Golazo de Julián Álvarez y penal de Haaland para el sufrido triunfo de Manchester City, que es líder

A medida que el pistoletazo de largada del Mundial de Qatar se acerca, todas las señales adquieren una dimensión especial. Las negativas, como una lesión (por leve que sea), generan incertidumbre y preocupación. Las positivas, como las buenas actuaciones o los goles, multiplican las ilusiones. A la columna del haber del seleccionado argentino aportó este sábado Julián Álvarez, que volvió a convertir y tuvo un positivo rendimiento en la agónica victoria 2 a 1 de Manchester City sobre Fulham por la 15ª fecha de la Premier League.

El cordobés, que se perfila como la primera alternativa que Lionel Scaloni maneja para el ataque argentino en la Copa del Mundo (fundamentalmente en el puesto que hoy pertenece a Lautaro Martínez), le sacó provecho nuevamente a la titularidad que Josep Guardiola le está otorgando a partir de la lesión en uno de sus pies del noruego Erling Haaland. Ya lo había hecho el miércoles, en el partido con Sevilla por la última fecha de la fase de grupos de la Champions League, en el que gritó un tanto y dio dos asistencias.

Movedizo y participativo, el exdelantero de River tuvo su premio a los 16 minutos del primer tiempo, cuando picó en el momento justo entre Tim Ream y Antonee Robinson, recibió un pase profundo del alemán Ilkay Gündogan y definió con un bombazo de derecha que el arquero teutón Bernd Leno alcanzó a rozar, pero no pudo detener.

Álvarez, que antes de este encuentro había marcado dos tantos en la Premier League (ambos en la victoria frente a Nottingham Forest por la quinta fecha), tuvo un par de ocasiones en el primer período para engordar su cuenta, primero con un cabezazo desviado y luego con un derechazo que alcanzó a bloquear Ream. Pero además entró en contacto con el balón mucho (y muy bien) y hasta aportó en función defensiva. Por eso fueron muy merecidos los aplausos que recibió cuando fue reemplazado a los 18 minutos del complemento por Haaland, quien se había perdido los últimos dos partidos de su equipo.

Más allá de la buena labor del argentino, el encuentro resultó un inesperado quebradero de cabeza para el City. Porque a los 26 minutos del primer tiempo, cuando estaba en ventaja y no pasaba sobresaltos, se encontró con una acción que condicionó el futuro del juego: João Cancelo derribó a Harry Wilson en el área y el árbitro Darren England sancionó penal y expulsó al defensor portugués (la revisión en la pantalla al pie del terreno no hizo más que permitirle ratificar su decisión). El brasileño Andreas Pereira, con frialdad, estampó el empate para la visita.

A pesar de la desventaja numérica y del peligro de un contragolpe con su defensa diezmada, el local siempre fue el dueño de la iniciativa, la pelota y las maniobras más riesgosas. De todos modos, nada parecía suficiente para romper la parda, ni siquiera un cabezazo de Haaland que terminó en la red, pero fue anulado por una milimétrica posición adelantada detectada por los encargados del VAR. Hasta que en el tercer minuto agregado del complemento, Antonee Robinson golpeó a Kevin De Bruyne en el área en una jugada que parecía no acarrear riesgo y el árbitró volvió a señalar el punto penal. Haaland celebró su 23° tanto con la camiseta del City y selló el 2 a 1 definitivo.

Esta victoria le permitió al conjunto de Guardiola llegar a 32 puntos y saltar, al menos transitoriamente, a la cima del certamen: le sacó una unidad de ventaja a Arsenal, que el domingo visitará a Chelsea en Stamford Bridge. Justamente Chelsea será uno de los dos rivales a los que enfrentará Manchester City antes del parate impuesto por el Mundial: el miércoles se medirá con el elenco dirigido por Graham Potter por la tercera ronda de la Copa de la Liga inglesa y el sábado chocará con Brentford por la 16ª fecha de la Premier League.