Kristof Milák, el 'killer' de los récords de Michael Phelps: ¿una carrera en peligro? | Relevo
JUEGOS OLÍMPICOS | NATACIÓN

Kristof Milák, el 'killer' de los récords de Michael Phelps: ¿una carrera en peligro?

El campeón olímpico lleva seis meses sin entrenarse y los rumores sobre su futuro crecen en Hungría.

Kristof Milák celebra el título de campeón olímpico de 200 mariposa en los Juegos de Tokio. /GETTY
Kristof Milák celebra el título de campeón olímpico de 200 mariposa en los Juegos de Tokio. GETTY
Alberto Martínez

Alberto Martínez

"Esperamos que vuelva pronto a los entrenamientos, de lo contrario sería muy triste para la natación perderlo para los Juegos de París". La frase es de Attila Selmeci, ex técnico de Kristóf Milák (2000), campeón olímpico de los 200 mariposa y plusmarquista de una especialidad en la que enterró los récords de Michael Phelps. Selmeci atiende a Relevo desde Budapest. Hungría está en estado de alerta por las repentinas ausencias de su mejor nadador, llamado a repetir el oro en el 200 y conquistarlo en el 100 (en los Juegos de Tokio fue segundo por detrás de un Caeleb Dressel que no ha vuelto a recuperar su nivel), y de ser clave en el relevo 4x100 estilos y 4x200 libre tan competitivo y con opciones de medalla.

"En mi opinión, es un nadador con mucho talento que puede volver al nivel de excelencia más rápido que otros, pero tiene que darse cuenta de que el tiempo pasa", advierte Selmeci. Milák comunicó en el mes de junio que no competiría en los Mundiales de Fukuoka de julio, una noticia que sorprendió en su país; después pactó con su entrenador desde 2022, Balázs Virth, empezar la preparación olímpica el 1 de septiembre, pero éste reveló hace apenas una semana que "solo viene a la mitad de las sesiones". Incluso, según el medio Telex, el húngaro publicó en sus redes sociales que se retiraba de los Juegos de París pero a los pocos segundos borró un comentario del que no ha quedado constancia.

Recientemente, el nadador ha perdido a un familiar muy directo (por respeto a su intimidad no se dan más detalles), que no sería tampoco una ayuda a nivel emocional para recuperar la motivación por la natación. Milák siempre llevó el sambenito de que era un competidor nato, un animal, pero a quien no le gustaba demasiado entrenar: "Tiene una personalidad muy extraña, como suelen ser los talentos únicos. Tiene una muy, muy alta confianza en sí mismo, es testarudo, solitario, y ese tipo de personalidad que quiere seguir su propio camino. Es muy difícil trabajar con él", argumenta el propio Selmeci.

La Federación le crítica y Hosszu le apoya: «Milák no pertenece a Hungría»

El tarro de las críticas se ha abierto de forma incontrolable en Hungría, donde el asunto Milák cubre todas las capas del deporte. Sándor Wladár, presidente de la Federación Húngara de Natación, abrió fuego: "Le debe mucho a Hungría y debería honrarse haciendo el trabajo, porque tiene tal talento que muy pocos atletas han recibido... Solo debe nadar entre seis y ocho kilómetros al día". El guante lo recogió la mismísima Katinka Hosszú, ahora mamá y quien, aunque no lo ha expresado públicamente, su retirada está por motivos obvios próxima. En sus canales oficiales comentó que "Kristóf no pertenece a Hungría y esa afirmación de que un campeón le debe algo al país...".

Más inteligente fue en sus comentarios el presidente del Honvéd, club al que pertenece Milák y el que le paga un sustancioso salario al mes (como campeón olímpico, además, el nadador tiene una paga vitalicia a partir de los 35 años de alrededor de mil euros al mes basado en el salario mínimo bruto del año anterior). "Puedes sentir cierta pena, pero lo primero es amar a la persona. Mi trabajo es motivarlo para que vuelva", valoró en M4 Sport Sport Gergely István, condescendiente.

"Puedes sentir cierta pena, pero lo primero es amar a la persona. Mi trabajo es motivarlo para que vuelva"

Gergeley István Presidente del Honved

La natación, como ocurre con el waterpolo y el balonmano, son deportes nacionales en Hungría, y Milák estaba llamado a ser uno de los grandes baluartes en los Juegos de París como ya lo fue en Tokio. "¿Qué pasaría si ahora dijera Szoboszlai (estrella del Liverpool) que se retira?", se cuestiona la prensa. "Lo tiene todo en natación, por lo que parece que para él estar motivado es bastante difícil", remata Selmeci.

La extravagancia y el carácter áspero de un 'showman' de la piscina

La vida de Milák ha sido realmente extraordinaria. Nadie podía imaginar cuando contaba 14 primaveras que iba a ser el mejor nadador de mariposa de la historia, por delante incluso de Michael Phelps, capaz de nadar en 1:50 en los 200 y de bajar de 50 segundos en el 100. "Era delgado, sin técnica, con un cuerpo común...", recuerda Selmeci, quien sí vio algo especial en aquel espaldista, su primera especialidad.

El nadador de Érd, cerca de Budapest, donde empezó a nadar con seis años, logró clasificarse para la final de un campeonato nacional. Fue inesperado. Por la calle 8, consiguió una victoria que despertó el entusiasmo de Selmeci, técnico con experiencia en los 90 cuando ya había dirigido a Krisztina Egerszegi, ganadora de siete medallas olímpicas. Cuando con 17 años llegó ya a las finales internacionales, no dejó de mostrar su extravagancia y su carácter especial, arisco.

En Hungría se bromea con la doble cara de Milák, capaz de levantar de sus asientos a los espectadores como en el récord mundial obtenido en los Mundiales de Budapest de 2022, en los 200 mariposa, y al mismo tiempo de generar antipatía por su personalidad: nunca regala una sonrisa, no da entrevista, repele cualquier tipo de acto mediático, social o público que no sea competir en una piscina y batir récords. Algo que, ahora, corre peligro en una Hungría que espera que Milák tome la palabra.