Críticas de Judas y el mesías negro (2021) - FilmAffinity
Haz click aquí para copiar la URL

Judas y el mesías negro

Drama. Thriller Historia real que gira en torno a Bill, un delincuente que se dedica a robar coches y al que, tras ser detenido, el FBI le propone la absolución de sus delitos si coopera con ellos infiltrándose en el partido "Panteras Negras", del líder y activista negro Fred Hampton. (FILMAFFINITY)
<< 1 2 3 4 5 7 >>
Críticas 35
Críticas ordenadas por utilidad
4 de mayo de 2021
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “Judas and the Black Messiah” (2020) de Shaka King con Daniel Kaluuya, Lakeith Stanfield, Jesse Plemons, Martin Sheen, Ashton Sanders, Lil Rel Howery, Algee Smith, Jermaine Fowler, Robert Longstreet, Terayle Hill, Dominique Fishback, Nick Fink, Darrell Britt-Gibson, entre otros.

Drama nominado a 6 premios Oscar incluyendo Mejor Película, trata sobre un informante del FBI, cuyos motivos son, en el mejor de los casos, cuestionables...

Basado en hechos reales la historia gira en torno a un delincuente que se dedica a robar coches, y al que, tras ser detenido, El FBI le propone la absolución de sus delitos si coopera con ellos infiltrándose en el partido “Panteras Negras” del líder negro Fred Hampton, un activista y revolucionario socialista estadounidense; tan carismático que lo coloca directamente en la mira del gobierno, el FBI y la Policía de Chicago.

Este es el 2° largometraje de Shaka King, y la 1° película en tener todos los productores negros al ser nominada a Mejor Película en los premios Oscar, así como la 1° en tener varios actores negros nominados en la categoría de actuación, y la 1° primera película en tener a un actor británico negro en ganar un Oscar en dicha categoría.

El filme con claras y obvias referencias bíblicas, es una dramatización electrizante de eventos históricos, una condena enérgica de la injusticia racial y un gran triunfo para su director; pero sobre todo a las actuaciones de Kaluuya y Stanfield; sin olvidar sus temas oportunos, lo convierte en un relato escalofriante de opresión y revolución, coerción y la traición; por ello es aún más impactante por la vigencia constante de sus temas; aunque el foco de la película son los pensamientos y los sueños de Hampton.

No obstante, los 2 actores principales que fueron nominados en la categoría de actor de reparto resultó inesperado y confuso; porque si Stanfield y Kaluuya son ambos actores secundarios:

¿De quién se supone exactamente que trata esta película?

Por un lado, esto se debe al hecho de que La Academia de Hollywood permite que cada miembro votante determine por sí mismo, en qué categoría cae la actuación de un actor, ya sea protagonista o secundario... pero Stanfield fue una gran elección.

Aunque Bill tenía 17 años entonces, fue una persona interesante que tomó decisiones cuestionables, y gustó el conflicto que se generó con el tiempo entre su lealtad al FBI y al partido “Pantera Negra”; de ahí que Lakeith Stanfield da una de sus mejores actuaciones aquí, con tantas capas y matices en su interpretación para dar una idea de cómo es su personaje.

Y a pesar de conocer la historia, todavía sorprendieron algunas de las cosas que hace O'Neal, y de alguna manera, Stanfield se las arregla para hacerlo sentir algo comprensivo al final.

Pero la principal atracción aquí es Daniel Kaluuya, que es fascinante como Fred Hampton; sacando el acento de manera brillante, agrega mucho carisma y poder al diálogo; su forma de hablar, elocuencia y carisma se vuelve tan poderoso por la energía y la confianza que Kaluuya aporta a cada palabra que sale de su boca.

¡No podía creer que fuera el mismo hombre de “Get Out!!

Y por ello, Kaluuya obtuvo el Premio Oscar al Mejor Actor de Reparto.

Ciertamente aquí hay mucha libertad con la historia del “judas” y la razón por la que "el mesías negro” haya sido asesinado en realidad se desconoce, tanto como si Bill O'Neal fue en realidad la persona que envenenó a Fred Hampton...

El otro Oscar fue para Mejor Canción Original “Fight for You” interpretada por HER, que realmente cierra las heridas del visionado y provoca que levantemos el puño por los que no están y para seguir con la lucha por los derechos civiles.

Al filme se le puede achacar el mismo inicio de “documental rápido” que tienen todos los filmes biográficos, en especial sobre personajes negros; personajes que aquí van y vienen constantemente, prácticamente sin desarrollo; y en lugar de centrarnos en lo que convirtió a Fred Hampton en una persona tan poderosa:

Su política, sus palabras, su análisis... nos vemos obligados a ver una historia bastante cliché, con una versión bastante superficial de un informante.

En cuanto al personaje de Bill Oneil, quien desafortunadamente se convierte en el personaje principal de la película, no tenemos una idea de su ideología o sus motivaciones, solo que quiere dinero... pero lo más interesante que aprendemos sobre él, es el metraje real del documental que aparece al final, lo que me hace preguntarme:

¿Por qué no estoy viendo un documental en su lugar?

Quizás el valor de la película radica en que la violencia no trae cambios duraderos, y que la mayoría de los estadounidenses no se relacionan ni con Las Panteras Negras ni con J. Edgar Hoover, sin olvidar el poder corrupto que se niega a escuchar y ceder derechos civiles universales.

Por ello el filme es relevante e importante, particularmente el énfasis en el socialismo y la coalición arcoíris; no podría ser más oportuno con todo eso del #BlackLivesMatter, y por ello es una película electrizante, porque a través de la fuerza y la magia del cine, se denuncia los abusos de personas que en su momento lucharon por su pueblo, y que lamentablemente continúan haciéndolo.

“Yo soy un revolucionario”

RECOMENDADA

http://lecturascinematograficas.blogspot.com/
Alvaro Zamora Cubillo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
18 de abril de 2021
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me llama la atención y también me preocupa no saber nada, ni si quiera haber escuchado o leído nada acerca de la historia real en la que se basa Shaka King para Judas y el mesías negro. Conocía a Malcolm X, a Martin Luther King Jr. y a Las Panteras Negras pero... ¿Por qué no conocía a Fred Hampton? ¿Por qué ha tenido que venir un negro a explicarme una parte tan importante de la lucha por los derechos civiles? Pienso que la respuesta es clara. La invisibilización del colectivo afroamericano, sufrida desde que el mundo es mundo, tiende a que se nos comunique la información que solo unos quieren, adulterada y superficial conforme a los intereses de los que nos doblegan, de las altas esferas para las que el capitalismo es su máxima vital. Pero no es una película que solo habla de negros. Es una película que habla de justicia social. De la unión de la gente por una misma causa: la igualdad y la libertad. De mirar a los ojos de quienes nos pisan. De reivindicar la dignidad humana que nos merecemos frente al abuso y corrupción de las caras más torcidas de un sistema que empobrece al pobre y enriquece al rico. Es una película más cristiana que muchas otras que solo se disfrazan con cruces y espinas. Es una película realmente encabronada con una situación de racismo insostenible que no solo pasó, sino que sigue pasando como podemos comprobar. Es un grito de ayuda, de hastío y de rebelión en perfecta armonía con otras de las nominadas a mejor largometraje como Minari. Historia de mi familia (Lee Isaac Chung, 2020) y Una joven prometedora (Emerald Fennell, 2020) que se preocupa lo suficiente para transmitir el mensaje de forma nítida, directo y sin titubeos, sin caer en la acritud de la doctrina o la sensiblería del victimismo en un tipo de cine social en el que esto es fácil cuando la involucración en la lucha de su director es tan grande y firme.

La película soñada por Spike Lee me funciona en muchas cosas, en otras, no tanto. Me encanta cuando se abraza el thriller más intenso con la doble moral del verdadero protagonista de la película, Bill O' Neal (Lakeith Stanfield), en su labor de Cosa impostora infiltrada en la base científica del capitán Hampton (Daniel Kaluya). Y odio cuando se desvía de esta idea con dramatismos y romances disuasorios de esa línea principal. Bill O' Neal es, en lugar de un alienígena capaz de mutar en una persona como en la ineludible La cosa (El enigma de otro mundo) (John Carpenter, 1982), una rata capaz de disfrazarse de la persona que quiera. Un topo que define, en mayor o menor medida, a un gran sector de la sociedad cuyo nulo posicionamiento político, a pesar de pertenecer a la misma raza asesinada o asediada por el mismo ser inhumano e invisible, favorece la labor de acoso y derribo hacia los más vulnerables por ignorancia, parsimonia o mero egoísmo, como tan bien recrea King en su contrargumento con la idea aristotélica de que la virtud está en el término medio. Pero es fácil posicionarse en el término medio, alegando que los 'extremos se chocan', siendo un esclavista como Aristóteles o perteneciendo a una clase privilegiada como Roy Mitchell (Jesse Plemons), ¿verdad?

Y es por esto que funciona tan bien en ese sentido. Porque no es solo la palabra la que apoya el discurso de King, es porque el hecho histórico existe y, más preocupante, se extiende hasta nuestros días. Porque la oratoria de Hampton está constatada y justificada, razón por la que es tan atractiva para el público general que es, en mayor medida, el que sufre la aporofobia del capitalismo. Aunque tenga elementos de la blaxploitation, no pertenece, ni por casualidad, a este movimiento por el simple hecho de que fue una estigmatización en torno a la delincuencia de la población negra, siendo Judas y el mesías negro radicalmente opuesta a estereotipos o sesgos sociales. Es de activismo por la igualdad, y tiene una escena preciosa en la que esto se resume de manera brillante involucrando a los representantes de la herencia cultural sureña tan injustamente analfabetizados por el memorándum popular.

Para tener un buen dúo de actores casi siempre se requiere química entre ellos, pero la antiquímica también es capaz de brindar grandes dúos (véase, por ejemplo, Malcolm McDowell y Robert Shaw en la Caza Humana de Joseph Losey) como, en este caso, el de Kaluya y Stanfield. Consiguen hacer incómodas escenas de fraternidad que deberían aliviar la tensión por la cercanía de una broma o la confidencia de un diálogo, pero el desapego entre ambos actores, la nula complicidad que mantienen es perfecta para potenciar el mensaje de King y la hipocresía de su protagonista. He de decir que, aunque Stanfield tenga mayor presencia en el argumento, Kaluya es capaz de colapsarlo. Quizás sea porque su papel es intencionalmente histriónico o por lo increíblemente carismático y expresivo de su intérprete, pero Kaluya consigue, muy a favor del argumento y mensaje, acobardar en el mejor de los sentidos la buena interpretación de Stanfield. Jesse Plemons también está soberbio en su gélida actuación de la perversión social, replicándolo en forma de hipérbole un hipercaracterizado Martin Sheen que he llegado a confundir con Robert Duvall.

El mayor contrajuego de la película es el marcado ritmo que perpetra el motor de la narración, Billy. No solo es extremadamente lento en muchos tramos, sino que la repetición del mismo concepto hasta las rupturas de tensión se me antojan demasiado monótonos aun entendiendo su necesidad para remarcar el mensaje y hacer más latente la problemática en base a la profundización gradual del conflicto de sus personajes a las que las pobres escenas de acción y thriller no terminan de compensar tan bien como deberían, véase la fugacidad de la escena del primer tiroteo o la reprochable escena del interrogatorio de Judy Harmon (Dominique Thorne) a Billy.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Tiggy
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7 de marzo de 2021
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos encontramos ante una cinta bien producida en la que conectamos con la historia de vida de Fred Hampton, un líder activista del los Panteras Negras asesinado en 1969 y cuyo legado aún continua vigente. Destaca la actuación de Lakeith Stanfield, el actor protagonista, que sabe transmitir la dualidad en la que se encuentra sumido su personaje, algo que, sin duda, es lo más interesante del filme y lo que hace que la historia pueda atrapar al espectador. De interés histórico-político, por momentos algo lineal y hollywoodiense, se agradece en la parte final la entrada en juego de un fragmento documental real que nos ayuda a poner en contexto todo lo que hemos visto. Destacar, también, el temazo "Fight for You" de H:E.R, bien escogido para la banda sonora. En definitiva, interesante película que recomendamos ver en días que no haya sueño.
rubendjrup
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
26 de abril de 2021
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siendo ya algo habitual, nos llega otra cinta que nos narra otro trágico suceso durante una de las épocas más oscuras de los EEUU, la persecución policial contra los panteras negras.

Esta cinta va a estar dirigida por Shaka King, siendo su opera prima, la cual nos narra la vida de Bill, un joven delincuente que tras ser pillado robando un coche, va a ser contratado como doble agente para que se infiltre en los panteras negras y así frenar la lucha ideológica de Fredrick Hampton.

En cuanto puntos positivos, hay que alabar el gran trabajo actoral por parte de Daniel Kaluuya, siendo el mejor actor con diferencia de la cinta, dando unos grandes discursos que te erizan la piel como el personaje real, aunque no se puede olvidar de Lakeit Stanfield o Jesse Plemons que hacen un digno trabajo. Tanto la parte introductoria y la final cumplen con lo que se propone, contando una interesante historia sobre la segregación racial, dando un digno cierre a la historia, siendo fieles a la historia real, aunque con algunas suavidades.

Destaca por lograr crear ese ambiente del Chicago de los años 70-90 tanto en escenario como en la banda sonora, siendo el responsable Mark Isham, famoso por trabajar en obras como "Nell" y cuenta con buenas referencias a los sucesos ocurridos durante esos años como importantes figuras como Malcon X, Los Crown o Martin Luther King, logrando atraparte en ese contexto, como imágenes y videos reales dentro de la película, los cuales siempre se agradece.

Ya en lo negativo, ya a mitad de la cinta sufre una caída en el el ritmo y se nota que la alargaron de manera innecesaria, creando tramas secundarias que no llegan a nada, como la relación entre Freddy y su esposa, pudiendo aportar en ese tiempo en ver la perspectiva de la policía, los cuales solo se demonizan metiendo a todos en el mismo saco o pudiendo aportar un poco más sobre el periodo de la cárcel de Freddy o de la historia de los Crown.

Por lo tanto, recomiendo que la veas si quieres conocer la vida de Freddy, la cual es bastante admirable pero dentro del cine biopic no es de las mejores, contando con muchos momentos aburridos para una historia que merece ser recordada. Saludos y gracias por leer mi crítica.
pedro20
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6 de junio de 2021
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En los años ‘60 Bill es un hombre afrodescendiente que se hace pasar por agente del FBI para afanar autos, hasta que la propia agencia lo atrapa y le dice “¿así que sos uno de los nuestros? Bueno, ahora si no querés comerte una eternidad en cana vas a tener que infiltrarte en el partido Panteras Negras para conseguirnos información”. Así es como conoce a Fred Hampton, líder del movimiento revolucionario, quien se vuelve su amigo y… ¿protector? La cuestión es que Bill se verá cada día más conflictuado entre su deber para con los federales y su compromiso con la causa.

Esta historia basada en hechos reales cuenta con un impecable guión que reconstruye una de las páginas más oscuras de la historia de Estados Unidos. A través de este juego de infiltrados y traición, retrata la opresión sufrida por la comunidad negra, los abusos policiales y, obviamente, se trazan paralelismos con la actualidad.

Daniel Kaluuya ofrece una de sus mejores interpretaciones de su carrera poniéndose en la piel de Hampton, el líder activista, dotándolo de mucha fuerza y compasión, procurando dejar al margen esa visión terrorista que se le ha dado a estos personajes y mostrar su lado idealista, político. LaKeith Stanfield, quien da vida a Bill O’Neal, se mueve con mucha versatilidad al ser un hombre que se presenta con diferentes caras, pero en los momentos de introspección es cuando más brilla. Y no quiero dejar afuera a Dominique Fishback y Jesse Plemons; la primera porque lleva a cabo la actuación más conmovedora de la película, y el otro porque, si ya no lo hacían, es alguien a prestarle atención, un actor que sabe trabajar muy bien lo gestual (sobre todo haciendo de “malo”), en este último tiempo viene teniendo muchas y muy buenas participaciones en distintos proyectos y próximamente protagonizará el nuevo film de Scorsese.
Max Musimessi
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 5 7 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow