La modista (The Dressmaker)

Jocelyn Moorhouse llevaba casi 20 años sin dirigir, esta es su cuarta película, y es que parece que se toma su tiempo para filmar. En sus anteriores películas, no ha logrado lograr los apoyos para alzarse de una vez como referente, aunque una parte de su público está más que satisfecho, ya que ella hace el cine que le gusta y no el que vende. por ello todas sus películas tienen ese aire tan característico.

La modista, paso por cartelera sin pena ni gloria, ni teniendo a Kate logró hacerse con su hueco semanal ya que es una película, que sólo podrá atraer al espectador más arriesgado y al que busca algo fuera de lo común.

SI estás en algunos de los dos grupas estas de suerte, ya que La modista es una gran sorpresa. Con un guión tan sutil como descabellado la película se abre camino a golpes de tragicomedia, con un argumento con mucha fuerza que nos va abriendo temas muy profundos pero que son tratados de una forma tan irreal en algunas ocasiones que nos puede dejar desubicados.

En su primera parte la historia nos deja un sin fin de buenos momentos, es su inicio la parte más cómica de ella, la cuál vemos el gran talento de su protagonista, Kate la cuál luce por sí sola. Según vamos avanzando la trama se entremezcla entre la comedia negra, con lo trágico y lo emocional. Un convoy de géneros bien engranados que nos hacen pasar un buen rato.

Su puesta en escena como su vestuario, banda sonora y para técnica es otro de los alicientes para dejarse llevar en este viaje en el tiempo. Un vestuario sensacional, que acompaña a las mil maravillas con el enclave.

Como ya hemos dicho, Kate hace un gran trabajo que junto a Judy es uno de los mejores dúos del año. Por otro lado Liam no consigue estar al mismo nivel que el resto pero aún así tiene un pase.

En su parte negativa, tenemos ese halo que flota en el ambiente de película desconcertante, no siempre nos satisface algunas de las situaciones, juega demasiado con el glamour ( que aun siendo su mejor baza ) en ciertos momentos también logra sacarnos un poco del juego.

Como conclusión podemos decir que estamos ante una de las sorpresas de este año, una película que no ha levantado mucho ruido, pero que rebosa, ingenio, frescura, creatividad y calidad.

Lo mejor: Su osadía en mezclar tantos géneros y quedar bien
Lo peor: Es un pelín rara
Recomendada : SI

@cineypunto

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Lo mejor que pude ver en esta película, es que en su humor negro marcado, va dejando ciertos tientes de locura y a mi parecer es de agradecer que una película actual, te muestre algún estilo original en función de ligar géneros.
Su fotografía, excelente como siempre los Australianos destacando su país.

Hacía tiempo que no salía de una sala de cine con la extraña sensación de haber visionado una obra a medias loca y la otra parte interesante. La modista es una película muy original en su temática, en sus personajes e incluso en su desarrollo y desenlace final.

La directora australiana Jocelyn Moorhouse regresa tras casi veinte años de sequía, haciendo un trabajo arrollador y sin freno con esta película, a la que sabe dotar de ritmo narrativo y un interés, fruto de su hibridación de géneros y de su sencilla trama cuyo objetivo último, preciso y puntual es la venganza.

El guión de la misma Moorhouse resulta de la adaptación de la novela con la que debutó la dramaturga y novelista Rosalie Ham en el terreno de la novela, The Dressmaker, 2000. El libreto está muy bien escrito, dibuja estupendamente a los personajes, tiene diálogos interesantes y posee un atractivo innegable que hace que te intereses por la película a los pocos minutos de comenzar la proyección.

Excelente música que hace recordar la sonoridad del western, de David Hirschfelder, con juegos de sonido. Magnífica y refulgente fotografía de Donald McAlpine, con grandes angulares que deforman los rostros, con digresiones, contrastes de colores y diseño gráfico.

El reparto está compuesto por un grupo de actores carismáticos escogidos entre lo más granado del cine australiano emigrado a Hollywood. Destacan una excelente Kate Winslet que despliega su fuerza y su saber interpretando a la modista Tilly Dunnage, que es el vértice principal y el soporte de este relato atrabiliario. La ya anciana Judy Davis hace un enorme papel como sufrida madre de la protagonista, una mujer infligida tanto por la separación de su hija, como por su entorno que ha puesto su empeño en coronarla como “la loca del pueblo”. El tercer mejor entre los actores es para mí Hugo Weavingel, interpretación muy divertida y alocada del entrañable sargento Farrat, un policía que se traviste en secreto. Y Liam Hermsworth cumple y pone el físico y su rostro que atrae a la cámara, lo cual no es poco.

La película, al comienzo, con la llegada de una Tilly elegante y retadora al desolado y polvoriento pueblo, con una música singular y otros detalles que podréis ver, parece uno de esos western almerienses. Es un pueblo de gente rara, a veces con tintes surrealistas en su composición.

La película da constantes virajes y pasa por registros muy diferentes: el drama familiar, la sátira, el melodrama romántico, cuarto y mitad de comedia sórdida con algo de noir, y toques delirantes en una trama que en ocasiones parece que desvaría. La impresión que da, y este es uno de sus atractivos, es que no se adivina a donde pretende ir, cómo va a ser el arreglo de las cuentas con el pasado o por dónde saldrá la soterrada hipocresía en torno a un antiguo accidente infantil oculto por el pueblo en su conjunto. Entonces, yo al menos, lo que hice fue disponerme a disfrutar del film diciéndome: che sará, sará.

Yo creo que el amante al cine ha de estar abierto a nuevos productos, opciones no vistas antes, obras asombrosas y con aires nuevos, por más que rocen la vesania. Algunos se fijarán más en el glamour del film, otros en su encanto, en sus fallas, en su elegancia, en su maldad… ¡qué más da! Al ser una película tan peculiar, lo que aseguro es que al buen aficionado no lo dejará indiferente.

Pero que muy curioso film australiano, que mezcla quizás de forma irregular, pero muy atractiva, diversos géneros. Desde el drama a la comedia, pasando por situaciones y música (maravillosa) propias del westen, y cine puro de thriller vengativo. Amén de un punto erótico en la figura de una carnosa y apetitosa Kate Winslet, que siempre me ha gustado mucho físicamente.
Es quizás algo más larga de lo que hubiera sido menester, pero entretiene siempre y tiene momentos maravillosos.
Aspectos técnicos como la soberbia fotografía y ambientación son de recibo, con magnífico trabajo de ambientación sobre todo en elementos como vestuario y peluquería.
Pero son las excelentes interpretaciones que hacen que los personajes resulten entrañables, cada uno/a con su locura, peculiaridad y/o malsano secreto.
Todas las miserias de las gentes de un pueblucho perdido en la inmensidad de Australia, salen a flote y estallan a la llegada de una atractiva mujer que busca venganza pero de una forma concreta, a fuego lento.
A mi me ha gustado mucho, aunque sé que las críticas en su día fueron contrapuestas y generó un poco de polémica en algunos aspectos. No sé, igual alguien se sintió reflejado en algún personaje concreto...

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Tilly Dunnage (Kate Winslet), es una famosa y reconocida modista que regresa a su pueblo natal de Dungatar para vengarse de los que la echaron del pueblo años atrás, en su infancia. Para llevar a cabo tal fin, debe convivir con su madre enferma y la difícil relación que hay entre ellas.

Kate Winslet debido a su talento realiza una genial interpretación donde no solo interpreta con su voz y sus gestos sino también a través de su cuerpo y su vestuario. Liam Hemsworth, hace un papel aceptable. Juntos crean magia.

Me ha encantado. Todo. El vestuario, la historia, el desenlace, el fondo y critica de la película que pasa desapercibida pero que de trasfondo te da una “guanta con la mano abierta” como diría mi abuelo. Divertida y dramática a la vez, usa un humor bastante inteligente para que no caiga en ser una película tonta. Sinceramente es una genialidad a la par de original.

Feminismo. Sí. Es una película feminista, habla de la mujer, del patriarcado que los hombres de aquellos años ejercían sobre las mujeres (sin caer en estupideces) habla sobre el maltrato físico y psicológico, habla de la anulación y todo esto con humor mucho humor y con mucho respecto empoderando a la mujer a través de la moda. Aunque con la retahíla de “Aunque la mona se vista de seda mona se queda” y no se refiere al exterior, se refiere al interior.

Está basada en los años 50, por eso el tema del vestuario es importante y emocionante.
Hay dos escenas que me han encantado especialmente y las comentare más abajo en el apartado de Spoiler.

LO MEJOR: El vestuario y el desenlace.