Guadalupe: Madre de la humanidad (2024), de Andrés Garrigó

Estimable documental sobre la Virgen de Guadalupe, que se apareció al indio Juan Diego en México el 9 de diciembre de 1531. Desde entonces, a lo largo de cinco siglos, todos los cristianos y especialmente el pueblo mexicano han venerado esta advocación de la Virgen María, quizá la más popular y conocida en el mundo junto a las más recientes apariciones de Lourdes y Fátima. Ésta última aparición ya fue objeto de otro documental del director Andrés Garrigó, especializado en cine religioso y que ahora ofrece a los espectadores una nueva historia de fe y de amor que ayuda a abrir el corazón a la trascendencia.

Garrigó estructura Guadalupe: Madre de la humanidad en tres partes o hilos narrativos que él entremezcla en el montaje final. Por un lado está la recreación de ficción del relato original de las apariciones, con el indio Juan Diego en el alto de Tepeyac, sus conversaciones con la Virgen y sus mensajes al obispo Juan de Zumárraga. Esta parte dramatizada ha sido dirigida por Pablo Moreno (Luz de Soledad) y el resultado, aunque puedan sorprender su lenguaje y sus vivos colores, expresado según los usos y la imaginería de la zona, resulta por momentos conmovedor. Otra parte de la narración trata de desentrañar el misterio de las apariciones a través del conocimiento que tenemos de ellos, para lo cual se ofrecen entrevistas con altos eclesiásticos o declaraciones de estudiosos y expertos en la materia, incluidos científicos que han dedicado su vida a desvelar los secretos de la tilma de Juan Diego, quizá uno de los momentos más interesantes del documental. Y una tercera parte explora la influencia de las apariciones de Guadalupe en el mundo cristiano, una piedad popular que ha alcanzado dimensiones globales. En esta parte se incluyen los numerosos testimonios actuales de milagros y conversiones obrados bajo el amparo de Nuestra Señora de Guadalupe.

Guadalupe: Madre de la humanidad gustará por supuesto a los cristianos, especialmente a aquellos que le tengan devoción a esta advocación mariana, pero también supone un testimonio poderoso para todos los hombres y mujeres de buena voluntad, puesto que habla de un fenómeno religioso y de masas que atraviesa culturas y épocas y que, por tanto, no se puede soslayar. No por casualidad la Virgen María es la mujer más querida y representada de la historia de la humanidad.