El poder de atracción de Kiki de Montparnasse, la foto más cara de la historia

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El poder de atracción de Kiki de Montparnasse

Por Ana Mª Nimo

‘Le Violon d'Ingres’, Man Ray. 1924

Una copia hecha a partir del negativo original de Le Violon d’Ingres, la fotografía con la que Man Ray inmortalizó a la Reina de Montparnasse en 1924, se vendió recientemente por 162.000 dólares. El original se convirtió en 2022 en la foto más cara vendida en una subasta tras ser adquirida por 12,4 millones de dólares. ¿Qué tiene la imagen tomada por el estadounidense para seguir seduciéndonos un siglo después?

Pocas cosas más sugerentes que la espalda desnuda de una mujer. Le Violon d’Ingres (1924) la fotografía con la que Man Ray (aka Emmanuel Radnitzky) inmortalizó a la ya de por sí eterna Kiki de Montparnasse sigue despertando pasiones un siglo después. Una de las tres copias realizadas en 1970 a partir del negativo original fue subastada recientemente en París por 162.000 dólares. La imagen se vendió muy por encima del precio estimado por Christie's, que esperaba recaudar por ella entre 42 y 64.000 dólares, lo que demuestra una vez más la fascinación que rodea a una imagen convertida ya en el símbolo de una época.

Christie's sacó la lámina a subasta junto con otras 200 obras firmadas por el artista visual estadounidense. La colección, que pertenecía a Marion Meyer, presidenta de la Asociación Internacional May Ray y amiga íntima del artista, abarcaba toda su carrera,desde los dibujos que realizó en la década de 1910 durante su etapa dadaísta hasta sus últimas creaciones.

Aunque varias de sus fotografías no alcanzaron el precio estimado por Christie’s, hubo otros trabajos que superaron sus expectativas -con creces-. La obra que se vendió por una cifra más alta fue All’s Well That Ends Well (1948). La pintura, que toma su nombre de un libreto de William Shakespeare, fue vendida por 284.000 dólares, cuando estaba estimada en la mitad. Sin embargo, la gran sorpresa de la jornada fue la venta de un juego de ajedrez por el que esperaban recaudar en torno a 30.000 dólares y acabó vendiéndose por 216.000. Los coleccionistas más modestos también tuvieron ocasión de hacerse con trabajos del artista. La fotografía Ava Gardner dans le rôle de 'Pandora' (1950), en la que se ve a la actriz caracterizada como el personaje de la película que protagonizó junto a James Mason, fue adquirida por tan solo 2.520 dólares (la casa de subastas esperaba recaudar entre 8 y 12.000).

‘All’s Well That Ends Well’, Man Ray. 1948
‘Ava Gardner dans le rôle de Pandora’, Man Ray. 1950

El escaso interés despertado por el resto de fotografías contrasta con el sorprendente precio alcanzado por Le Violon d’Ingres, y más aún si tenemos en cuenta que se trataba de una copia. La instantánea original se vendió en Nueva York en 2022 por 12,4 millones de dólares tras una pugna de pujas que duró más de 10 minutos y estableció un precio récord para una fotografía en subasta. Man Ray desbancaba así de su puesto a Andreas Gursky, que ostentaba dicho mérito desde 2011 cuando la misma casa de subastas vendió Rhein II por 4,3 millones de dólares.

La fotografía de Man Ray tiene de por sí un valor añadido puesto que pertenece a una época en la que se comenzaba a experimentar con los negativos. El artista jugaba con ellos para descubrir sus posibilidades creativas. En la imagen que nos ocupa vemos a Kiki de Montparnasse, musa y amante del artista, de espaldas al objetivo. Man Ray dibujó con tinta china sobre su espalda dos aberturas que simulan las de un violín y que aluden a las formas curvas de su contorno otorgando a su cuerpo cualidades musicales y evocadoras.

Alice Prin, una conocida de la noche parisina

A pesar de que Kiki (que en realidad se llamaba Alice Prin) por aquel entonces tenía solo 23 años, ya tenía callo en esto de posar. Lo había hecho con anterioridad para el pintor judío-polaco Maurce Mendjizky y seguiría inspirando a todo tipo de otros merodeadores de la noche parisina de posguerra en los años que estaban por venir. El propio Man Ray la convertiría en protagonista no solo de sus fotografías y pinturas, sino también de películas surrealistas como L'Étoile de mer (1928).

‘Kiki’, Maurice Mendjizky. 1921
‘Kiki de Montparnasse’, Pablo Gargallo. 1928-1930
‘Retrato de una mujer con un cigarrillo (Kiki)’, Kees van Dongen. 1922-1924
‘Kiki de Montparnasse II’, Alexander Calder. 1930

La polifacética Kiki de Montparnasse, que se hizo conocida por sus actuaciones en los cabarets, era una mujer deshinibida, seductora e inteligente, que contaba entre sus amigos a intelectuales como Ernest Hemingway. Fue él quién firmó el prólogo de la autobiografía que la francesa escribió con tan solo 28 años. París era un lugar en el que se vivía mucho y muy deprisa.

Conforme pasaron los años, el fulgor de los años 20 se fue apagando y el reinado de Kiki de Montparnasse entró en declive. Tras poner fin a su relación con Man Ray, se casó con el periodista Henri Broca y se convirtió en propietaria de un cabaret, aunque tuvo que dejarlo todo atrás ante la llegada de los nazis a París. Su rastro se pierde ahí, como tantas cosas, y reaparece 20 años después con un estado y aspecto físico deteriorado. Los últimos años de su vida los pasó pidiendo dinero a cambio de actuar en la calle hasta que murió en 1953 víctima del abuso del alcohol y las drogas.

A pesar de que fue inmortalizada por infinidad de artistas -Pablo Gallardo, Kees van Dongen, Jean Cocteau, Alexander Calder, etc.- que hicieron que su corte de pelo, sus ojos pintados y su nariz puntiaguda aparecieran en la postal del París de los años 20, ninguna de sus obras pudo superar a la foto con la que Man Ray la hizo sonar eternamente.