Irresistible

Desde luego interesa mucho cuanto le sucede a esta mujer desde el primer momento. Y hasta la última secuencia, todos sus estados de ánimo como mujer y como madre resplandecen ayudando a mantener el suspense del relato.

Es posible que a la película le falte garra o acaso la inexperiencia de su autora y directora no le permita ir más allá, pero hay que felicitarla por aportar un nuevo tipo de psicosis o, mejor dicho, un tipo de psicosis poco frecuentado en el cine: el que germina en un abandono infantil, cuestión clave en muchas conductas pero cuya situación original pocas veces se plantea como conflicto neurótico con criminales aspiraciones.

Resulta admirable durante toda la película el recital de Susan Sarandon. La siempre excelente actriz es aquí vivamente homenajeada con un fenomenal repertorio de situaciones y planos como si todo hubiese sido pensado para su lucimiento. Si estuviéramos en el teatro cabría ponerse de pie y lanzarle emocionados "bravos".

La sensual belleza de Emily Blunt funciona a la perfección, así como resulta notable la facilidad con que Sam Neill cede el completo protagonismo a Sarandon: con buen oficio y gran respeto.

Interesante producto de suspense psicológico, producto absorbente en sus variantes narrativas y bien rematado en su desenlace.

Es una propuesta atrapante, donde la opresión mental y la crisis psíquica envuelven sugerentemente el desarrollo narrativo, dando por resultado una cinta paranoica y desequilibrada desde su atmósfera.

La historia nos presenta un conflicto ambiguo y engañoso, donde un giro solapado se esconde detrás de la enfermiza atmósfera de inestabilidad mental y el cual no resulta previsible en ningún momento.

Es por ende una oferta magnética, que utiliza su enigma en forma adictiva para no decaer nunca en intensidad.

Y lo más potable de todo es que como espectadores se nos ofrece una cinta que oscila entre la conspiración mal intencionada y el delirio alucinatorio de una mujer que va perdiendo poco a poco la cordura, su familia y su trabajo debido a la sensación de sentirse acechada.

Claro que también nos dejan las puertas abiertas para sospechar de que se trata de un asunto perversamente elucubrado, donde cada uno de los detalles está fríamente calculado.

También hay que agregar a los méritos las sólidas interpretaciones protagónicas. La mejor y la más convincente es la de Susan Sarandon, quien compone a la perfección un personaje extraviado desde lo psíquico, que busca por todos los medios de demostrar que no está enloqueciendo y que hay una confabulación en contra de ella.

Sam Neill acompaña y coprotagoniza junto a la bella Emily Blunt, y de esta manera se cierra un trío bien solvente a la hora de transmitir las sensaciones idóneas desde las interpretaciones.

En fin, una cinta bien planificada desde su texto, bien absorbente desde su suspense y bien interpretada desde las actuaciones. Bastante infravalorada.

Palabras claves: thriller psicológico, conspiración, paranoia, final sorpresa, secreto del pasado, triángulo amoroso, sospechas.

A pesar de la pareja protagonista, con Susan Sarandon y San Neill, que no hacen un mal papel aunque ambos, y sobretodo Susan, sobreactuan en sus papeles, es una película que paso sin pena ni gloria por la taquilla y que en televisión nunca será más que una película de Telecinco un sábado por la tarde.

Trata sobre como en una pareja perfecta la confianza se va rompiendo por culpa de la aparición de una tercera persona. Así, el marido perfecto empieza a perder los papeles, mientras nota como pierde a su mujer porque la locura la va consumiendo...

Tiene algunos momentos de cierta tensión/miedo y tiene el problema de ser muy lenta al principio y un poco "hollywoodiense" en su final, que a pesar de estar bien argumentado parece demasiado enrevesado para ser verdad.

Lo dicho, si la pillas un sábado en telecinco seguramente dormirás la siesta...

Se puede decir, que es una película clásica o muy vista en muchos aspectos, aunque también hay que añadir que el suspense y la tensión están realmente logrados. Nos encontramos ante otra "La mano que mece la cuna"...e infinidad de films de éste estilo que por ejemplo pueblan la parrilla de programación los Sábados y Domingos de Antena 3. La diferencia claramente está en la interpretación de una soberbia Susan Sarandon, la agradable presencia siempre de Sam Neill y la sorprendente interpretación de la mas desconocida Emily Blunt. La conclusión que yo saque es que Hollywood debería buscar mejores papeles para grandes interpretes como los anteriormente citados. Respecto a la película diré que quién espere ver una de suspense con grandes interpretes y pasar un rato entretenido, no le defraudará. Quién quiera ver actores de 20 años sin tener idea de actual en un guión simplón, que se cambién de sala por que aquí trabajan ACTORES, y lo digo con mayúsculas.

Es una película de intriga y suspense de esas típicas de sobremesa, de las que tanto les gusta poner en Antena 3 un sábado o un domingo por la tarde.
Sigue las fórmulas tradicionales de los filmes de este género. No tiene nada destacable ni original. El reparto es lo más llamativo que posee, al contar con la respetable veteranía de dos grandes como son Susan Sarandon y Sam Neill. Los dos están a la altura y levantan la trama. Sus sencillos papeles no requieren grandes registros, pero los sobrellevan con convicción. Emily Blunt, por su parte, aporta su belleza y poco más.
Como ya hemos venido viendo en otras películas de este tipo, la trama se basa en la aparente felicidad de una familia, en la que todo parece marchar con normalidad, hasta que empiezan a ocurrir acontecimientos extraños que perturban la paz y la armonía. Poco a poco vamos siguiendo la tensión creciente y Susan Sarandon consigue transmitirnos la inquietud y los temores de su personaje, en su búsqueda de pruebas que demuestren que su familia está siendo objeto de una misteriosa amenaza.
Modesta y sencilla, sin alcanzar grandes cotas de tensión, aunque a veces consigue atraparnos de lleno, contagiarnos la sensación de incierta amenaza y el interés por resolver el dilema.
Con un duro mensaje, sin embargo el tema central se trata y se resuelve con excesiva simplicidad, aunque eso sí, no es el típico final feliz y queda abierto.
Pese a todas sus pegas, entretiene y ayuda a pasar el rato sin pretensiones de grandeza.
No está mal cuando tienes por delante más de cuatro horas de viaje en tren y tienes poco más que hacer.