Muere la legendaria soprano Jessye Norman a los 74 años - Ópera Actual

Muere la legendaria soprano Jessye Norman a los 74 años

La cantante, poseedora de un amplio registro vocal, fue una de las grandes voces líricas del último tercio del siglo XX

01 / 10 / 2019 - Lourdes MORGADES - Tiempo de lectura: 4 min.

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Jessye Norman © Carol FRIEDMAN

La soprano estadounidense Jessye Norman murió este lunes 30 de septiembre a los 74 años. Poseedora de un inusual amplio registro vocal, que abarcaba desde la tesitura de soprano a la de mezzosoprano, y una técnica impecable, fue una de las voces líricas más extraordinarias del último tercio del siglo XX, que se prodigó poco en los escenarios operísticos para centrar buena parte de su carrera en las salas de conciertos, donde alimentaba en sus recitales su propia leyenda escenificándose a ella misma.

La soprano falleció en un hospital de Nueva York a causa de un shock séptico y un fallo multiorgánico debido a las complicaciones de una lesión en la médula espinal que sufría desde 2015, según un comunicado hecho público por su familia, que destaca los «esfuerzos humanitarios» que la cantante hizo «en su lucha contra el hambre, la falta de vivienda, el desarrollo juvenil y la educación artística y cultural».

Jessye Norman nació el 15 de septiembre de 1945 en Augusta (Georgia), en el sur de Estados Unidos donde entonces todavía imperaba el segregacionismo. Hija de un agente de seguros y una profesora, pianista aficionada, que la animaron desde pequeña a estudiar música y la introdujeron en el canto a los 4 años a través del coro de la iglesia. A los 10 años descubrió la ópera cuando escuchó por primera vez una retransmisión de Lucia di Lammermoor desde el Metropolitan Opera en una radio que le habían regalado. «Me gustaba ponerme algún vestido de mi madre, joyas y una boa y fingir que era una gran cantante», recodaba en una entrevista en 2014 en la radio pública de Estados Unidos.

Una jovencísima Jessye Norman

Cuando cumplió 16 años se presentó al concurso de canto Marian Anderson de Filadelfia (Pennsylvania), que le abrió las puertas de la Howard University de Washington en forma de una beca, allí cantó su primer papel operístico, un pequeño rol en La novia vendida de Smetana. «Me pareció muy divertido y emocionante. Siempre me intrigó el teatro, disfrazarme y ser otra persona por un tiempo», afirmó en una entrevista. Luego estudió el Conservatorio Peabody y en la Universidad de Michigan.

Con el fin de financiar sus estudios, Norman se presentó en 1968 al Concurso de Canto de la Radio Alemana en Múnich, que ganó y con ello consiguió seis contratos para cantar en teatros europeos, lo que le permitió debutar en la Deustche Oper Berlin en diciembre de 1969 cantando la Elisabeth de Tannhäuser. A partir de entonces le llovieron los contratos, en 1970 cantó en el Maggio Musicale Fiorentino L’africaine de Meyerbeer, y en abril de 1972 debutó en La Scala de Milán con Aida, título que también interpretó en el verano de ese mismo año en Estados Unidos, en el Hollywood Bowl antes de que, en septiembre, hiciera su debut en la Royal Opera House, Covent Garden, con Les troyens y durante los tres siguientes años cantó en Alemania, Argentina, España, Francia, Gran Bretaña, Holanda, Italia y Estados Unidos.

En 1975 se instaló en Londres e hizo una parón en su carrera operística por un periodo de cinco años para, según manifestó ella misma, desarrollar plenamente su voz. En octubre de 1980 regresó a los escenarios cantando Ariadne auf Naxos en la Hamburger Staatsoper. En 1982 debutó en la Ópera de Filadelfia cantando Dido and Aeneas de Purcell y Oedipus Rex de Stravinsky. Su debut en el escenario del Metropolitan Opera House de Nueva York tuvo lugar el 26 de septiembre de 1983 inaugurando la temporada del centenario del teatro junto a Plácido Domingo interpretando el personaje de Cassandre de Les Troyens de Berlioz.

La belleza de su voz, poderosa y de color oscuro, su perfección técnica, su extremada profesionalidad, su imponente presencia y su mirada magnética contribuyeron a construir una leyenda que ella misma se encargaba de alimentar en sus recitales de gran liederista con lo que conquistó el mundo.

Francia se rindió a su talento y le otorgó el título de Comendador de Honor de las Artes y las Letras, en Gran Bretaña fue nombrada miembro honorario de la Royal Academy of Music de Londres y el Museo Nacional de Historia Natural de París hasta le puso su nombre a una orquídea. Comprometida políticamente, cantó en la toma de posesión de la presidencia de Ronald Reagan en 1985 y fue invitada por Françoise Mitterand en 1989 para cantar La Marsellesa envuelta en la bandera francesa en la plaza de Concorde de París ante millones de personas en los actos de celebración del bicentenario de la Revolución Francesa.

En 2003 fundó en Augusta, su población natal, la Jessye Norman School of the Arts para estudiantes con talento pero desfavorecidos. En 2014 publicó sus memorias, Ponte de pie y canta.

De su discografía, con cuatro premios Grammy en su haber, destaca su versión de las Cuatro últimas canciones de Richard Strauss, uno de sus compositores favoritos junto a Wagner y Mahler.- ÓA