Saltó a la fama con 16 años, tras conseguir el papel de Nora Amalia Grace en la serie Skam España (Movistar +), en la que fue protagonista las cuatro temporadas en las que estuvo. Después, llegó Parot (TVE) donde compartió rodaje con Adriana Ugarte o Blanca Portillo, a las que admira como intérpretes y, sobre todo, como personas. La rueda del éxito parecía girar con la cadencia que Wallace marcaba, los medios se la disputaban, las redes sociales la elevaron a la categoría de actriz del momento y de repente todo paró. El teléfono dejó de sonar y comenzó un nuevo aprendizaje: el de encajar los ‘no’. Sin duda, 2021 fue el año más duro y fructífero, en materia de crecimiento personal, que la protagonista de Culpa Mía (Prime Video, estreno 8 de junio) ha vivido. Su respuesta ante esta andadura por el desierto: “Estar súper agradecida, porque ahora valoro mucho más cuando salen las cosas”.
GLAMOUR: Este año 2023 viene cargado de proyectos. No has parado.
NICOLE: (Risas) No, por suerte no. Este 2023 se estrena Culpa Mía (Amazon Prime Video), Ni una más, con Clara Galle (Netflix), se está presentando en festivales de cine una película que se llama Vera que filmé hace dos años. Y ahora estoy rodando el largometraje 366, con Luis Fernández y Nadia de Santiago.
G.: ¿Cuántas horas tiene tu día?
N.: Mi día tiene unas 48 horas (risas). Para mí 2021 fue un año de parón, entre comillas porque estuve yendo a clases de interpretación, estudiando en la Universidad y componiendo música, pero en términos de interpretación es verdad que no me salía nada. Hice muchísimos castings, casi uno por semana, esos son muchos si estás un año entero así y que no te salga nada. Pero ahora estoy súper agradecida de esa etapa porque gracias a ella aprendí a tener paciencia y a que cuando las cosas salen hay que saber valorarlo mucho.
G.: ¿Cómo gestionaste este periodo de sequía laboral?
N.: Yendo mucho al psicólogo, hablando con mi madre, con mi hermana, con actrices a las que admiro, tengo cerca y llevan más tiempo en la industria por lo que me pueden aconsejar muy bien, como Adriana Ugarte o Silma López. Toda esta gente es la que me ha ayudado. Al final, es ir aguantando, pasar el bache y esperar la recompensa. Ahora que no paro, me digo a mí misma: “Aguanta, no te quejes, sé agradecida que en cualquier momento puedes volver a frenar”.
G.: ¿Todos esos años de conservatorio y disciplina te han ayudado?
N.: Muchísimo. Cuando eres pequeña a veces quieres dejarlo e ir a jugar con tus amigos. Pero ahora me doy cuenta de lo buena que fue esa formación. Durante estos últimos meses me he estado despertando todos los días con una sonrisa en la cara. Voy a trabajar, aguanto 12 horas currando y me voy a dormir. Y duermo bien (risas), mis ocho horas. Sé que al día siguiente volveré a empezar de nuevo toda la jornada, pero tengo una rutina de trabajo desde los nueve o 10 años, este es su fruto.
G.: Eres bailarina, música… ¿ser tan creativa te ha salvado en este periodo un poco más oscuro?
N.: Ha sido un salvavidas poder decir vale, no estoy actuando, pero estoy yendo a clases de interpretación que me hacen estar conectada con el mundo actoral. Llevo desde los ocho años haciendo música y puedo componer y tocar. Puedo ir a clases de baile para seguir alimentando ese nervio creativo que tengo. O voy a la Universidad y me centro en mis estudios de psicología, que también es algo que me encanta. Creo que somos una generación de actores que ha sabido alejarse de esa presión de encasillarse o de centrase únicamente en la profesión, que es muy dura y que no siempre te recompensa, por mucho esfuerzo que le pongas. Lo noto un montón en la gente de mi edad, de repente mis amigas también bailan, cantan, dibujan o escriben, no hay límites.
G.: Para lo joven que eres se te ve muy equilibrada y sabia.
N.: Si lo hablas con mi madre y mi hermana, te dirán que soy así desde que nací. Soy como un mini buda. Me cambié a un instituto público a los 16 años y me eligieron como mediadora nada más llegar sin apenas conocerme. Y eso que era algo súper diferente para mí, que había estado en un conservatorio. Tengo una vocecita interior muy sabia. También es cierto que tengo una madre, una hermana y unos amigos que me lo han puesto todo muy fácil. Ahora con 21 años se me olvidan las cosas por las que he pasado con 15 o 16. Esos años los pasé mal, en el instituto los chavales de mi edad eran bastante duros. Empecé a ir al psicólogo cuando tenía 17 años.
G.: Siendo mitad estadounidense, ¿no tienes ganas de probar suerte en Estados Unidos?
N.: Sí, un montón. Mi hermana además tiene un lazo laboral muy fuerte allí. Me encantaría, pero es un paso muy importante y hay que darlo despacito y con buena letra. Es un territorio que no conozco mucho, me da un poco de miedo. Además, España está muy bien, hace unos años no te hubiese dicho esto, pero hay mucho trabajo y además es un buen puente para Estados Unidos o Gran Bretaña. Gracias a Rosalía, C.Tangana o a actrices como Ana de Armas, estamos en el punto de mira.
G.: Desde fuera se percibe muy buen rollo y cohesión entre las actrices españolas.
N.: Lo hay. No sé por qué, pero se tiende a poner a una actriz en contra de otra, a compararlas. Con los hombres no pasa tanto. Creo que ha sido una decisión consciente, pero sin hablarlo. Ni de broma vamos a pasar por esto, no vamos a ceder. Pero es muy difícil porque al final muchas de nosotras tenemos 20 años, tenemos inseguridades, estamos en un mundo donde tenemos muchísimos ojos puestos sobre nosotras y bocas que comentan y opinan. Quieras o no, por mucho que estemos trabajadas, te sigue afectando y nos seguimos comparando con todo.
G.: Esta presión, en tu generación, ¿se multiplica gracias a las redes sociales?
N.: He estado rodando una serie en la que somos un grupo de cuatro chicas, todas de la misma edad. Hablamos todo el rato y quedamos. Cuando una de nosotras está súper baja de ánimo, te da rabia porque en muchos casos es por culpa de este canon de belleza que se exige y más desde las redes sociales. Es complicado. Antes, subía un montón de fotos que me hacían gracia, hasta con granos, pero es verdad que llega un momento en el que dejas de hacerlo inconscientemente. Sí que me he sentido mal al caer en ello y he hecho el ejercicio de volver a colgar lo que me daba la gana, sin filtro. Ver la respuesta que genera, en mi caso normalmente es súper positiva, me ayuda. Es verdad que hay casos de mujeres que el feedback no es tan positivo. Pero en el mío, me hace sentir que estoy siendo fiel a mí misma y eso me hace estar contenta y que me dé igual el comentario de una persona que no conozco de nada y escribe desde su casa. Lo más complicado es la comparación: estar al lado de tu colega y que hayamos subido una foto juntas y de repente comenten quién es mejor de las dos. Cuando sucede esto, lo mejor es sentarte con la persona con la que te están comparando, hablar y decirle: “Me está pasando esto contigo”. Seguramente, a la otra persona le esté sucediendo exactamente lo mismo. El resultado: echarte unas risas, tomar un café e irse a casa feliz. En el fondo, somos personitas super pequeñas, con un corazón súper frágil y bonito.
G.: Cuando tienes tiempo libre, imagino que descansas como si no hubiera un mañana y quedas con tus amigos.
N.: Pues exactamente eso (risas). O estoy en casa, momento en el que mi madre aprovecha para decirme todo lo que tengo que hacer: recoger el piso, mirar algo de la uni… Mientras le pido desde el sofá que me deje en paz (risas) . Te voy a ser sincera: soy la típica adolescente a la que le gusta comer macarrones, mientras ve Hannah Montana, con pijama de corazones. Un horror (risas). O el otro plan es quedar con mis amigos. Tengo como un grupo muy mezclado, todos se conocen y todos se llevan muy bien. Son maravillosos. Se lo decía el otro día a un amigo: cuando pienso en ellos a veces lloro, porque son la cosa más bonita que me ha pasado en la vida.
G.: La música de momento ¿aparcada?
N.: Tengo un EP entero dentro de mi móvil. Está ahí, muerto de risa, cogiendo polvo. Es muy triste porque no lo quiero sacar ahora. Lo quiero hacer bien, con un videoclip, con una buena estrategia… pero no me da la vida. Sí que puedo decir que en la peli que estoy rodando toco un poco de musiquita [su personaje en 366 ayuda a tocar el piano al protagonista]. No es la música de mi corazón, pero me quito la espinita.
G.: ¿Cuentas con mucho equipo para desarrollar tu carrera?
N.: ¿Sabes quién es Kris Jenner? Pues mi madre es Kris Jenner. Es la manager de mi hermana también. Además cuento con mis repres para la música y la interpretación, mi publicista… Necesito de un equipo súper bien cerrado y de confianza que me acompañe en el camino.
Fotógrafa: Rocío Aguirre @rocioaguirrev
Estilismo: Mapi Vidal @mapi
Maquillaje y peluquería: Yurema Villa @yuremamakeupartist
Asistente de estilismo: Candela Gómez Alcocer @candelagalcocer_
Talent Manager: Loreto Quintanilla @loretoquintanillacasas
Productora: María Morillas @mariamorillas
Asistente de producción: Roberta Luna @robertalunap
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