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Kenneth Branagh: "Vivimos en un mundo cada vez m�s tribal en el que el insulto ha sustituido a la comunicaci�n"

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El director rastrea en su pasado para componer un alegre y feliz retrato de la desolaci�n. 'Belfast', que ya cuenta como favorita para los Oscar, cuenta a trav�s de los ojos del ni�o que fue el cineasta c�mo su familia huy� de Irlanda por culpa del terrorismo

El cienasta Kenneth Branagh.
El cienasta Kenneth Branagh.ERIC CHARBONNEAU /INVISION / AP

Kenneth Branagh (Belfast, 1960) ha hecho -como antes que �l Cuar�n, Sorrentino, Almod�var o Tarantino- una pel�cula sobre la memoria. La suya. Belfast le cuenta a �l y nos cuenta, a trav�s de la mirada del cr�o que fue �l, la historia de una ciudad entera. Y, apurando, tambi�n nos relata a nosotros; nos detalla c�mo el recuerdo (el suyo, el m�o, el nuestro) adquiere de golpe la rugosidad y el peso del tiempo. Y lo hace sin dramatismos, feliz de la �ntima experiencia de unos ojos que se abren a la vida en medio de la mayor de las cat�strofes. Hablamos de un conflicto de 30 a�os, hablamos de The Troubles, hablamos del plomo de los 70, los 80 y los 90, hablamos unos padres que bailan, de unos abuelos que hablan despacio y de un cr�o que se enamora. Ap�ntenla para los Oscar.

Una pel�cula que se llama como una ciudad puede ser convertida en bandera o justo lo contrario...
Est� siendo un �xito en Belfast y eso que para usted puede parecer normal, no lo es para m�. Se trata de una cinta en blanco y negro cuyo argumento son los problemas de la gente. No hay superh�roes. Digamos que es un asunto complicado de vender aqu� y en Espa�a. Por ello, su �xito en mi tierra significa mucho para m�.
Belfast es su vida, pero, como ha confesado, no toda ella. �C�mo distinguir la verdad de la mentira?
Lo esencial es verdad. La llegada de la turba a nuestra calle un d�a de verano del 69 es el hecho decisivo. Y sobre �l se organiza todo. Fueron 20 segundos que cambiaron mi vida; 20 segundos que probablemente terminaron con mi infancia. En ese instante cruce la frontera de la inocencia. La necesidad de sobrevivir hizo que me convirtiera en una especie de esp�a de mi propia vida. Cobre consciencia de todo. Y luego est� ese otro momento en el que se saquea un supermercado y le ni�o de nueve a�os que era roba una detergente en polvo para verg�enza de mi madre...
La pel�cula es toda ella una celebraci�n de la vida entre el horror, �no teme que le acusen de fr�volo?
Alguna reacci�n hist�rica ha habido. Pero sinceramente creo que la tensi�n que produce el peligro es lo que da valor de verdad a la risa, al baile de una canci�n... La conciencia de la muerte da sentido al humor. El miedo que se viv�a en la calle era real y, de hecho, decid� dejar muchas cosas por respeto a ese miedo.
Se empe�a en dar un mensaje pol�tico desde la esperanza. En un momento de crispaci�n y enfrentamiento constante, ese planteamiento es casi una provocaci�n...
Lo que m�s me ha conmovido ha sido la recepci�n de la pel�cula con orgullo en Irlanda del Norte. Se reconocen las heridas, pero el desamor o el odio se acepta con compasi�n. No hay motivos para ser optimistas con lo que pase en el futuro en Irlanda, pero, de alguna manera, hay motivos para la esperanza. La gente esta decidida a ser paciente y conf�a en que la sanaci�n llegue. La canci�n de Van Morrison que cierra Belfast habla de eso.
�Por qu� cree que el optimismo tiene tan mala prensa?
El cinismo en cambio goza de buena salud. Sinceramente, creo que una respuesta emocional, sentimental -y, por ello, positiva y optimista- a lo que se pierde es importante. �sa es la �nica manera de reconocer la p�rdida, la p�rdida de los seres queridos, la p�rdida de una calle, de una naci�n o, en mi absurdo caso personal, la p�rdida del acento natal. No queda m�s remedio que aprender a vivir con todo eso y seguir adelante. �Y sabe por qu�? Por la sencilla raz�n de que no hay otra opci�n. Mi vida ha discurrido durante los 30 a�os de todo el conflicto, durante The Troubles. Han muerto 3.700 personas. El d�a que empieza la pel�cula tres calles m�s all� de donde viv�a muri� un ni�o cat�lico de diez a�os de edad. Cuando por fin llegamos a un inestable periodo de paz, vemos como el Brexit lo amenaza todo de repente. En Espa�a han vivido algo parecido a causa del separatismo... Siempre hay motivo para la afrenta, pero hay que detener esa espiral que no conduce a nada...
Kenneth Branagh junto al actor Jude Hill en un momento del rodaje de 'Belfast'.
Kenneth Branagh junto al actor Jude Hill en un momento del rodaje de 'Belfast'.Rob YoungsonAP

�Y cu�l ser�a la actitud correcta descartada la venganza?
Es muy simple. �Pap�, �crees que esa chica y yo tenemos futuro? Ella es cat�lica�, pregunta el protagonista de mi pel�cula. �Si la respetas, si eres justo y amable, ella ser� siempre bienvenida�, responde el padre. Esas tres peque�as ideas bastan en un mundo tan polarizado, donde cada vez somos m�s tribales. Contra la polarizaci�n, basta el respeto. Infantil, s�, pero necesario.
La pregunta siempre es si el perd�n basta y, sobre todo, bajo qu� circunstancias, es posible el perd�n.
Es lo m�s dif�cil, pero hay donde mirar y de donde aprender. Los sudafricanos enviaron gente a Irlanda del Norte para explicar en que consistieron sus comit�s de paz y reconciliaci�n. Y ahora, hay observadores �rabes e israel�es en Irlanda. Le contar� una an�cdota quiz� absurda.
Venga
Al final de la Cenicienta que hice para Disney, la malvada madrastra se enfrenta a ella despu�s de que se ha puesto la zapatilla. Y Cenicienta le dice: �Te perdono�. Cuando hicimos un test previo de la pel�cula, el p�blico se dividi� al 50% entre los que estaban de acuerdo y los que ansiaban venganza. La raz�n est� con los que perdonan. En cualquier caso, quiz� no haga falta llegar a palabras tan altisonante como perd�n. Tal vez basta sencillamente que haya comprensi�n, comunicaci�n, ponerse en lugar del otro... Ese es el camino y el desaf�o. Vivimos en un mundo cada vez m�s tribal en el que el insulto ha sustituido a la comunicaci�n.
Ha mencionado antes el Brexit y su pel�cula se estrena cuando el Brexit lo cuestiona todo y quiz� hasta es necesario imaginar otro futuro para Irlanda.
El problema es plantearse las cosas como usted hace ahora. Hay que dejar de hablar del futuro as� en general y concentrarse en los pasos peque�os inmediatos a dar que mejoren la vida de la gente. El paso peque�o a dar es qu� pasa con las fronteras. Personalmente, estoy a favor de las fronteras abiertas. No quiero cerrar m�s las cosas. Preferir�a tener una relaci�n abierta con Europa. Hablar del futuro es hablar de emociones, de sentimientos. Y eso es peligroso. Creo que es una ense�anza budista la que dice que la luz interior de cada uno s�lo te ense�a el siguiente paso. Si vas en la direcci�n correcta en alg�n momento aparecer� tu destino. Es decir, no soy capaz de imaginarme el destino de Irlanda, s�lo s� que hay que evitar que el fanatismo decida nada.
Durante d�cadas, la versi�n que nos ha llegado de lo sucedido en Irlanda ha sido la cat�lica. �Por qu�?
Creo que en la personalidad protestante hay una especie de resistencia a la creatividad en general y al arte como una forma de resolver problemas en particular. Se considera que los cambios tienen que producirse con los hechos, con la pol�tica, con los negocios... La mentalidad protestante desconf�a de la imaginaci�n. Pero para ser honesto, no escrib� esto como una pel�cula pol�tica abortada ni como una cinta empe�ada en contar el punto de vista protestante. Simplemente quer�a narrar la experiencia �nica vivida de un ni�o, de una familia, de una calle...
�C�mo ha reaccionado su familia a la pel�cula?
Mis padres ya murieron. Mi hermano y mi hermana la vieron y se emocionaron. Mi hermana en concreto se sorprendi� mucho pues me ten�a por un tipo muy reservado. Por otro lado, todos los hermanos coincidimos en que a mis padres les habr�a encantado verse en la pantalla en la piel de los actores Caitriona Balfe y Jamie Dornan.

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