Todo lo que su mente est� proyectando sobre Kristin Scott Thomas (Cornualles, 1960) es justamente as�. La elegancia es una cualidad que no s�lo no se pierde con los a�os sino que se acent�a en algunos casos como este. As� lo demuestra una figura sentada, completamente de negro, al otro lado de la pantalla asumiendo con naturalidad el paso inevitable de los a�os. Tampoco la locuacidad ha menguado y mucho menos el nivel de la interpretaci�n. Quien durante unos a�os -posiblemente menos de los debidos- fuera una estrella en Hollywood gracias a El paciente ingl�s o Cuatro bodas y un funeral hoy protagoniza, junto a Gary Oldman, la serie Slow Horses, adaptaci�n de la novela de esp�as Mick Herron que acaba de estrenar Apple TV.
Cualquier lo dir�a que hoy, pasados ya los 60, aquella adolescente brit�nica, a quien su familia y una profesora le negaban su sue�o de ser actriz, acabar�a siendo una estrella nada com�n a la que cuando se le pregunta por esa situaci�n responde a medio camino entre la iron�a y la elegancia. �No pienso nada de esa profesora, es probable que est� muerta. Simplemente cog� eso que me dijo, lo transform� y soy una actriz que a�n est� trabajando. En la vida las cosas malas suceden y te dir�n cosas malas, pero aprendes a lidiar con ello, a transformarlo en algo positivo. Aunque parezca muy dif�cil se puede�.
Ella, al menos, lo hizo aunque su trabajo le cost�. Tuvo que empezar y�ndose a Francia y hacer televisi�n antes de tocar la gloria de Hollywood. �En el fondo estoy muy contenta de haber tenido adversidades en mi vida cuando era una joven. No fue f�cil llegar al �xito, incluso al principio fue dif�cil encontrar un trabajo como les pasa a muchos actores. Por supuesto, hubo momento cuando era m�s joven que dud� de hacer nuevos trabajos, pensaba que ese era el final de mi carrera, que era una in�til, pero al final lo hice. A�n hoy sigo pensando la mitad del tiempo que soy una actriz in�til, tengo esas dudas de pensar que no soy lo suficientemente buena y todos esos pensamientos negativos. Pero ya s� c�mo lidiar con ellos y eso te hace mejorar�.
Pese a esas dificultades iniciales, al poco de llegar, toc� el �xito y se fue por voluntad propia. �Eso fue por razones personales, ten�a ni�os peque�os y mi esposo y yo quer�amos criar a nuestros hijos en Europa. As� que la decisi�n fue f�cil�, recuerda como quien abandona una tarde con amigos por un compromiso innecesario en lugar de un hueco en la meca del cine.
Tampoco ser�a la �ltima vez. En 2014 decidi� que el cine ya no era para ella, que necesitaba un descanso, volver al teatro y huir de las c�maras. Y, por supuesto, lo volvi� a hacer. �Sent� que hab�a llegado al final de un ciclo en mi creatividad, me vine a Londres e hice dos obras bastante importantes seguidas�. Ah� descubri� que no hab�a descansado como necesitaba. �Cuando has subido al escenario del teatro, lleva tiempo recargar porque al final es lo m�s agotador que ah� en este trabajo. As� que acab� y me tom� casi un a�o sab�tico s�lo pensando en lo que quer�a hacer a continuaci�n�.
Lo que quer�a hacer era volver al cine y ser la esposa de Gary Oldman en Darkest Hour, el biopic de Winston Churchill que le dar�a su primer Oscar al actor. �Como ven�a de hacer teatro, aunque sea la experiencia m�s agotadora, ten�a las bater�as recargadas, hab�a acumulado energ�a creativa simplemente estando en el escenario con una audiencia cada noche, ensayando y trabajando con otras personas. Esa compa��a es la que echo de menos en el cine y ahora la he vuelto a disfrutar en esta serie porque somos muchos la mayor parte del tiempo�.
Una mezcla entre la juventud de Olivia Cook, Sam Hazeldine o Rosalind Eleazar y la veteran�a de Gary Oldman, Jonathan Pryce y la propia Kristin Scott Thomas. Ella mira hacia esas nuevas generaciones con la experiencia que le han dado ya los a�os. �Creo que el mundo en el que viven, de alguna manera, es mucho m�s f�cil profesionalmente, las reglas son mucho m�s claras. Cuando yo empec� mi principal fuente de alimento eran pel�culas y algo de televisi�n en Reino Unido, ahora tienen tanto contenido, aunque alguno sea de muy mala calidad, que eso es muy valioso�. Pero la actriz advierte al mismo tiempo de los peligros que eso tiene. �Tambi�n puede ser bastante peligroso para los actores j�venes porque es muy diferente preparar cosas tan largas, de ocho o 12 cap�tulos, es un ritmo de actuaci�n y de entender tu personaje diferente y hay tambi�n otro ritmo de consumirlo. Antes ibas al cine, comprabas una entrada y no pod�as darte un atrac�n. Hab�a un sentido de concentraci�n mucho m�s fuerte, que es un gran problema ahora. Estamos en un mejor escenario para trabajar, pero creativamente tienes que adaptarte y es bastante dif�cil�.
Ella, al menos, lo ha hecho y se ha encontrado inmersa en una historia de detectives del MI5, el servicio de inteligencia brit�nico, bastante incompetentes que acaban siendo defenestrados al grupo de los slow horses. �Son unos perdedores, pero son mis perdedores�, dice en un momento de la serie el personaje de Gary Oldman como si esa fuera una vacuna de realidad en un mundo obsesionado por el �xito. �Ese problema, el de obsesionarse con el �xito, existe y lo hablo mucho con mi hijo. �l tiene poco m�s de treinta a�os y siempre me pregunta: '�Por qu� tenemos que tener �xito? �Por qu� tenemos que ser los n�meros uno? �Por qu� nosotros?' Creo que la gente de mi generaci�n ha abierto un buen camino en esto y tal vez no deber�amos estar tan interesado en el �xito�, explica Kristin Scott Thomas.
Pero la actriz brit�nica lo expone con m�s claridad con un ejemplo pr�ctico: la diferencia entre su llegada al set de rodaje y la de sus compa�eros m�s j�venes. �Para m� es responsabilidad y es muy extra�o ser una persona mayor porque cuando voy a rodar siempre siento que soy una completa principiante. En este negocio nuestro puedes encontrarte con alguien 40 a�os m�s joven que t� y que ya sea una gran estrella que ha hecho tres pel�culas y solo acaba de empezar. Te acabas acostumbrando, pero es raro acabar sintiendo que eres una figura senior cuando te sientes igual que todos ellos�.
Sin embargo, una de las sensaciones que acompa�a a Kristin Scott Thomas en muchos de sus �ltimos rodajes es la de que intimida a gran parte de sus compa�eros de rodaje por dos razones. Primero por el hecho de ser una mujer con cierto car�cter. Y segundo por la carrera que ya lleva cargada a sus espaldas. �Estas cosas todav�a nos siguen pasando. Cuando veo la serie pienso que no me extra�a que la gente me tenga miedo por esa forma que tengo de mirarles. Es aterradora, pero tambi�n pienso que las mujeres con una gran carrera somos m�s intimidantes porque tenemos una categor�a, un poder y adem�s podemos tener beb�s. Somos una especie de s�per mujeres en realidad�.
Y, tras todo eso, ella sigue sentada en su silla con la misma sonrisa del inicio. Con la misma elegancia de quien sabe que la tiene por naturaleza. Que les vuelvan a preguntar a quien dijeron que ella no estaba hecha para el �xito.
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