El poder del afecto y el cariño para prevenir enfermedades físicas y emocionales

Pregunta: Tengo 39 años y vivo con mi pareja. Trabajamos todo el día y cada uno está en su mundo. Nuestras familias viven en el interior y las vemos poco. La vida sexual casi no existe. Me siento sola aunque estemos juntos. ¿Qué me aconseja? (L.C., de Canning)

Se entiende como una necesidad primaria a toda aquella que es imprescindible para vivir y que no puede ser reemplazada por ningún otro recurso disponible. El alimento, el agua, el oxígeno y el abrigo son imprescindibles para el ser humano, ya que sin ellos o con una cantidad insuficiente no podría sobrevivir.

De igual manera, otra necesidad primaria fundamental -y desde el nacimiento- para subsistir es la ayuda de los demás, ayuda que denominamos afecto, y que determinará, de manera inexorable, el desarrollo futuro del individuo.

Virginia Satir, referente de la terapia familiar, afirmaba que “el contacto afectivo es a las relaciones personales como la respiración al mantenimiento de la vida”.

En la actualidad, además, la medicina ha demostrado que los afectos son fundamentales para modelar el cerebro. ¿Qué quiere decir esto? Que el diseño del cerebro humano es fruto de la calidad de los vínculos personales, ya que remodelan sus circuitos cerebrales, las diferentes redes neurales y su rendimiento.

Así como las neuronas, cuanto más unidas e interconectadas se encuentren mejor funcionamiento cerebral generarán, los seres humanos necesitan estar vinculados con otros ya que su bienestar emocional dependerá del conjunto de relaciones de que dispongan.

Cuando una persona se siente sola y sin los vínculos afectivos que necesita, se angustiará, enojará o deprimirá, y creará un círculo vicioso ya que esa misma ansiedad o depresión no le permitirá buscar los vínculos que desea o requiere.

Norberto Abdala, médico psiquiatra

Las caricias, según la medicina y la psicología

La medicina y la psicología han demostrado, de manera exhaustiva, que el aislamiento, la soledad y la falta de afecto se asocian con una mayor incidencia en la depresión, los dolores físicos, los problemas cardiovasculares, el deterioro de la memoria, el consumo de alcohol o drogas, los miedos, la promiscuidad sexual y la peor evolución en enfermedades.

A la inversa, la ternura, las caricias y el cariño son importantes factores que disminuyen el estrés, el dolor y la ansiedad.

Para muchas personas resulta penoso estar o sentirse solas, a pesar de vivir en un mundo tecnológicamente sobredimensionado en recursos para conectarse. Pero las relaciones con los demás hay que buscarlas y concretarlas, ya que el ser humano está programado para ser social.

Cuando una persona se siente sola y sin los vínculos afectivos que necesita, se angustiará, enojará o deprimirá, y creará un círculo vicioso ya que esa misma ansiedad o depresión no le permitirá buscar los vínculos que desea o requiere.

El dar o recibir afecto implica la existencia de un vínculo emocional con otra persona y son los sentidos los canales a través de los cuales esa conexión se establece.

Los seres humanos necesitan estar vinculados con otros ya que su bienestar emocional dependerá del conjunto de relaciones de que dispongan.

Norberto Abdala, médico psiquiatra

Todos disponemos de estas herramientas, pero hay que poder, querer y saber utilizarlas. Muchos de los problemas familiares, conyugales o interpersonales se deben a la desconexión emocional entre sus miembros.

Algunas personas evitan vincularse con otras ya que temen sentirse dependientes, vulnerables, lastimadas, o rechazadas al mostrar sus necesidades de cariño.

Otras lo traducen a través de una demanda exigente y agobiante que puede generar rechazo. Con frecuencia, son personas que han tenido vínculos tempranos distantes o escasos que les produjeron un vacío difícil de llenar.

Nadie resulta inmune ni indiferente a los vínculos personales que constituyen un aspecto básico de la vida, ya sean relaciones positivas o negativas, y que siempre repercuten en la salud, el tiempo y la calidad vida.

E.M.