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Keke Rosberg, el campeón más afortunado en la historia de la Fórmula 1

El finlandés, padre del piloto de Mercedes Nico Rosberg, ganó el Campeonato Mundial de Fórmula 1 en 1982, en uno de los golpes de suerte más grandes de la historia de la categoría.

No es que Keke no haya hecho méritos ni nada parecido. De hecho, fue un buen piloto, rápido, carismático y aguerrido. Pero así como él ha habido muchos en la historia de la Fórmula 1, y sin un par de golpes del destino es probable que jamás siquiera hubiera ganado una carrera. Ahora que su hijo está luchando por el título 2014, conozcamos algo más de Rosberg padre y de como ganó el título en 1982.

Una cenicienta del automovilismo

Su nombre verdadero es Keijo Erik Rosberg, pero él mismo se puso “Keke” como seudónimo, pues pensaba que el finlandés es un idioma difícil y para ser conocido se requería algo más simple. (El mismo consejo le dio en los ’90 a su protegido Jirky Jarvilehto, el que primero se hizo conocer como Jarvi Lehto y luego como JJ Lehto.)

Keke Rosberg

Este sutil detalle muestra uno de los aspectos interesantes del pensamiento de Rosberg: ser conocido fácilmente era muy importante para él, pues no tenía grandes sponsors ni resultados que lucir en categorías inferiores. De hecho, llego a la F-1 recién a los 29 años, tras correr una década en Formula Vee, Formula Atlantic, Formula Pacific (categorías muy menores de la época) y un paso interesante pero inconsistente por la Fórmula 2. En su debut en la F-1, con el equipo Theodore, ganó sorpresivamente el BRDC International Trophy de 1978, una carrera tradicional fuera de campeonato que se disputaba en Silverstone, ya que fue uno de los pocos que aguantó en pista el aguacero que cayó. Eso ayudó muchísimo a su currículum, pero en el campeonato mismo el Theodore ni siquiera se clasificaba para largar. En 1978 y 1979 deambuló entre ATS, Wolf y Theodore otra vez, pero no sumó ni un solo punto.
En 1980 la suerte comenzó a aparecer en su camino. Con Fittipaldi llegó dos veces en los puntos, incluido su primer podio, pero en 1981 parecía que su carrera en la F-1 iba a llegar a su fin: no sumó ni un solo punto con el equipo brasileño.

Una temporada mágica

Williams había ganado el título 1980 con Alan Jones, y perdió el de 1981 en la última carrera por la lucha interna entre Jones y el argentino Carlos Reutemann; la pelea entre ambos solo benefició a Nelson Piquet, que ganó con lo justo esa corona. Las repercusiones fueron fuertes: Jones decidió retirarse, y lo hizo cuando todos los pilotos de punta estaban ya contratados en otros equipos. Obligado a mirar entre lo que quedaba, Williams decidió dar una oportunidad a Rosberg como acompañante de Reutemann.

Keke Rosberg

Sin embargo, el argentino también había quedado con la moral herida tras el desenlace del campeonato ’81, y decidió retirarse tras solo dos carreras. En la práctica, Keke fue promovido a piloto número 1 del equipo, ya que Reutemann fue reemplazado por el irlandés Derek Daly, de escasa figuración hasta entonces y que probablemente es el piloto más malo que ha corrido por Williams en la historia.

Ferrari, Renault y Brabham-BMW tenían autos con motor turbo, más potentes que el Williams-Ford aspirado de Rosberg, pero pasaron muchas cosas ese año. Gilles Villeneuve murió en Bélgica, Didier Pironi casi se mata en Alemania (y no volvió a correr), con lo que Ferrari perdió ambos pilotos; el Brabham de Piquet no era consistente, y los Renault de Alain Prost y René Arnoux arrasaban hasta que se rompía algo, con lo que la puerta se abrió para los aspirados más consistentes, dando chances de victoria para Williams, McLaren y Lotus.

Keke comenzó a sumar resultados: segundo en Long Beach, Bélgica y Austria, y tercero en Holanda y Alemania. Cinco podios es un panorama un poco modesto para optar a un título mundial, pero los problemas de los demás pusieron a Rosberg como candidato. Solo le faltaba ganar una carrera, ya que si no ganaba no sería campeón aunque sumara más puntos que nadie.

Cuando Pironi se accidentó, lideraba con gran holgura el campeonato. Keke no desaprovechó su oportunidad: ganó el Gran Premio de Suiza, su primera victoria, tres fechas antes del final del campeonato, pasando a Pironi y quedando a dos puntos del título, los que sumó con un trabajado quinto lugar en Las Vegas, la última fecha del campeonato.

Una estrella que brilló poco

En 1983, Rosberg lucía orgulloso el 1 de campeón, pero los turbo habían solucionados sus problemas y ya los aspirados preparaban la rendición. Solo ganó en Mónaco, donde los aspirados aún tenían ventaja, pero a fin de temporada tuvo una nueva oportunidad: Williams presentó el motor Honda, con el que esperaban repetir sus éxitos recientes.

Con el tiempo, lo lograron, pero ya era tarde para el finlandés del bigote tupido. Ganó también en Dallas ’84y Detroit ’85, pero el ambiente se había desgastado; su nuevo compañero Nigel Mansell era más rápido que el viejo Keke, y cuando Piquet quedó libre Frank Williams no desaprovechó la oportunidad de quedarse con él. Su quinta y última victoria, en Australia ’85, fue una despedida a la altura de lo vivido con Williams.

Para 1986 Rosberg imaginó un nuevo comienzo, pasando a McLaren en reemplazo del retirado Niki Lauda, haciendo pareja con Prost. Pero no fue así: el auto, diseñado en base a las preferencias del francés, le era incómodo y solo alcanzó un podio, un segundo lugar en Mónaco. Aburrido, y ya con 38 años, Rosberg decidió retirarse de la F-1.

Tras la F-1, Rosberg se mantuvo activo y compitiendo a buen nivel. Corrió en Sport Prototipos con Peugeot, estando cerca de ganar las 24 Horas de Le Mans, y luego fue un animador del DTM alemán. Dejó de correr en 1995 para poner su propio equipo, Team Rosberg, el que tuvo diversos éxitos en Turismos y Fórmulas menores, y sigue vigente hoy en día.

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