Importante triunfo para el Sevilla, sobre todo para elevar la autoestima de sus futbolistas con vistas a los duros compromisos que se avecinan para la escuadra de Sampaoli, sobre todo en la Liga. Los sevillistas supieron recomponerse tras el descanso y recuperan piezas importantes en su juego.
Dmitrovic | El mejor puesto cubierto, tiene dos verdaderos porterazos
Con múltiples carencias en el resto de las posiciones, sobre todo en lo referente a los defensas centrales, el Sevilla sí tiene una posición cubierta con un nivel máximo. Lógicamente, la referencia es a la portería y no se trata de descubrir la pólvora en estos momentos, pero tanto Bono como Dmitrovic suelen completar actuaciones sobresalientes. El serbio fue decisivo en la primera mitad con sus intervenciones ante King, sobre todo, y ante Enner Valencia y Kadioglu al empezar.
Joan Jordán | Por fin recibió una buena noticia en un campo
Desde que se vio obligado a fingir más daño de la cuenta en la agresión que sufrió en el Benito Villamarín el catalán parecía otro. Carente de confianza, con la autoestima perdida, perdió esa ascendencia que tenía sobre el juego del Sevilla. Con la ayuda de William Arao en el rebote, su disparo sí fue osado y eso le sirvió para liberarse y para comandar a los suyos en el juego.
Acuña | Corre el riesgo de enloquecer con tantos movimientos
Si ya se había lamentado del papel contra el Osasuna y había hecho referencia a las herramientas frente al Atlético, Sampaoli se lo puso más difícil todavía. En la primera mitad le encargó que fuera lateral izquierdo y también medio centro junto a Fernando. No tiene el don de ubicuidad y corría el riesgo de enloquecer. Después lo colocaron de central y en la segunda mitad elevó mucho su rendimiento.
Rakitic | Increíble la sangre fría antes de dársela a Lamela
En la primera mitad, como casi todos sus compañeros, había sido un cero a la izquierda. Incapaz de presionar a los turcos por ahí se le escapaba el agua a la piscina de la presión, porque los rivales lo tienen fácil para salir por su zona. Sin embargo, tras el descanso, con Joan Jordán al lado, sí fue mucho mejor y se redimió con esa serenidad para aguantar lo indecible antes de dársela a Lamela en el 2-0.
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