Para entender el fen�meno Belmondo basta recordar un gesto del joven Jean-Paul cuando fue rechazado en las audiciones de la Com�die Francaise: le hizo un corte de manga al jurado. La Francia de boato y tradici�n frente a la irreverencia macarra. Los modales contra la pulsi�n del macho. El clasicismo frente a la nueva ola cultural que estaba por venir.
El actor franc�s Jean Paul Belmondo, uno de los iconos culturales del siglo XX,ha fallecido hoy a los 88 a�os de edad, seg�n ha informado su abogado a la agencia de noticias AFP.
Nacido en 1933 en el pijo barrio parisino de Neully-sur-Seine en el seno de una familia de bohemios, el coraje le brot� de su sangre siciliana y piamontesa.Su padre, Paul, fue un importante escultor franc�s y su formaci�n estuvo tambi�n ligada a las artes esc�nicas, estudios que curs� en el Conservatorio Nacional Superior de Arte Dram�tico de Par�s. Una herencia art�stica que tambi�n impregn� a sus dos hermanos, Alain, productor de cine y Muriel, bailarina profesional.
De inicios irregulares en pel�culas discretas, su gran oportunidad lleg� casi por accidente. Un cin�filo obsesivo le reclut� para un proyecto de escaso presupuesto: Al final de la escapada. Todo cambi� para �l. La pel�cula de Jean Luc Godard se convirti� en el latigazo del nuevo lenguaje cinematogr�fico surgido en Francia y que tanto influir�a en Europa como posteriormente en el Nuevo Hollywood que representar�an Coppola, Scorsese y Friedkin. Belmondo era de la noche a la ma�ana el rostro de la Nouvelle Vague y un objeto sexual de la pantalla.
Como a Marlon Brando, le vino bien romperse la nariz gracias a su afici�n al boxeo, porque la belleza a secas no bastaba en aquellos a�os. Era necesaria una turbaci�n de violencia, de acercar el mito al hombre corriente. Por eso gust� tanto. Elegante pod�a interpretar con igual solvencia un papel de acci�n como otro de comedia. Nunca nadie, salvo Frank Sinatra, llev� un sombrero con tanta clase.
M�s all� de sus legendaria filmograf�a con Godard y Truffaut, colabor� con otros directores de prestigio sin importar estilos ni cultura, como Vittorio de Sica (Dos Mujeres), Peter Brook (Moderato cantabile), Agn�s Varda (Las cien y una noches), Jean-Pierre Melville (Leon Morin, sacerdote) o Ren� Cl�ment (�Arde Par�s?) compaginando cine comercial y proyectos m�s personales. Fue durante dos d�cadas el actor m�s taquillero de Francia.
En las salas de cine se eleg�a entre los labios de Belmondo o la fr�a belleza samur�i de Delon
En aquel pa�s efervescente, que vivi� un renacer cultural en los 60 que compagin� gaullismo con el Mayo revolucionario, Belmondo y Alain Delon fueron los dos representantes de esa masculinidad francesa que tanto gust� en Espa�a, superando en popularidad a muchas grandes estrellas de Hollywood, y arquitectos de la poderosa industria de su pa�s, la m�s importante de Europa.
Ambos machos alfa compartieron cartelera y tambi�n celos.
A Delon no le gustaba que Belmondo saliera demasiado cachas en sus escenas y para el recuerdo de rivalidad testoster�nica est� la aparici�n conjunta en Borsalino luciendo ba�ador modelo a�os 30. Eran dos bellezas antagonistas. En las salas de cine hab�a que elegir entre los labios canallas de Belmondo o la fr�a hermosura samur�i de Delon.
Fue una extensa carrera la suya, sin reconocimientos en forma de galardones, la que le llevar�a posteriormente a recibir la Palma de Honor a su trayectoria en el Festival de Cannes 2011, el Le�n de Oro a toda una vida en el Festival de Venecia 2016 y el homenaje de la Academia de los C�sar durante la entrega de los premios del cine franc�s en 2017. El cine le devolvi� a Belmondo lo que Belmondo le hab�a dado al cine.
Su vida personal no fue menos intensa que la cinematogr�fica. Belmondo tuvo largas relaciones con grandes bellezas como Ursula Andress, la italiana Laura Antonelli o la corista Natty Tardivel. Su �ltima pareja conocida fue la ex concursante belga de La isla de las tentaciones Barbara Gandolfi. Tras cuatro a�os juntos, se descubri� que ella le hab�a estafado 200.000 euros y acab� todo como el rosario de la aurora.
Se va uno de los grandes. Francia y el cine est�n de luto. Como los defensores de Juan Belmonte cuando un toro mat� a Joselito El Gallo en Talavera, hoy los fans de Delon lloran por Belmondo.
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