Cine y TV

Joss Whedon ha caído en desgracia a causa de su crueldad, no de la cultura de la cancelación

El creador de Buffy, Firefly y The Nevers, entre otras, ha sido destapado por varios colegas de la industria como la clase de tirano que, en sus ficciones, ocupaba siempre el rol de villano a derrotar.
joss whedon
Joss Whedon.Axelle/Bauer-Griffin/Getty Images

En plena era del culto al showrunner, HBO acaba de estrenar The Nevers, una serie sin creador aparente. Sí, Joss Whedon aparece acreditado como guionista y director de su primer episodio, pero la campaña promocional, lejos de utilizar al principal responsable de Buffy (1997-2003) o Angel (1999-2004) como argumento de venta para su nueva superproducción fantacientífica, ha decidido no sólo esconder toda referencia a su persona, sino también cortar públicamente todo lazo antes del estreno de la temporada. El comunicado de la cadena fue sucinto, expeditivo y quirúrgico: “Joss Whedon y nosotros hemos tomado caminos separados. Seguimos entusiasmados con el futuro de The Nevers y estamos impacientes ante su estreno”. Por su parte, Whedon habló sobre cómo haber dedicado dos años de su vida al proyecto, unido a los rigores de un rodaje en pandemia, lo había dejado tan exhausto que prefirió poner el futuro de la serie en otras manos. Si aceptas su versión, fue una separación amistosa. Si vuelves a leer el mensaje de HBO, sobre todo a raíz de ciertas revelaciones recién salidas a la luz, es evidente que se trata de un divorcio. O de una multinacional soltando lastre para intentar salvar su última gran apuesta.

El brillante creador televisivo al que contrataron en 2018 (tras una guerra de pujas con otros servicios de streaming, incluido Netflix) para desarrollar este proyecto original no es, definitivamente, el mismo que entregó su primera temporada envuelto en una polémica que, por encima de otras consideraciones, ponía en duda su profesionalidad en los sets de rodaje, algo con lo que una gigante como HBO no puede comulgar. Y mucho menos después de que el ojo de todo ese huracán de declaraciones fuera Justice League, una superproducción de su filial, Warner Bros., en la que Whedon fue contratado a última hora como medida de emergencia. A nivel artístico, la primera encarnación de una película que Zack Snyder ha podido terminar este mismo año en sus propios términos fue un desastre sin paliativos: puede que los productores creyeran que el director de Los Vengadores (2012) traería consigo algo de esa magia, pero lo único que hizo fue pagar los platos rotos y ejecutar sus notas de forma altamente impersonal. No existe una Justice League de Joss Whedon, en suma, sino una Justice League de Snyder bastardizada por un estudio que podría haber contratado a cualquier otro profesional para llevar a cabo tan ingrata labor.

Pero fue Whedon quien aceptó una oferta que, a la larga, acabaría precipitando su caída en desgracia dentro de una industria ya marcada por la revolución del #MeToo. El primero en atreverse a hablar contra él fue Ray Fisher, joven actor al que Warner pensaba convertir en una estrella gracias al personaje de Cyborg. En lugar de eso, Fisher denunció por activa y por pasiva un trato denigrante por parte de Whedon, Geoff Johns y otras personalidades de cierto poder dentro del estudio. Cuando algunos de sus compañeros de reparto en Justice League, especialmente Jason Momoa, mostraron su apoyo en redes sociales, WarnerMedia decidió abrir una investigación oficial sobre los sucedido en aquel plató. Y en diciembre de 2020, poco después de que HBO anunciase que dejaba de contar con Joss Whedon para The Nevers, The Hollywood Reporter asegura que el conglomerado ha tomado “acciones paliativas” tras concluir sus pesquisas. Desde su cuenta de Twitter, Fisher se hace eco de ambas noticias, estableciendo una línea directa entre ambas… y prometiendo más.

No hablaba por hablar: poco después de sus tuits, un icono del Buffyverso como Charisma Carpenter se solidarizó con el actor, rompiendo un silencio de varios años sobre la conducta de Whedon en los tiempos de Angel. Sus palabras fueron durísimas, pero animaron a muchas de sus compañeras, incluyendo a Michelle Trachtenberg y Amber Benson, a unirse a lo que ya era un clamor: el creador de una de las franquicias más festivamente feministas de la cultura pop fue, en realidad, un verdadero tirano entre bambalinas, reservando siempre su cara más cruel y venenosa para aquellas mujeres jóvenes que, como Trachtenberg en aquel entonces, percibía como más frágiles. Un antiguo guionista a las órdenes de Whedon llegó a declarar que no había nada con lo que su jefe disfrutase más que con hacer llorar a las júniors en las reuniones de escaleta. De hecho, solía relatar entra carcajadas, y con cierto orgullo, la ocasión en que hizo llorar a una guionista dos veces en la misma reunión.

Según THR, el paso del tiempo no convirtió a Joss Whedon en un profesional más empático y humano: su reportaje sobre Fisher informa sobre un par de choques con Gal Gadot en el plató de Justice League, donde llegó a amenazar a la estrella con destruir su carrera si se negaba a declamar los diálogos de una escena tal cual estaban escritos. Dado que el nombre de Gadot aparece de manera oficial en la investigación de WarnerMedia (al parecer, prestó declaración de forma voluntaria), los motivos que llevaron a HBO a tomar una decisión drástica sobre The Nevers resultan cada vez más diáfanos. Sin embargo, nadie debería rasgarse las vestiduras y hablar de cancelación en un caso como el de Whedon, sino que aquí estamos ante un escenario de responsabilidades y transparencia muy diferente al que alumbró el inicio de su carrera. Hollywood, como industria, no puede ni debe permitir actitudes tóxicas y perjudiciales en un futuro, algo que no borra en absoluto las obras anteriores al nuevo paradigma (si acaso, sencillamente las matiza). Por tanto, no se ha decidido hundir arbitrariamente la reputación de alguien a quien mucha gente considera un genio: ha sido su propia crueldad, ejecutada con total impunidad a lo largo de varias décadas, la que ha acabado tornándose en el instrumento preciso de su (auto)destrucción. Y un estudioso de Shakespeare como él debería entender mejor que nadie las consecuencias finales de tamaño ejercicio de hibris.

Succession
Las 25 series de HBO Max mejor valoradas por la crítica en Rotten Tomatoes
Gallery25 Fotos
Ver fotos

También te puede interesar: