¿Cómo empezó todo? 

Soy de Gros y empecé a jugar a fútbol en la plaza del Txofre. Pasaba muchísimas horas allí. Podía bajar a las 17.00 horas y luego, como mis aitas estaban tomando algo, igual no subía a casa hasta las 22.00 horas.

Imagino que sería el rey.

Bueno, no te creas, había gente con mucho nivel y buenos piques. Yo no coincidí mucho con él, pero Martín Zubimendi también ha ido a jugar allí. Nos conocíamos de antes de venir a la Real. 

¿En qué equipos empezó?

Yo empecé en el Lengokoak. Estuve creo que seis años, luego pasé al Antiguoko y al acabar la temporada me fichó la Real. Era Cadete Txiki, con 14 años. A Zubieta ya vine a entrenar y jugué torneos cuando estaba en el Lengokoak y el Antiguoko. Cuando me llamaron para decirme que me fichaban no me lo creía. Uno de mi cuadrilla, Jon Sánchez, ya estaba en la Real. En el Lizeo Santo Tomás, donde estudiábamos, él destacaba un montón. Pensaba que no podía ser que estuviese jugando con él.

Viene de familia futbolista…

Mi aita jugó dos años en el Eibar en Segunda División y con el Hernani lograron un ascenso a Segunda B. Era central, luego pasó a jugar a fútbol sala, ya sé es bastante raro para un central, y creo que llegó a Segunda o algo así. Mi hermano mayor también juega, está en el Touring, en Tercera División. 

¿Quiénes destacaron en su generación?

Ander Martín, Lobete, Roberto López… Ahora mismo, del año 2000, creo que ya no queda ninguno. Cantero y Kortajarena llegaron más tarde. Zoilo también estuvo desde que llegué.

¿Era una generación ganadora?

Bueno, es verdad que nos tocó una generación del Athletic que era muy buena con Sancet, Vencedor, Juan Artola, Asier Córdoba, Paredes… Varios están ahí arriba.

¿Es muy de la Real?

Sí, sí… De pequeño ya era socio, iba con mis tíos y mi prima. Después con mi aita y luego ya con la cuadrilla. Cuando entré en la Real iba con el equipo. 

¿Su primera Real cuál fue?

En Segunda División. Yo era muy de Carlos Vela. Técnicamente era increíble y encima se juntó con Griezmann, que se salió. Fue una buena época.

O sea su primera gran alegría fue el ascenso.

Sí, que tenga yo consciencia sí. De antes no me acuerdo muy bien.

Y la final de Copa, ¿cómo la vivió y la disfrutó?

Fue una pena lo del covid, aunque no sé si nos hubieran dejado ir. Me hubiera encantado verlo y vivirlo allí. Lo vivimos con una emoción increíble con la cuadrilla. Yo que todavía no había vivido un título, para mí fue otro mundo.

¿En qué posiciones ha jugado? 

En el Lengokoak jugaba de medio izquierdo. Pero he jugado de todo. También en el lateral. Aunque luego ya con la edad más pivote, interior o mediapunta. Con 14 años también jugué de central, porque ya medía lo mismo que ahora. Por aquel entonces era alto (risas). Ahí me estanqué y luego pivote o interior. 

La polivalencia como gran virtud.

Sí, me viene bien. El poder adaptarme a pivote, interior, mediapunta y el poder conseguir sacarle provecho a cada posición es una gozada. 

¿Y en el puesto en el que mejor se le ve?

Creo que mi puesto ideal es de 8, de interior. En Segunda jugué más de pivote, con Turrientes por delante, y me sentía muy cómodo. Al haber estado jugando en esa posición me siento cómodo.

¿Qué le queda por mejorar?

Bastantes cosas. La exigencia es muy alta aquí, por lo que la tengo que igualar y demostrar que valgo para estar aquí. Yo diría que la agresividad. Yo me voy a esforzar al máximo; con balón puedo aportar cosas, pero necesito esa agresividad. 

¿Y sus puntos fuertes?

Llegar al área. Para ser un 8 suelo aparecer bastante y si la meto, mejor, no como el otro día.

“Mi aita jugó dos años en el Eibar en Segunda y subió con el Hernani a Segunda B y mi hermano mayor milita en el Touring de Tercera”

Le ha dado muchas vueltas a esa jugada ante el Girona. La tuvo…

No me la esperaba, pero la verdad es que tenía que haber hecho bastante más. Por lo menos, disparar entre los tres palos. Luego me pasé varias horas dándoles vueltas al tema: tenía para echar al palo corto y tal… Me suele gustar también ver mis partidos para comprobar lo que podía hacer mejor o qué he hecho bien o mal. Creo que incluso pude hasta controlar, pero, bueno, la verdad es que no me lo esperaba. Pero tenía que haber cogido portería, aunque solo fuese por la posibilidad de que rozara en alguien. 

¿Es de los jugadores que se martiriza mucho?

No, creo que lo llevo bastante bien. Al momento y durante ese día sí que le doy vueltas. Me gusta pensar, porque para poder mejorar creo que tienes que meditar, pero luego ya no le doy muchas más vueltas porque te comes demasiado la cabeza y al final te pones más nervioso.

¿De cabeza se siente fuerte?

Yo diría que sí. Creo que gestiono bien las emociones y me controlo bastante bien de momento. 

En la fase de ascenso se quedó sin participar en la final.

Jugué los 90 minutos contra el Andorra y me lesioné. Jugábamos la final el fin de semana y el miércoles se me salió la rotula en el entrenamiento. Me tuvieron que operar y todo. Me lo hice solo, en un ejercicio de posesión, estiré la pierna izquierda y se me salió la rótula de la rodilla derecha. Noté como se salía y luego volvía a su sitio. En el momento incluso quise seguir entrenando y me decían a ver si estaba loco. A la media hora, en la camilla, tenía un dolor impresionante. Como estaba en caliente y teníamos la final unos días después yo quería seguir como fuese. 

A Sangalli le pasó lo mismo más de una vez, ¿no? 

De hecho a mí me operan porque a Sangalli le había pasado dos veces. Como después de la primera no le operaron y luego le volvió a pasar, pues decidieron que pasara por el quirófano. La recuperación es más larga.

Se le ha quedado una buena marca de recuerdo…

Sí, tengo una cicatriz importante. Después no he tenido ningún problema.

Luego llegaron los debuts con el primer equipo.

Este sábado vuelvo al campo en el que debuté con el primer equipo en partido de Copa frente al Panaderías Pulido. Tengo buen recuerdo, jugué de titular. Portu marcó el primer gol al aprovechar un pase mío. 

¿Le hizo más ilusión estrenarse en Liga en Vallecas? 

No, el de Canarias. Aunque fuese en un partido de Copa. Me enteré hora y media antes del partido. En la charla puso el once y escribió en la pizarra “Olasagasti”. Yo pensaba no puede ser, este se ha equivocado. Pero, bueno, no me entraron demasiados nervios, lo gestioné bastante bien.

Ahora puede estrenar en el mismo campo su casillero de goles.

Bueno, ya he tenido ocasiones. En el Camp Nou estuve cerca de empatar. Le pegué bien, la pena es que no rozara en alguien y la desviara. Luego le di la vuelta, pero no es lo mismo porque le pegué bien y fue a portería. Te la para, pues qué vas a hacer.

Y luego disputó sus primeros minutos en Anoeta ante el Valladolid.

Sí, entré con 0-1 en el marcador. Fue una gozada. Jugar en Anoeta con el estadio lleno. Al final del partido no podía estar sonriente, porque habíamos perdido, pero sí que tenía esa alegría por dentro por poder jugar delante de tu familia, tus amigos y con nuestra afición.

Echaron de menos a la afición en Segunda… Se quedaron un poco solos.

Bueno, también sabíamos que era un campo muy grande para un Sanse. Pero, bueno, está claro que era diferente. Ver Anoeta da gusto.

El test

  • Un amigo. Imanol Ezkurdia.
  • El mejor compañero. Silva.
  • Y rival. Pues… Rodrigo Goes, del Madrid.
  • Un ídolo. Xabi Alonso.
  • Un entrenador. Imanol.
  • Un momento en su carrera. El ascenso a Segunda. 
  • Un gol. En Gijón, en Segunda. Ganamos y lo celebré levantando los dos brazos como lo hacían los jugadores de la Real que ganaron la Liga allí.
  • Un estadio. El Bernabeú.
  • Un sueño. Ganar lo que sea con la Real.
  • Una afición. La de la Real.
  • Un canterano que va a llegar. Gorrotxategi.
  • Uno que se quedó en el camino. Jon Sánchez.