Película biográfica bastante convencional y llena de clichés, en su mayoría ficticia, de la desafortunada Jeanne Eagels, actriz de teatro y cine mudo hoy en día bastante olvidada, que murió en 1929 a la temprana edad de 39 años en extrañas circunstancias relacionadas con los tranquilizantes y el alcohol.

El director George Sidney basa la película biográfica en la historia de Daniel Fuchs, pero el guión ideado por Fuchs, Sonya Levien y John Fante es bastante torpe y convierte a la vulnerable estrella en una persona antipática que utiliza a quienes la rodean para llegar a lo más alto en Broadway y luego descender a los infiernos por el abuso del alcohol.

Una esforzada Kim Novak da vida a Jeanne Eagels, mientras Jeff Chandler interpreta a Sal Satori, el jefe del carnaval que le da a Jeanne un trabajo temprano y Agnes Moorehead es su profesora de teatro, Nellie Neilson. Los tres están correctos aunque Novak, en mi opinión, no ofrece una actuación lo suficientemente emocional y expresiva, sin duda lastrada por un guión poco convincente que no perfila suficientemente el personaje. Pero, si bien desde el punto de vista dramático no todo funciona demasiado bien, sigue siendo una película hermosa y bastante interesante, filmada en blanco y negro por Robert Planck, con decorados diseñados por Ross Bellah.

La familia de Jeanne Eagels demandó a Columbia Pictures por difamación, objetando la forma en que se representaba a Eagels en la película, en su mayoría ficticia.