Una de las muchas críticas que se les ha hecho a gran parte de las comedias mexicanas es que siempre tratan de gente atractiva de clase media alta, las cuales viven en la Condesa o la Roma y cuya sencilla resolución raya en lo inverosímil. Aunque es una película italiana, “El hilo invisible” de Marco Simon Puccioni se siente así: una comedia inofensiva y entretenida que no permanece mucho tiempo en la mente del espectador.

Leone (Francesco Gheghi) es el hijo de una pareja de hombres homosexuales: Paolo (Filippo Timi) y Simone (Francesco Scianna), quienes llevan 20 años casados. Sin embargo, la noche de su vigésimo aniversario, se revela un secreto que cambia la vida de la familia para siempre.

La película comienza con un recurso muy interesante: una secuencia documental en la cual Leone nos cuenta sobre su familia y quién es él. Este es un proyecto escolar de Leone y su mejor amigo Jacopo (Emanuele Maria Di Stefano) para una clase, en la cual el protagonista trata de hablar de los derechos LGBT a través de su familia. Este inicio es muy prometedor, pues el falso documental se presta a que Leone vaya descubriendo secretos de sus padres a la vez que la audiencia lo sigue de una forma poco usual para este tipo de comedias. Sin embargo, el documental es abandonado y no se retoma hasta el final de la película: esta frustración ante el potencial perdido es una sensación que acompaña toda la película.

Pese a tener temas interesantes, situaciones chistosas y actores más que preparados para el reto, el guion y la dirección se conforman con mantener todo al mínimo nivel de riesgo posible. Los conflictos se resuelven de forma sencilla, casi mágica; los personajes se descubren a sí mismos de una escena a otra; las consecuencias no son grandes o permanentes. En el aspecto técnico también todo se mantiene en lo convencional: no hay ninguna intención especial en la música, la fotografía, la escenografía o el vestuario. No es que esté mal hecha, simplemente no es nada fuera de lo común, lo cual es decepcionante si se tiene en cuenta su llamativa premisa.

“El hilo invisible” no es una mala película, tiene un mensaje tierno sobre la identidad y la unión familiar, sus personajes son carismáticos y su premisa lo suficientemente diferente como para distinguirse de otras comedias. Sin embargo, uno no puede evitar imaginarse lo mucho que se pudo hacer con esta historia, tanto en el ámbito técnico como narrativo. No le hará daño a nadie verla, tal vez hasta salga con una sonrisa, pero este largometraje recuerda mucho a “Zus & Zo”: una comedia cuyos interesantes temas se ven ahogados por la convencionalidad.

“El hilo invisible” o “Il filo invisibile” ya se encuentra disponible en Netflix.