¿Qué pasa cuando se fusiona parte de la narrativa de Misión Imposible y elementos visuales de 007? Sale como resultado Agente Stone, la nueva película de Tom Harper, protagonizada por Gal Gadot, la cual reúne acción desenfrenada con buena hechura visual, una trama sobre la disputa de tecnología peligrosa y giros inesperados en la historia.  

“El corazón” o “The Heart” es un poderoso y peligroso artefacto capaz de hackear cualquier dispositivo electrónico en el mundo, por lo que tanto las corporaciones gubernamentales como grandes grupos delictivos quieren tenerlo en sus manos. Rachel Stone (Gal Gadot) es la principal encargada de resguardar el artefacto, sin embargo, es una doble agente: por un lado trabaja con el MI6, pero en realidad pertenece a una organización que busca mantener la paz llamada Charter.  Sin embargo, al parecer ella no es la única que tiene una doble identidad y en el camino debe cuidarse hasta de las personas en quienes más confía. 

El director Tom Harper (Wild Rose), junto a los guionistas Greg Rucka (La vieja guardia) y Allison Schroeder (Talentos ocultos), propone una cinta repetitiva en cuanto al planteamiento de la narrativa: agentes en busca de un dispositivo capaz de poner en aprietos al mundo. Este clásico MacGuffin sigue vigente como forma de causar intriga en el espectador y en Agente Stone está intacto, pero gracias a los giros en la trama es que la película resulta ser más entretenida y divertida: dobles agentes que traicionan y revelan sus verdaderas intenciones en el momento menos indicado.

Si bien la historia por momentos quiere ser ambiciosa al grado de enfrentar a tres facciones por un solo objetivo, hacia la mitad de la cinta y debido a los plot twist, reduce su complejidad y se vuelve más concisa y por supuesto, más entendible, sobre todo porque se desenmascaran algunos personajes y se reestructuran los bandos. Estamos ante un producto poco innovador a nivel narrativo, pero con un reconocible ímpetu de igualar a sus parientes Misión de rescate 2 o Escuadrón 6 en el aspecto visual y sonoro. 

La acción de la cinta no le da tregua al espectador, pues es constante con respecto a la presencia de persecuciones sobre hielo, peleas físicas, enfrentamientos balísticos e interacciones con tecnología, las cuales están bien acompañadas de la música instrumental de Steven Price, ganador del premio Oscar a Mejor banda sonora por Gravedad, que logra crear una atmósfera envolvente. Pero sin duda,  una de las secuencias más destacadas por la conjunción de lo visual con lo sonoro es cuando Stone y Keya Dhawan (Alia Bhatt) saltan desde un globo dirigible que explota. Ese el momento cumbre que coloca a la película como una propuesta, sí exagerada, pero completamente disfrutable. 

Agente Stone no resalta por la construcción de personajes, ya que todos se rigen bajo la unidimensionalidad, lo cual no provoca empatía o interés alguno por lo que les suceda, sin embargo, cada uno de los actores, desde Gal Gadot, Jamie Dornan, Matthias Schewighöfer hasta Sophie Okonedo, brillan por su carisma y la presencia escénica que cada uno posee. 

Esta nueva película de Netflix tiene muchos altibajos narrativos, pero se sobrepone gracias a que entrega contundentes secuencias de acción con gran hechura técnica y visual, lo cual el espectador agradece con una gran cantidad de palomitas en un domingo por la tarde. 

“Agente Stone” ya está disponible en Netflix.

Imagen de portada cortesía de Netflix.