Jack Huston, un Ben-Hur del siglo XXI

Jack Huston, un Ben-Hur del siglo XXI

Su apellido le ha abierto de par en par las puertas de Hollywood, pero ahora afronta el mayor reto de su carrera: meterse en la piel de Charlton Heston

Jack Huston es conocido por la serie de televisión 'Boardwalk empire'

Jack Huston es conocido por la serie de televisión 'Boardwalk empire'

Propias

Jack Huston es sinónimo de nobleza, de Hollywood y de la auténtica. Nobleza intele ctual y nobleza de linaje. Nieto del director de cine John Huston, sobrino de Anjelica y Danny Huston, hijo de lady Margot Lavinia Cholmondeley, descendiente del primer ministro británico Robert Walpole, del Tesorero de Bagdad y del fundador de la dinastía Rotschild, con una mezcla explosiva de sangre judía, iraquí, india, alemana, italiana, escocesa, inglesa y norteamericana

Nobleza obliga. Nadie mejor, por tanto, para resucitar el papel de Ben- Hur, el príncipe judío que en el Jerusalén del siglo I es traicionado por su mejor amigo, el tribuno romano Mesala, cruelmente separado de su familia y enviado a las galeras. Una historia con la que Jack sólo puede identificarse hasta cierto punto, porque en su vida todo le ha ido rodado y, como dicen en Estados Unidos, nació con una cuchara de plata en la boca.

Jack, próximamente Ben-Hur, no puede con semejante pedigrí ser contrario al nepotismo, y para su honra no tiene nada en contra de las ventajas que le proporcionan sus vínculos familiares y un apellido que, en el cine, es como Kennedy en la política. "Mi tío Danny me enseñó a estar orgulloso de llamarme Huston, de ser el nieto del director de El halcón maltés y El tesoro de Sierra Madre, de pertenecer a una de las grandes dinastías de Hollywood -explica-. Por supuesto que te abre puertas. Pero también tiene algún inconveniente. Si lo haces mal en una audición, el director no se olvida de ti, quedas fichado. Has de valer, porque nadie te va a dar trabajo sólo por el nombre".

No debió de hacerlo muy mal en la audición para Ben-Hur, porque no sólo consiguió el papel de protagonista, sino que estuvo en consideración para el de su enemigo Mesala. Emular a Charlton Heston (que ganó el Oscar por la legendaria película de Willam Wyler) constituye un desafío en toda regla, aunque cuenta con la ventaja de que las nuevas tecnologías harán aún más espectacular la carrera de cuadrigas, y la audiencia a la que va dirigido el filme ni siquiera había nacido cuando se rodó aquella versión de 1959. Desde entonces ha llovido mucho.

Huston (31 años) es conocido sobre todo por su papel en la serie de televisión Boardwalk empire (ya en su cuarta temporada) como un veterano de guerra con el rostro desfigurado y hombre de pocas palabras que se recicla en una especie de gángster con corazón, un tipo sensible capaz de matar a sangre fría sin pensárselo dos veces. Ha hecho también teatro y cine (19 películas), pero Ben-Hur va a ser su primer gran papel, y nada menos que en una superproducción de la que ya se habla, y eso que el estreno no está previsto hasta el 2016. Morgan Freeman forma parte del reparto, bajo la dirección del ruso Timur Bekmambetov. Uno de esos proyectos que hacen historia, para bien o para mal.

A diferencia de su abuelo, su padre (un guionista nominado al Oscar que se retiró desencantado a criar halcones en un rancho de Nuevo México) y sus tíos Anjelica y Danny, Jack no es norteamericano sino inglés, y se le nota en el acento. Londinense, para más señas. Estudió en una de las mejores escuelas de arte dramático de este país, pero con 21 años perdió la paciencia, se fue a Los Angeles y probó fortuna enviando vídeos de sí mismo a agentes, directores y productores. Con sus contactos, no necesitaba título alguno.

Jack Huston forma parte de la generación de "jóvenes actores británicos" en la que Hollywood tiene puestas sus esperanzas para encontrar un mirlo blanco, el nuevo Al Pacino, Dustin Hoffman, Paul Newman, Marlon Brando, Humphrey Bogart, James Stewart, Cary Grant, James Cagney o -por qué no- Charlton Heston. "Las viejas estrellas no necesitaban levantar pesas ni hacer abdominales, medir dos metros o tener unos pectorales para caerse de espaldas -dice con admiración y un poco de envidia el Ben-Hur del siglo XXI-. Lo que pasa es que eran actores como la copa de un pino, con enorme personalidad y carácter, que hablaban con la expresión de su rostro. Eran hombres de carne y hueso, que fumaban y bebían, y les encantaba hacerlo, vivían intensamente y sus caras lo mostraban".

A Huston, por inmejorable que sea su alcurnia, le queda un largo trecho antes de convertirse en un Kirk Douglas, James Dean o Montgomery Clift, pero Ben-Hur podría ser su primer paso. La oportunidad le ha llegado en un momento ideal, porque estaba un poco frustrado con el ritmo al que avanzaba su carrera y sopesaba la posibilidad de irse a pasar un año a Latinoamérica con su compañera (la modelo norteamericana Shannan Click) y su hija de un año. Su padre lo mandó todo al garete, y él quizás habría hecho lo mismo. Afortundamente, la tía Anjelica le persuadió de tener paciencia y se puso a mover hilos.

"Ser inglés es una ventaja en el mundo del cine -reconoce Huston-. Nuestro pesimismo innato nos hace más realistas y más resistentes. Los americanos tienen quince minutos de fama y ya se creen que han llegado a la cima. Hollywood cree que británico es sinónimo de aristocrático". Lo cual en su caso no podía ser más cierto. De casta le viene al galgo.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...