Somos los mejores: Una nueva era (2021), de Michael Spiller

Una jugada en forma de serie que recuerda a mucho al caso Karate Kid y la serie Cobra Kai. En 1992 Disney lanzó una comedia familiar, en que un abogado agresivo era condenado a tareas sociales –una idea que tomó prestada Javier Fesser para Campeones, convenientemente desarrollada–, lo que le llevaba a Gordon Bombay a entrenar a un patoso equipo de chavales de hockey sobre hielo, “The Mighty Ducks”. Ahora, tres décadas después, este equipo se ha vuelto muy competitivo, hasta el punto de dejar fuera de sus filas a Evan, un chaval que no da la talla que se espera. Su madre soltera Alex le da todo su apoyo con la atrevida idea de crear un nuevo equipo, lo importante es divertirse, no necesariamente ganar.

Y en efecto, así nace en “Don't Bother”, para "cambiar el juego", con chicos y chicas torpes y con buena voluntad, que no se dejan arrastrar por la imperante cultura del éxito. A la hora de buscar un sitio donde jugar y entrenar, Alex escoge un palacio de hielo algo avejentado, o “vintage” según se mire, que resulta ser propiedad de Bombay, que se ha vuelto cínico y comedor de pizzas. Por supuesto, poco a poco, se irá implicando con un equipo que inicialmente entrena Alex, lo que es un problema, pues ella no tiene ni idea de hockey, lo único que puede exhibir es buena voluntad.

Estamos ante un perfecto entretenimiento familiar, sin grandes pretensiones pero con buenos sentimientos y ameno, donde los patosos chavales van mostrando sus buenas cualidades, insistiendo que es más importante disfrutar de la camaradería y de la vida, que ganar un partido. Repite Emilio Estevez como Bombay, y como aguerrida mamá tenemos a Lauren Graham, que se hizo célebre con Las chicas Gilmore. En Disney son especialistas en seleccionar niños actores para sus producciones, y los de aquí encajan bien en sus roles, hasta haciendo bromas con el guaperas que mueve la melena al viento, o el que todo el hockey que sabe lo ha aprendido en la videoconsola.