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Keith Moon: el día que el desenfreno ganó la partida

Keith Moon

El 7 de septiembre de 1978, The Who y el mundo del rock quedaban desprovistos de uno de los bateristas más singulares y autodestructivos de la historia.


Cuando Keith Moon (1946-1978) se unió a The Who en 1964, se completaba uno de los cuartetos de rock más salvajes, impredecibles y distintivos que haya existido. Cuatro personalidades muy distintas y un denominador común: romper los paradigmas de la música popular.

Moon comenzaba en paralelo dos carreras: la del éxito y reconocimiento, y la de la búsqueda de la muerte.

Recordamos a Moon, “genio y figura”, a 45 años de su muerte cuando apenas tenía 32 años.

Juan Carlos Ballesta

¿Ha habido otro músico de las características de Keith Moon? La respuesta es fácil: ¡No!

Siempre se acude a tópicos como “vivió aceleradamente y murió precipitadamente” para referirse a personajes que no se medían y encontraron jóvenes la muerte, pero no hay definición que se ajuste mejor a lo experimentado por Keith que esa.

Todo lo que hizo Moon fue contrario a lo establecido, desde la forma de tocar la batería en estilo libre hasta la manera de comportarse dentro y fuera de los escenarios. Una vida llena de excesos y despropósitos lo condujeron por una senda de la que nunca supo ni le dio tiempo a salir.

Moon, sin duda, construyó su propia leyenda durante los 14 años que estuvo con The Who.




Los héroes de su infancia y juventud estuvieron ligados al jazz, el rhythm and blues, la música surf norteamericana y algunas bandas británicas de los primeros años 60. Con ellos aprendió y moldeó su propio estilo. Comenzó tomando clases con Carlo Little, batería del excéntrico músico y eterno candidato al parlamento inglés, Screaming Lord Sutch.

Sus favoritos fueron el legendario Gene Krupa, de quien adoptó el estilo extravagante y colorido; JD Fontana, batería original de Elvis Presley; Tony Meehan, primer batería de The Shadows y Viv Prince de The Pretty Things.

Todos ellos con características muy distintivas que impresionaban a un joven Keith, quien estaba decidido no solo a dedicarse profesionalmente a la música, sino a dejar una huella indeleble. Y lo hizo.

Su momento llegó cuando asistió a una presentación de The Who en el que tocaba un baterista de sesión debido a la renuncia de Doug Stanton. Al terminar el primer set, con el arrojo que lo caracterizaría se acercó a Pete Townsend, Roger Daltrey y John Entwhistle y les dijo que el podía tocar mejor.

Keith recibió la oportunidad y tocó en la segunda mitad del show, ya con bastantes cervezas encima para insuflarse de coraje, y aunque la batería no era suya, casi la destruyó mientras tocaban “Road Runner”. Rompió el pedal del bombo y reventó dos cueros.

Para su sorpresa, mientras estaba en la barra del bar, Pete y Roger se le acercaron y este último le preguntó: “Qué harás el próximo lunes?”. Keith solo atinó a decir que estaría trabajando durante el día vendiendo yeso. “Tendrás que renunciar al trabajo, tenemos un show el lunes. Si quieres venir, te recogeremos con la camioneta”.

keith moon

Y aunque Keith siempre dijo que formalmente nunca le invitaron a unirse al grupo y al final de sus días bromeaba que llevaba casi 15 años como reemplazo, lo cierto es que aquel osado performance selló para siempre una de las relaciones más impactantes e históricas del rock.




La dinámica de The Who cambió para siempre. Eran cuatro satélites independientes orbitando sobre la música, siempre en conflicto. No había equilibrios ni contrapesos. El temperamento de Moon le hizo chocar constantemente con sus compañeros. Era una persona totalmente distinta a cualquier otra.

Keith Moon jumping

Moon el Chiflado

Sin duda, hubo tres aspectos medulares en Moon: su estilo libre de tocar la batería que cambió la estructura de las composiciones; su inagotable y a veces inadecuado sentido del humor (negro e irónico casi siempre); sus crecientes adicciones al alcohol y drogas que lo convirtieron en una persona destructora.

Fue, sin lugar a dudas, un espíritu indomable, temerario, llegando en muchos casos a la inconciencia. Su afición a destruir habitaciones de hoteles, a romper televisores y a hacer explotar retretes se convirtió en algo patológico que hizo perder mucho dinero a The Who

Por todo ello y más fue apodado Moon the Loon, Moon el Chiflado.

Keith Moon

En cambio, a su batería sabía como golpearla y hacerla volar por los aires, causándole el menor daño posible. Excepto cuando la explotó

En los primeros tiempos, sus compañeros, productores e ingenieros de grabación, sufrieron con Keith, a quien le costaba llevar el tempo. Su estilo en apariencia desordenado fue, sin embargo, mejorando y haciéndose cada vez más preciso dentro del caos.

En Who’s Next (1971), gracias a las técnicas de producción de Glyn Johns y al uso por primera vez de sintetizadores, Moon se vio en la necesidad de desarrollar una mayor disciplina en los estudios. Y, sin duda, lo logró.




Moon fue de los primeros en introducir el doble bombo, lo cual, combinado con su habitual uso de los toms y los constantes fills o redobles, y la ausencia de hi-hat, modeló su sonido hasta hacerlo totalmente distintivo, algo esencial en cualquier instrumentista para ser identificado.

También, al contrario de la mayoría de los bateristas de su época como Ginger Baker, John Bonham, Ian Paice y muchos otros, Keith odiaba hacer solos de batería. Lo de el era liberar energía a la par que Townsend movía sus brazos como molinos de viento, Entwhistle servía de sólida base con sus increíbles líneas de bajo, y Daltrey jugueteaba con el micrófono con sus marchosos movimientos.

No se puede entender el punk sin The Who. Tampoco el hard rock. El grupo desarrolló un sonido único, melódico por un lado, explosivo por otro, áspero en ocasiones, contundente y adictivo.

Moon fue parte de seis discos que definieron el rock (My Generation, 1965; A Quick One, 1966; The Who Selll Out, 1967; Tommy, 1969; Who’s Next, 1971; Quadrophenia, 1973), y los dos últimos, menos trascendentes pero igualmente importantes (The Who By Numbers, 1975; Who Are You, 1978).

Ni Moon ni The Who pueden entenderse en su justa dimensión sin la faceta en directo, en la cual desplegaron toda su artillería.

Los cuatro juntos fueron The Maximum Rock and Roll Band on Earth.




Luego de una agradable cena el día previo como invitados de Paul y Linda McCartney, la aciaga tarde del 7 de septiembre de 1978 fue encontrado muerto por su novia en el apartamento propiedad de Harry Nilsson en Curzon Place, donde también había muerto Cass Elliott de Mamas and The Papas cuatro años antes. La mezcla de sedantes y alcohol fue fatal.

El rock perdía a uno de sus más grandes baluartes, un personaje incorregible, epítome del “sexo, drogas y rocanrol”, y sobre todo un baterista único.

Paul, Linda y Keith Moon

15 momentos esenciales de Keith Moon

Railway Hotel, 1964

Ready Steady Go!. Julio 1965

Video en playback. 1966

Monterey Pop Festival, 1967

Opera House, Illinois. 1968

Smothers Brothers TV Show, 1967

The Rolling Stones Rock and Roll Circus. Diciembre 1968




Live at Leeds, 1970

Isle of Wight Festival, 1970

09Charlton Athletic Football Ground, Londres, Mayo 1974 (Moon cantando)

Promo 1978. Parte del film The Kids are Alright

Stage, Shepperton Studios- Mayo 25, 1978. Último performance de Moon.

Entrevista a Roger Daltrey sobre la explosión de la batería de Moon