¿Quién fue Alexander Hamilton? El hombre tras el musical

¿Quién fue Alexander Hamilton?

Alexander Hamilton, primer secretario del Tesoro de Estados Unidos, fue la mano derecha de Washington y uno de los padres fundadores de la nación.

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El 11 de enero de 1757, en la remota isla de Nevis en las Indias Occidentales, nació un niño que pasó de no tener nada a ser una pieza clave del devenir histórico y la creación y definición de los Estados Unidos de América. Alexander Hamilton, hijo ilegítimo de un comerciante ambulante escocés y de una mujer franco-inglesa hija de un colono, lograría prosperar gracias a su inteligencia y ambición y sería protagonista de los eventos que llevaron a las Trece Colonias a separarse de la Corona Británica y de la fundación de una nueva nación que estaba llamada a dejar su huella en la historia.

James Hamilton, su padre, abandonó a la familia en 1765 y su madre murió tres años después, dejando a Alexander solo en el mundo a la temprana edad de 11 años. Por suerte, el joven Hamilton trabajaba en una tienda y fue tomado bajo la protección de sus propietarios que vieron su potencial y decidieron darle una buena educación. En 1772, con 16 años, fue enviado a los Estados Unidos con diversas cartas de recomendación que le permitirían entrar en el King’s College (hoy Universidad de Columbia) de Nueva York para estudiar Derecho. John Adams, segundo presidente de los Estados Unidos y rival político de Hamilton, preferiría ignorar este ascenso social y llegaría a referirse a él como “el mocoso bastardo de un vendedor escocés”.

Los años de la revolución

Los estudios de Hamilton se vieron interrumpidos por el ambiente revolucionario que se vivía en las colonias. La oposición al rey Jorge III y a la dominación británica se extendía como la pólvora encendida y Alexander Hamilton respondió a la llamada casi desde un primer momento. Su gran dominio de la palabra y la capacidad que tenía para dirigirse directamente a los sentimientos de las personas con sus textos le llevaron a escribir numerosos panfletos en apoyo de la independencia y, cuando empezó la guerra tras la publicación de la Declaración de Independencia, se convirtió en capitán de artillería y combatió durante los primeros momentos del conflicto.

Pero el papel que Alexander Hamilton debía desempeñar en la contienda cambió drásticamente a finales de 1777, cuando fue nombrado teniente coronel y llamado por el mismísimo George Washington para ser su secretario personal y su ayuda de campo (aide-de-camp). El comandante en jefe del Ejército Continental vio de lo que el “bastardo escocés” era capaz y prefirió alejarlo del campo de batalla para que desarrollara tareas de carácter estratégico, administrativo y político. Al hecho de que se ganara la simpatía y el respaldo del hombre más importante de las Trece Colonias hay que sumar su boda con Elizabeth Schuyler, miembro de una de las familias más ricas e influyentes de la alta sociedad neoyorquina.

En 1781, tras cierto encontronazo con Washington, se le dio un puesto de mando bajo las órdenes del Marqués de Lafayette y combatió en la batalla de Yorktown que terminaría con la rendición del duque de Cornwallis (máxima autoridad del bando británico) y la victoria de las colonias en la Guerra de Independencia.

George Washington (derecha) con el vicepresidente Thomas Jefferson (izquieda) y el secretario del Tesoro Alexander Hamilton (detrás). Imagen: Getty Images.

Hamilton y WashingtonGeorge Washington (derecha) con el vicepresidente Thomas Jefferson (izquieda) y el secretario del Tesoro Alexander Hamilton (detrás). Imagen: Getty Images.

Congreso Continental y Secretaría del Tesoro

De nuevo en época de paz, Hamilton retomó sus estudios de Derecho y empezó a ejercer nada más completarlos. Siguió manteniendo un estrecho contacto con Washington y acabó por volcarse en la vida pública, siendo elegido como representante de Nueva York para el Congreso Continental entre 1782 y 1783, destacándose por su feroz defensa de crear una Convención Constitucional que dotara al país de una carta magna en la que se fortalecieran los poderes del gobierno central.

Sus deseos se vieron cumplidos en 1787 con la formación de dicha convención y, aun cuando Hamilton jugó un papel relativamente discreto en los debates, fue el principal autor de los llamados Papeles Federalistas. Este conjunto de 85 ensayos y documentos fue escrito por Alexander Hamilton, James Madison y John Jay bajo el seudónimo de Publius con el fin de promover la aprobación de la constitución. Hamilton defendía la unión de las antiguas colonias a través de una república federal que contase con un gobierno central fuerte y capaz de gobernar y coordinar las acciones de los estados. Los historiadores creen que los Papeles Federalistas tuvieron un gran efecto a la hora de que se aprobara la Constitución de los Estados Unidos y Alexander Hamilton fue el único de los tres representantes de Nueva York que la firmó.

George Washington, el hombre fuerte de la revolución, fue elegido primer presidente de los Estados Unidos en 1789 y llamó a su segundo, a su mano derecha durante la guerra, para que ocupara la Secretaría del Tesoro. Hamilton tuvo que hacer frente a una situación muy complicada dado que el sistema económico y financiero de las antiguas colonias era caótico y mantenían una deuda considerable derivada de la guerra contra los ingleses. Como era costumbre en él, recurrió a la publicación de una serie de informes entre 1790 y 1791 para defender la creación de una banca nacional, la financiación de la deuda nacional, la asunción de las deudas estatales de la guerra y el fomento de la industria.

La visión de Hamilton suponía fortalecer el control económico del gobierno central y hacer, por ejemplo, que los estados que ya hubieran saldado sus deudas tuvieran que aportar dinero para sanear las cuentas de otros territorios. Estas políticas fueron rechazadas por gente como Thomas Jefferson (redactor de la Declaración de Independencia) y James Madison, que llegarían a formar el Partido Demócrata-Republicano para oponerse a los federalistas de Hamilton. Con todo, los planes de Hamilton saldrían adelante y resultarían de gran importancia para el fortalecimiento de los Estados Unidos como una nación industrial poderosa.

Alexander Hamilton fue el secretario del Tesoro hasta 1795, cuando tuvo que dimitir para retomar la abogacía y hacer frente a los problemas financieros que afrontaba su familia. Ocupó el cargo durante casi los dos mandatos completos de Washington y siempre contó con su respaldo y amistad.

Panfleto Reynolds. Imagen: Wikimedia Commons.

Panfleto ReynoldsPanfleto Reynolds. Imagen: Wikimedia Commons.

Salida de la vida pública y muerte

George Washington abandonó el poder en 1797 con intención de no regresar y su sucesor, John Adams, no tenía a Hamilton en gran estima por lo que su carrera política se vio truncada de la noche a la mañana. Con todo, Hamilton seguía siendo un hombre influyente y ejerció una dura oposición contra Adams y contra Jefferson pero a mediados de ese año vivió un nuevo revés que acabaría para siempre con cualquier posible aspiración a la presidencia.

En julio de 1797 Hamilton publicó Observaciones sobre cierto Documento, un texto de 95 páginas con el que revelaba que las acusaciones de corrupción y malversación de fondos publicadas en prensa eran mentira y que su pecado había sido mantener una relación extramatrimonial con una mujer casada. Hamilton comenzó a mantener relaciones con Mariah Reynolds en 1791, teniendo que pagar un chantaje al marido de esta para que no hiciera público el adulterio del entonces secretario del Tesoro. En 1792 James Reynolds (el marido) fue encarcelado por el impago de salarios para veteranos de guerra y pidió a Hamilton que le liberara o contaría todo y le inculparía de haber participado en el desvío de fondos. Decidido a limpiar su nombre, Hamilton publicó el llamado Panfleto Reynolds convirtiéndose en el protagonista de uno de los primeros escándalos sexuales de los Estados Unidos.

Duelo entre Alexander Hamilton y Aaron Burr. Imagen: Wikimedia Commons.

Duelo entre Alexander Hamilton y Aaron BurrDuelo entre Alexander Hamilton y Aaron Burr. Imagen: Wikimedia Commons.

En 1802, tras la muerte de su hijo Philip en un duelo, los Hamilton se mudaron a The Grange, una casa de campo al norte de Nueva York. Participó en la fundación del periódico New York Eveninng Post y se mantuvo como un referente político para los federalistas durante años, aun cuando la primera línea de la vida política le era cada vez más lejana. En las elecciones a gobernador de Nueva York de 1804, mientras prácticamente todos los federalistas apoyaron a Aaron Burr, Hamilton decidió pedir el voto para su oponente republicano y criticó a Burr en público. No se trataba de ninguna novedad ya que la enemistad entre Hamilton y Burr venía de lejos y ya se había posicionado en su contra en las elecciones presidenciales del 1800 que ganó Thomas Jefferson.

Burr, ofendido, exigió una satisfacción y retó a Hamilton a un duelo que este aceptó. El lugar elegido fue la colina de Weehawken (Nueva Jersey), donde había muerto su hijo Philip. Allí, en la mañana del 11 de julio de 1804, Alexander Hamilton fue alcanzado por el proyectil de Burr y cayó gravemente herido, muriendo al día siguiente.

Legado

A pesar de todo lo que hizo y de haber estado en los momentos más importantes de la recién nacida Estados Unidos, Alexander Hamilton siempre tuvo que compartir escenario con otros que supieron brillar más y que a la larga terminaron eclipsándole.

La primera y mejor defensora del legado de Hamilton fue su propia mujer, Elizabeth Schuyler, quien recopiló y guardó todos los documentos y testimonios que pudo relacionados con su marido. También fue la fundadora del primer orfanato privado de la ciudad de Nueva York. Su carácter ambicioso y su tendencia impulsiva le hicieron quedar plasmado en la historia como un personaje lleno de luces y de sombras (una imagen mucho más realista y completa). Además de ser uno de los padres fundadores de los Estados Unidos, es considerado el primer nacionalista auténtico de ese país y una figura imprescindible para comprender su crecimiento, desarrollo y mentalidad económica en los años posteriores a su muerte.

Alexander Hamilton cuenta con decenas de estatuas y monumentosen su honor y su rostro aparece en los billetes de 10$. En 2015, el compositor Lin-Manuel Miranda estrenó el exitoso musical Hamilton en el que narra la vida del primer secretario del Tesoro desde su llegada a los Estados Unidos hasta su muerte basándose en documentos históricos y biografías bien documentadas, concediendo a Hamilton una nueva vida y reivindicando su figura.

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