Ingrid Bergman

En una época donde los estudios dirigían los destinos personales y profesionales de los actores, la actriz Ingrid Bergman, tomó las riendas de su carrera –y de su vida– y no firmó un contrato con ninguno de ellos, algo que no impidió que se convirtiera en una de las estrellas más legendarias del cine del siglo XX.

Nació en Estocolmo un 29 de agosto de 1915. Huérfana desde niña, se crió con sus tíos y se mudó de Estocolmo a Estados Unidos, de ahí a Italia, a Francia y finalmente a Londres. Su vida adulta tampoco resultó nada convencional. Se casó con el médico Petter Lindström, padre de su hija Pia. Durante el rodaje de Stromboli conoció al director Roberto Rossellini y se quedó embarazada de él. Aquel hecho la convirtió en una persona non grata en Estados Unidos y le hizo perder los derechos de visita de su primera hija. Fruto de su relación con Rossellini nacieron su hijo Roberto, y las gemejas Isota e Isabella –también actriz–.

Bergman, que participó en más de cuarenta películas, fue la favorita de Alfred Hitchcock y está considerada por el American Film Institute la cuarta estrella más importante de la historia del cine tras Katharine Hepburn, Bette Davis y Audrey Hepburn. La película Casablanca, en la que enamoraba a un inolvidable Humphrey Bogart, la encumbró a la categoría de mito. Se hizo con tres Oscar, dos a la mejor actriz y uno a mejor actriz de reparto –por Luz de Gas, Anastasia y Asesinato en el Orient Express, respectivamente–.

Icono de estilo y elegancia, fue una madre ausente para sus hijos, pero una mujer adelantada a su tiempo, vivió la vida como la vivían los hombres de la época. Murió de cáncer de mama en su mansión de Londres, el día en el que cumplía 67 años.