de París con sus viejos compinches. El detalle y la tensión del proceso son los maestros insuperables de todo lo que vino y vendrá después.

Si decimos que es una de las mejores comedias de Lubitsch, también decimos, en consecuencia, que es una de las mejores películas de la historia del cine. La trama no puede ser más original y cuenta la historia de dos ladrones de guante blanco que, tras cruzar golpes se descubren y deciden trabajar juntos. Su relación laboral y sentimental se verá puesta a prueba frente a su próxima y bella víctima. Los celos y la seducción son el arte del ladrón en esta cinta de enredos amorosos que se expresan a través de hurtos.

Si hubiese existido la televisión cuando Feuillade estrenó su obra magna, probablemente la llamaríamos serie, pero es que el concepto todavía estaba lejos de existir. Este mítico serial cinematográfico suele llevar a equívoco por su título, pero 'Los vampiros' no es más que el nombre de la organización criminal que tiene patas arriba a todo Paris. Si hay una figura del ladrón en el cine que merezca la pena recordar es la de Musidora con su máscara y traje negro.