En el discurso que el alcalde ofreci� en el convite asegur� tener �la obligaci�n de devolver la bendici�n que Dios me ha dado en forma de hijos o hijas�
07 abr 2024 . Actualizado a las 16:31 h.�No s� qu� habr� visto ella en m�, pero ahora no tiene marcha atr�s�, brome� Jos� Luis Mart�nez-Almeida para restar emotividad al discurso que ofreci� ante los 500 invitados a su�boda con Teresa Urquijo�en la finca donde celebraron la fiesta posterior a la ceremonia religiosa.
Estaban ya todos sentados en las mesas de la finca El Canto de la Cruz cuando el alcalde de Madrid habl� ante los presentes. �Ha empezado haciendo referencia a sus padres, ya fallecidos, y a sus majestades los reyes em�ritos por estar acompa��ndolos en un d�a tan especial�, desvelaron en exclusiva en el programa Fiesta�de Telecinco.
El regidor popular record� entonces un consejo que le dio su madre: �Nunca dejes de creer� y por eso sab�a que pese a estar �casi resignado�, como reconoci� cuando hizo p�blica su relaci�n con Teresa Urquijo, apareci� la joven analista de inversiones, �una bendici�n que Dios ha puesto en mi camino�. Mart�nez-Almeida dijo que tiene la obligaci�n de estar a la altura de su mujer y hacerla feliz, teniendo que devolver la bendici�n en forma de hijos o de hijas.
Un emotivo discurso que ha finalizado agradeciendo de nuevo la presencia de don Juan Carlos y do�a Sof�a. �Viva el Rey y Viva Espa�a�, puntualiz� ante los em�ritos, que estuvieron acompa�ados por sus hijas, las infantas Cristina y Elena, y tres de sus nietos, Juan Valent�n Urdangar�n y Froil�n y Victoria Federica de Marichalar.
Tras sus palabras comenz� el banquete en la propiedad de los abuelos maternos de la novia, Teresa de Borb�n-Dos Sicilias y su marido, ��igo Moreno de Arteaga, marqu�s de Laserna, en el municipio madrile�o de Colmenar Viejo, donde la prima del rey em�rito cr�a a sus purasangres. Los novios agasajaron a los invitados con una comida compuesta por un primer plato de salpic�n de marisco, un segundo de solomillo de wagyu a baja temperatura y dos postres.
Entre baile y baile, que los novios iniciaron con un chotis, hubo una recena con embutido, tablas de quesos y perritos calientes que, al igual que el almuerzo, corri� a cargo del emblem�tico restaurante madrile�o Lardhy.