Críticas de Inseparables (1988) - FilmAffinity
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Inseparables

Drama. Thriller Historia de dos gemelos idénticos, el encantador Elliot y el introvertido Beverly. Son las caras opuestas de una misma personalidad: comparten las mismas costumbres, el mismo apartamento y la misma mujer. Pero, cuando entra en sus vidas una mujer especial, el vínculo que une a los gemelos, se ve, por primera vez, amenazado. Y esta amenaza se traduce en el descenso a un abismo de perversión, drogas y locura. (FILMAFFINITY)
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Críticas 68
Críticas ordenadas por utilidad
11 de noviembre de 2007
93 de 121 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1988 David Cronenberg nos trajo una cinta que nos contaba la historia de los gemelos Mantle; unos hermanos que desde pequeños destacaron en los estudios, y que más tarde se convierten en unos prestigiosos ginecólogos especialistas en tratar los casos de esterilidad. A pesar de que sus personalidades difieren considerablemente, pues Beverly por ejemplo es mucho más aplicado e introvertido que Elliot, su aspecto físico es 100% idéntico. Y gracias a ello muchas veces han "jugado" a eso que han jugado tantos gemelos haciéndose pasar el uno por el otro.

Elly y Bev han compartido desde siempre todas las experiencias de su vida; han crecido juntos y han vivido juntos; no hay secretos para ellos, comparten éxitos, fracasos, trabajo, mujeres, todo... casi como dos siameses hubiesen vivido su vida, pero independientes físicamente hablando. Aunque muy pronto irrumpirá en su consulta una actriz de capa caída desesperada por procrear; es entonces cuando empiezan a "jugar" con ella. Aunque esta vez el juego traerá consecuencias, unas consecuencias que contribuirán a que aparezcan las primeras diferencias entre los inseparables hermanos Mantle, o que lo mismo acabarán uniéndolos aún más; quién sabe...

De ahí parte una historia que evoluciona de lo que es aparentemente una simple historia de engaños y celos, a una sórdida espiral de acontecimentos que nos hablan entre otras cosas de la obsesión y la degeneración humana, todo ello con el sello característico del director...

Siempre frío y casi distante es el ojo de Cronenberg, pero es un recurso necesario, pues historias tan oscuras difícilmente transmitirían lo mismo con un registro diferente. Así que, entre quirófanos, uniformes rojos, y unas penumbras afixiantes donde el primer brillo que se atisba es el del instrumental quirúrgico, disfrutaremos de una buena película (que no la mejor) entre el amplio abanico de buenas opciones que nos da a elegir el canadiense.

Mención aparte a la buena actuación de Jeremy Irons, que se basta para interpretar a ambos gemelos él solito con un éxito considerable... y destacar también el opening de la película; me encantan esos créditos, con esos dibujos y esa música...

Ya por último, y como contrapartida, decir que el ritmo es algo lento, y que le sobran cláramente algunos minutos; pero bueno, en general es una película muy recomendable. Eso sí, absténganse hipocondríacos o aprensivos. Le dejo un seis de nota; un seis que bien podría llegar a siete si su ritmo narrativo hubiese sido aún más contundente. No voy a extenderme más; a disfrutarla.
HEIFER
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12 de febrero de 2007
67 de 73 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dead Ringers, traducida en España como Inseparables, es para muchos la obra maestra de David Cronenberg. El canadiense, director de culto, realizó en la década de los 80 una serie de películas de bajo presupuesto, llegando algunas de ellas a ser consideradas clásicos del género, como La mosca.

Cronenberg se aleja esta vez de sus últimas series B, se desmarca de las etiquetas que le fueron colgadas, y firma una escalofriante radiografía acerca de las bajezas y perversiones de la mente humana. Contando esta vez con un actor de gran nivel, y rodando de una manera más clásica, más efectiva y menos efectista. El hecho de caer en menos excesos de los que nos tenía acostumbrados le ayudó a convencer a la crítica que antes le denostaba. Como os decía, el protagonista de la cinta es uno de los intérpretes más solventes del panorama actual. Jeremy Irons da vida a los gemelos, en el mejor papel que jamás se le ha visto, a mi juicio.

Ambos personajes están trabajados admirablemente por Irons, de forma que, sólo observando el gesto de su cara o su forma de andar, podemos ya identificar de qué gemelo se trata. Elliot mira fijamente y camina de forma decidida; Beverly anda siempre con la mirada perdida, y suele vacilar en sus movimientos. Irons está fantástico.

Dos cosas más destacaría en esta película: su construcción narrativa y su atmósfera.

La primera secuencia, mostrando a los gemelos en su infancia, nos prepara el cuerpo para futuros desvaríos. A continuación, Cronenberg nos muestra la exitosa trayectoria de los médicos, digamos su brillante faceta pública. Más adelante, nos insinúa un incipiente lado oscuro, que se confirma poco a poco ante nuestra atónita mirada, y que se desboca en una espiral de locura y autodestrucción.

Cada escena es desencadenante de la siguiente, el director se muestra contenido para variar, y todo acontece a su debido tiempo. El desarrollo de la trama es adecuado, con un incremento progresivo de la angustia, la tensión narrativa y el ambiente irrespirable.

En cuanto a la atmósfera de la historia, Cronenberg sabe plasmar una vez más su personal modo de filmar. Sin duda, es otro de esos cineastas con universo propio. Es meritorio esto, pues denota que su cine no pierde la esencia, a pesar de no incluir sus habituales efectos gore, como comentábamos.

Así, a lo largo de su metraje, la película va desarrollando un clima asfixiante que termina por atrapar al espectador. Animaros a pasar un rato desagradable, en el buen sentido. Os advierto que yo estuve un par de horas revolviéndome en el sillón…
Dick_Laurent
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19 de febrero de 2012
48 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
“No es un film de horror, ni un film de ciencia- ficción… Yo diría que “Inseparables” es un film onírico”. Así definía acertadamente David Cronenberg esta película cuando la estrenó. Y lo cierto es que “Inseparables” es su obra maestra pero también la más desasosegante, la más perturbadora. Su historia, totalmente creíble, está contada en un clima casi de irrealidad, apoyada por un excelente trabajo fotográfico de Peter Suschizky, en tonos fríos y secos que contrastan con las escenas de operaciones con la utilización de batas rojas, (muy acertado su vestuario), dándole un tratamiento casi de vestimentas religiosas, potenciado por un escalofriante instrumental médico y de fondo, el trabajo romántico y oscuro de Howard Shore con su gran banda sonora, que nos envuelve en la vida de los gemelos Mantle, eminencias dentro de la ginecología, que llevan una vida ordenada, perfectamente equilibrada, centrada en la biología y la medicina más racional, tratando a mujeres con problemas uterinos, intentando perfeccionar la naturaleza y sintiendo una obsesiva atracción por las malformaciones de sus pacientes. Este universo unificado se empieza a resquebrajar con la aparición en sus vidas de Claire Niveau, una actriz con útero trifurcado. Las diferencias entre ambos hermanos se irán acrecentando…
Geneviéve Bujold encarna a Claire, dando ejemplo de lo que es la eficacia cuando se actúa, sin sobreactuación de ningún tipo y en un segundo plano, sin intentar ensombrecer a la estrella de la película, Jeremy Irons en su doble papel, perfectamente no solo ya trucado técnicamente, sino diferenciado a los hermanos en una doble actuación que aún hoy sigue siendo la mejor de su carrera. No entiendo como ni fue nominado a los Oscars y que se lo otorgaran poco más tarde por “El misterio Von Bulow”… paradojas más que de la vida de los premios.
Cronenberg fusiona como pocas veces hemos visto en el género fantástico, lo que es una narración puramente dramática de proceso autodestructivo, entrelazando claves universales (como la eterna dualidad que cada ser humano llevamos dentro) y tratado de la máxima cotidianidad. “Inseparables” fue un inesperado éxito comercial. A pesar de ser una película que se escapa de cualquier convicción de “blockbuster”, público y crítica se volcaron con ella. Además es de esa clase especial de películas que a su término el espectador saldrá con dificultad del estado en el que se ha visto sometido, casi de una manera imperceptible, como hacen los buenos creadores.
Maggie Smee
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15 de febrero de 2014
39 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buenas ideas mal desarrolladas.
Los siameses están unidos físicamente, en esta historia la unión-dependencia es psicológico-afectiva solamente. Tenemos a dos gemelos; ginecólogos brillantes, solteros, que viven juntos y que son "felices". Se compensan y complementan perfectamente; el desenfado, la seguridad en sí mismo y un cierto cinismo de Elliot son el reverso de la vulnerabilidad, timidez y bondad de Beverly. Están sanos, no tienen problemas y el futuro profesional es fabuloso. Todo va bien hasta que aparece... "la mujer" (lo femenino -el sexo- como desencadenante, una vez más, de la tragedia, la caída, la destrucción y el caos). Se rompe el equilibrio, la unión indestructible e incuestionable se resquebraja, aparecen las dudas, los miedos y el dolor; a pesar de ser adultos y triunfadores, no han madurado y son incapaces de asimilar el "amor" y su inevitable consecuencia, la vida independiente, plena y "real". Se habían creado un mundo a su medida en paralelo al mundo de los demás, el de verdad, vivían un engaño (se engañaban a sí mismos) forzado y artificial que tarde o temprano tenía que venirse abajo (todos los intentos de huir de la realidad son esfuerzos titánicos muy frágiles ante los embates del exterior -el amor sería un gran pulverizador/desenmascarador de cobardías y falsedades). Esta primera parte es muy interesante y eficaz, está bien planteada la historia en unos pocos trazos certeros y precisos. A partir de ahí vienen los problemas: se pasa a la vorágine autodestructiva sin desarrollo, explicación ni sentido; nos encontramos con una espiral enloquecedora y enfermiza porque sí, no se muestra el proceso, solo vemos el resultado, se pasa de la normalidad a la locura en un instante; no son creíbles las reacciones de los personajes; no se pueden entender comportamientos tan exagerados en tan poco tiempo y por tan poco motivo.
Historia pesadillesca, tortuosa y desquiciada en la que importa la creación de una atmósfera malsana, la consecuencia degradada, no la historia bien construida o los personajes sólidos, estos son meras marionetas utilizadas en un show sensacionalista, agobiante y desolador.
Hay talento para el horror, no para la narración. Buen poeta de lo enfermo, mal contador de historias. Hay una gran sensibilidad para lo esquinado y angustioso, nula capacidad para reflejar lo humano en su vertiente más cotidiana. Se apuesta por un romanticismo oscuro y solemne, se desprecian el escepticismo y el humor. Triunfa, en definitiva, lo trágico, rápidamente se apodera de la historia y devora a los personajes; es, en cierto modo, una mirada directa, entre exaltada y espantada, voluptuosa y horrorizada, a la muerte; entendida como una presencia constante, ominosa y amenazadora, una especie de carcoma que lo pudre todo y ante la que solo cabe el asombro y la contemplación extática.
Esta historia entronca con la ciencia ficción más pesimista, filosófica y abstracta; hay un acercamiento a lo tecnológico (médico/quirúrgico en este caso), a lo mutante y deshumanizado; un futurismo negro en el que se asocia el avance científico, el progreso y el triunfo de la razón con lo monstruoso, abyecto y desviado. Hay admiración y hay temor. Cronenberg intenta extraer/sublimar de ese "género" literario la esencia y evitar el tópico más utilitario. Se aprecia, también, un gusto por la pintura abstracta, el minimalismo y la escultura. Casi parece más un artista de museo y exposiciones que un clásico contador de historias.
Fabuloso Irons, a su elegancia, sobriedad y belleza naturales añade sensibilidad, miedo y dolor. Bujold enriquece un personaje más pequeño, que es utilizado como propiciador para ser posteriormente abandonado, no interesa su matización, solo importa como arquetipo y excusa.
El resultado es contradictorio y desproporcionado; un cuento de terror simplón y efectista que aburre, decepciona y cansa, y, a ratos, un ejercicio de estilo fascinante, perturbador y sugerente. Falla como historia, acierta como vislumbre, como ejercicio poético-patológico (esquizofrénico-paranoico).
Ferdydurke
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13 de agosto de 2007
49 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
David Croneberg creó una de sus mejores obras con la casi insuperable “Inseparables”. Beverly y Elliott Mantle son dos gemelos idénticos pero con personalidades opuestas. Los hermanos lo comparten todo, el trabajo, las amistades, el piso, e incluso a las mujeres. Elliott, extrovertido y atrevido, se liga a una paciente con una mutación que le impide tener hijos, la actriz Claire Niveau, quien acaba con el hermano gemelo tímido Bev, ante el desconocimiento de la actriz de que son dos personas diferentes.

Esta relación provocará una drástica separación de los dos hermanos, hasta el punto en el que primero Bev y más tarde Elliott caen en las drogas. Ante esta situación Elliott cuenta la historia de Chan y Eng. Ya no tienen que conseguir el éxito mediante la colaboración profesional ni compartiendo a las mujeres, sino que el fin último es el de morirse juntos, como Chan y Eng. Y en esta búsqueda de ser y sentirse inseparables los dos hermanos muestran su lado más oscuro, no son Dr. Jekyll y Mr. Hyde, los dos son Jekyll o los dos son Hyde, y el uno no puede vivir sin el otro.

Ante un papel tan complicado como el de los hermanos Mantle, Jeremy Irons, hace la interpretación de su vida recreando las dos caras de una misma persona, o la cara de dos personas diferentes. El terror de David Croneberg es poco convencional, en este film es muy poco superficial y es absolutamente psicológico, una tensión pausada y tranquila con un acompañamiento musical absorbente y preciso. El material quirúrgico “para separar gemelos idénticos” creado por Beverly Mantle es espantoso y da pavor el mero hecho de intuir que es utilizado.

Los últimos quince minutos de la película son de una maestría absoluta. Croneberg demostró con “Inseparables” que había superado su etapa más carnal y se adentraba en la profunda psicología humana. “La Zona Muerta”, “La Mosca”, e “Inseparables” muestran una gran evolución en su cine. Un cine para admirar.
Sersolo
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