El viaje de John Wall: una estrella NBA al borde del suicidio | Relevo
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El viaje de John Wall: una estrella NBA al borde del suicidio

El base de los Clippers ha pasado por tres equipos, dos lesiones graves y dos temporadas en blanco en los últimos cinco años. Ahora ha vuelto.

John Wall, con los Clippers. /GETTY
John Wall, con los Clippers. GETTY
Alejandro Gaitán

Alejandro Gaitán

John Wall es uno de los mejores jugadores de la última década. Suma más de once mil puntos, casi seis mil asistencias y ha sido All Star, All NBA o incluso All Defense, premios solo para los elegidos. Líder de unos Wizards que con Wall como referente jugaron semifinales de conferencia por primera vez en diez años. Y también un jugador que en los últimos meses ha sido un problema más que una solución.

Porque pese a ser jugador de baloncesto, uno de los mejores del planeta en lo suyo, la vida de Wall en los últimos cuatro años ha sido un constante sube y baja. Una montaña rusa repleta de depresión y malos momentos. Su vida no ha sido fácil, por supuesto. Creció con su padre en la cárcel y su madre como única referencia. La figura paterna, además, murió por un cáncer de hígado con todavía John Wall en el colegio, por lo que su madre se volvió su mejor amiga. Su apoyo, su piedra angular. Su todo. 

Por eso, tras su fallecimiento a finales de 2019, el mundo de John Wall se vino abajo. Y entre lesiones, la pandemia y problemas deportivos, uno de los mejores bases del mundo desapareció del panorama. 

Una carrera perfecta

Elegido con el primer pick del draft de 2010 por delante de jugadores como Gordon Hayward, Paul George o DeMarcus Cousins, Wall era el mejor de su camada. Llegaba a la liga preparado para marcar la diferencia desde el primer día y así lo hizo en Washington. La franquicia capitalina apostó por él y le dieron las riendas del equipo a lo que Wall respondió con creces. Para su cuarto año, ya con Bradley Beal como compañero, los Wizards eran una amenaza.

En 2014, Wall es elegido para el All Star por primera vez. Había sido parte del quinteto de rookies, había sido jugador de la semana, pero la elección del base para el partido de las estrellas le puso en la conversación. John Wall era, sin ninguna duda, uno de los mejores bases de la NBA y los Wizards se volvieron fijos en playoffs con la excepción de 2016. Jugadores como Otto Porter, Paul Pierce, Martin Gortat o Markieff Morris eran clave, pero Wall era el epicentro de los Wizards más competitivos en años. Y entonces llegaron las lesiones.

Las molestias empezaron en 2016, cuando en verano se operó ambas rodillas, pero fue la siguiente temporada cuando le afectaron su rendimiento. Primero eran semanas de baja, a finales de 2017, luego fueron dos meses que se perdió en enero de 2018 y ese mes de diciembre se confirmaba que se perdería toda la temporada. Una cirugía en el talón izquierdo que fue el principio de su calvario. La operación le abrió una infección, tuvo que volverse a operar y posteriormente, en un accidente doméstico, se rompió el tendón de Aquiles. 

No jugó entre el 26 de diciembre de 2018 y el 31 de diciembre de 2020, dos año y cinco días. Y para entonces ya era jugador de los Rockets y la pandemía mundial había azotado el planeta.

De lesiones al suicidio

Un mes antes de volver a jugar, a principios de diciembre, Washington mandaba a Wall rumbo a los Rockets a cambio de Russell Westbrook. Durante 40 partidos volvió a ser jugador de baloncesto de alto nivel, promediando más de 20 puntos y casi siete asistencias por noche. En Houston era titular, importante y se volvía a sentir querido en una franquicia en plena reconstrucción. Un equipo con Christian Wood, Kevin Porter Jr., Jea'Sean Tate y muchísimas rondas del draft para gastar.

Por eso, cuando llegaron Jalen Green y Alperen Sengün, dos piezas en las que fundamentar el futuro de la franquicia, se le apartó. Wall esperaba volver a ser importante y seguir con el puesto de titular, pero el equipo decidió que no. Franquicia y jugador llegaron a un acuerdo en el que Wall no jugaría pese a que su contrato era el tercero más alto de la liga. Nadie quería pagar lo que valía el base, y mucho menos post-lesiones, pero verle apartado de la dinámica del equipo era demoledor. Sobre todo por lo que había pasado fuera. 

En un artículo publicado en The Players Tribune, John Wall aseguraba que durante los últimos años tocó fondo. Tras la muerte de su madre, en diciembre de 2019, una noche se quedó solo en casa y pensó en quitarse la vida. "Así es como la depresión te engaña", escribía Wall en una carta. "El demonio en el hombro que te susurra que todos estarían mejor sin ti". Esa misma noche, John Wall soñó con su madre, un mensaje que cambió su perspectiva de vida. "Finalmente, decidí hablar con mi círculo y decir las palabras más importantes... necesito ayuda".

Tras meses sin jugar en Houston, Rockets y Wall por fin acordaron una rescisión del contrato. El jugador era por fin libre para decidir su destino y fueron horas antes de que firmara por Los Angeles Clippers. Suma ocho partidos, ha estado sano en casi todos y su aportación a los Clippers está siendo clave sin Kawhi Leonard. Los números son buenos, pero lo mejor de todo ha sido poder volver a ver a Wall en la pista. Que haya dejado los últimos años atrás.