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La Movida madrileña: cuando España dio el salto del blanco y negro al color

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Alaska, durante una actuación en el programa 'La edad de oro'
Alaska, durante una actuación en el programa 'La edad de oro'

Cuando se habla de la Movida madrileña hay coincidencia en señalar la fecha del 9 de febrero de 1980, ahora hace 40 años, como el punto de partida de este movimiento cultural, que sobresalió en la música pero también en el cine, el cómic, la fotografía y el diseño y que dominó en la España de los años 80.

Ese día, un grupo de jóvenes se reunieron en la Escuela de Caminos de Madrid para asistir a un concierto de varias bandas que rindieron homenaje al músico José Enrique Cano Leal, alias 'Canito'.

El batería de Tos -grupo que enseguida pasaría a llamarse Los Secretos- había fallecido en un accidente de automóvil en 1 de enero de 1980 y sus compañeros decidieron movilizar a otros músicos de su generación para un concierto multitudinario que ha pasado a la historia sobre todo por su valor simbólico.

Sin duda, en esta circunstancia fue esencial que TVE decidiera grabar el concierto y emitirlo unas semanas después en el espacio musical 'Popgrama', que presentaban Carlos Tena y Diego Manrique. Este último, en la presentación del espacio, tuvo la visión de afirmar que lo que se disponían a ver los espectadores era un "relevo generacional en el rock español, la emergencia de una nueva forma de entender el rock". Proféticas palabras que en pocos meses se convirtieron en realidad.

Los propios Tos -que interpretaron una primeriza versión de "Déjame", el tema que consagraría a Los Secretos-, Nacha Pop, Alaska y Los Pegamoides, Mamá, Paraíso, Mermelada, Trastos, Los Bólidos y Mario Tenia y Los Solitarios fueron los grupos que formaron el cartel de este Homenaje a Canito.

La mayoría eran prácticamente desconocidos en ese momento pero meses después algunos de ellos encabezaron un movimiento imparable que llenó de modernidad las calles de Madrid primero y del resto de España poco después.

Del 'underground' al punk

Es cierto que la Movida no surgió por generación espontánea. Desde los años finales del franquismo pero, sobre todo, tras la muerte del dictador, comenzaron a proliferar las bandas de rock, más apegadas al llamado underground, con la aparición de grupos como Asfalto, Leño, Bloque y otros posteriores como Burning o Tequila -con algunas diferencias estilísticas- que se asociaron a lo que se llamó 'el rollo'. La influencia francesa que había predominado entre los jóvenes 'progres' enfrentados al franquismo cedió ante un mayor peso de los ritmos anglosajones.

Pero la ruptura llegó con la aparición primero del punk en 1976 y un par de años después de la new wave, tendencias que calaron de pleno en una generación algo más joven, muchos de ellos miembros de la clase media-alta que se dejaron seducir por bandas como Los Ramones, Sex Pistols, Police, The Clash y otros, sin olvidar la importancia del glam-rock que lideraban David Bowie y Marc Bolan. La España en blanco y negro de los 70 daba un salto al color sin vuelta atrás.

Siguiendo la máxima del punk de que no era necesario saber tocar un instrumento para lanzarse a hacer música, empezaron a surgir bandas como Kaka de Luxe, Ejecutivos Agresivos, Mamá, Nacha Pop, Paraíso o los citados Tos que, pese a su bisoñez, llamaron la atención del público y también de las discográficas.

En ello fue fundamental la labor difusora de la radio madrileña, con emisoras como Onda 2, Radio Juventud, Radio Popular FM o la recién nacida Radio 3 y locutores como Jesús Ordovás, Rafael Abitbol o Diego Manrique que ayudaron a difundir las primeras maquetas de estas bandas emergentes.

En aquellos tiempos de la movida había un programa en Radio Popular FM llamado Disco Grande con Julio Ruiz, espacio que pasó a formar parte de la parrilla de Radio 3 desde sus inicios y que en marzo cumplirá 49 años en antena.  Ruiz recibió por esta labor el Premio Ondas en 2013. "Allí rodaban las primeras grabaciones de muchas de esas bandas que luego fueron famosas y otras que se quedaron por el camino", recuerda nuestro compañero.

Pero efectivamente fue tras la emisión en TVE del Homenaje a Canito cuando se desató la locura. En los meses siguientes, muchos de aquellos grupos consiguieron publicar sus primeros discos y canciones como "Déjame" (Los Secretos), "Chica de ayer" (Nacha Pop), "Enamorado de la moda juvenil" (Radio Futura), "Groenlandia" (Zombies) o "Chicas de colegio" (Mamá) se convirtieron en éxitos inmediatos.

Símbolo de la modernidad

La 'Movida', como empezó a ser conocida esta corriente, hizo que medio mundo girara la vista hacia Madrid, la capital de un país que apenas unos años antes vivía en plena dictadura y que era ahora un símbolo de la modernidad, lo que le valió también el apoyo y el favor de un Partido Socialista que acaparaba el poder territorial en ese momento.

A nadie se le puede olvidar la proclama del entonces alcalde de Madrid Enrique Tierno Galván ("Rockeros, el que no esté colocado, que se coloque... ¡y al loro!") durante la inauguración de la Fiesta del Estudiante y la Radio en 1984, una frase que mostraba la complicidad entre la política y un movimiento que significaba un barniz de renovación en la caduca imagen del país.

Tercera Gran Fiesta del Estudiante y la Radio - Minibando de Enrique Tierno Galván, alcalde de Madrid

Además, el movimiento trascendió la música y alcanzó otros géneros artísticos. Por ejemplo el cine, un terreno donde sobresalió especialmente Pedro Almodóvar -quien incluso hizo sus pinitos musicales con el dúo Almodóvar y McNamara- pero también otros autores como Fernando Trueba, Iván Zulueta o Fernando Colomo.

Pero también la fotografía (Alberto García-Alix), el cómic (Ceesepé, El Hortelano), la pintura (los Costus), la literatura (Luis Antonio de Villena) o la moda (Ágata Ruiz de la Prada).

Aunque fue en la música donde la eclosión fue imparable a lo largo de los 80. A los ya citados se sumaron otros como Parálisis Permanente, Aviador Dro, Los Nikis, Los Elegantes, Glutamato Ye-Ye, Gabinete Caligari, Los Pistones, Derribos Arias o Clavel y Jazmín, que pudieron grabar sus discos gracias a la proliferación de los sellos independientes como DRO, Tres Cipreses, Twins, GASA o Nuevos Medios y ofrecer sus conciertos en salas como El Sol, El Penta o Rock Ola.

Además, la Movida pronto se nacionalizó y llegó a los distintos puntos de España, permitiendo la aparición de bandas procedentes de Galicia (Siniestro Total, Golpes Bajos, Os Resentidos), Asturias (Ilegales), País Vasco (La Dama se esconde), Cataluña (Loquillo y los Trogloditas, Los Rebeldes, El Último de la Fila), Valencia (Seguridad Social) o Andalucía (Danza Invisible, 091), conformando un movimiento sólido con epicentro en la capital pero con resonancia en todos los rincones del país.

En esa labor fue esencial la atención que los programas musicales de TVE (Popgrama, Musical Express, Aplauso o Tocata) prestaron al movimiento, especialmente La edad de oro, un espacio de vanguardia presentado por Paloma Chamorro en el que los artistas de la Movida fueron protagonistas de primer orden.

Declive e influencia

Pero mediada la década de los 80 comenzó el declive. Aunque algunos de los grupos de la Movida gozaron de cierto éxito comercial, como Radio Futura, Alaska y Dinarama o Gabinete Caligari, el verdadero fruto lo recogieron otros artistas como Mecano, La Unión, Hombres G o Duncan Dhu, compañeros de generación pero con tendencias más comerciales que les hicieron vender cientos de miles de discos.

Además, la droga -sobre todo la heroína- castigó de manera muy dura a algunos de los músicos de aquella hornada, lo que propició que sus carreras fueran muy irregulares. A finales de la década de los 80 muy pocos de aquellos grupos seguían en activo y los que lo siguieron se sumieron con la entrada de la década de los 90 en un declive creativo muy importante.

Hoy muchos de los protagonistas de aquella locura juvenil han muerto (Eduardo Benavente, Bernardo Bonezzi, Enrique Urquijo, Antonio Vega, Carlos García Berlanga, Enrique Sierra, Germán Coppini, Poch, los Costus, la propia Paloma Chamorro...) y los supervivientes, convertidos ya en clásicos, se mantienen gracias a un pasado que, en muchos casos, les sigue reportando buenos réditos.

Porque lo cierto es que la Movida nunca ha terminado de pasar de moda y, periódicamente, los nuevos grupos vuelven sus ojos a aquellos jóvenes un tanto inconscientes que, sin grandes nociones de música pero mucha voluntad y ganas de sobresalir, transformaron el tono gris de la España de la Transición en una colorida vanguardia.