Crítica: Hughes/Thrall - Hughes/Thrall | El Portal del METAL

Hughes/Thrall - Hughes/Thrall

Enviado por Midnight el Mié, 14/09/2011 - 00:26
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Siempre es importante conocer la historia para saber el porqué del presente y aunque el futuro siempre será incierto lo que es inamovible es el pasado escrito, ya sea en libros de texto como en partituras musicales.

Así cuando Joaquín Arozamena nos contaba como argentinos y británicos tenían interés por las mismas islas o cómo ciertos Guardias Civiles que un año antes prestaban servicio en el Congreso de los Diputados, esperaban en el banquillo su sentencia y todo esto amenizado con la omnipresencia de nuestro amigo Naranjito, en el mundo de la música también se escribía un pedacito de historia, historia negra, como la muerte del gran Randy pero también historia de esperanza, la misma que la Voz del Rock volcó en este proyecto.

Era la manera de Hughes de dar un giro a su carrera, desde su salida por la puerta grande de los titánicos Purple, grabando con ellos uno de los duetos más fructíferos del rock y tras 5 años de andaduras que no desembocaban en ninguna parte, además de la depresión en que lo sumió la muerte de su colega y ex-compañero Tommy Bolin.

Y es que como él mismo afirmó, su época musical entre 1976 hasta la formación de este combo lo aburrió de sobremanera, y por eso volcó toda su alma “y su garganta” en este proyecto, y nosotros los fans, que se lo agradecemos.

Fue en un concierto de Def Leppard donde Pat Travers, a quién por aquella época acompañaban nada menos que Peter “Mars” Cowling al bajo, Tommy Aldridge a la batería y Pat Thrall a la guitarra, era el encargado de abrir la velada, cuando Hughes quedó impresionado por la manera de tocar de este último, proponiéndole nada más acabar el show que unieran fuerzas en un mismo proyecto.

Por supuesto Thrall aceptó, y es que, independientemente del aspecto musical, y que por aquella época el guitarrista ya contaba con una merecida fama dentro del mundillo, pues su currículum no era como para pasar desapercibido, arrimarse a un ente como Hughes suponía dar un salto a otra dimensión, tanto para él como para su cuenta bancaria.

Hughes por su parte, concedió a Thrall la oportunidad de tomar parte activa en el proyecto, queriendo ser más una power banda que otro proyecto en solitario, tanto es así que menos el tema “Coast To Coast”, una revisión del ya grabado con Trapeze en el álbum del '72 “You Are The Music… We 're Just The Band”, todos los demás están firmados por ambos músicos.

Además el nombre elegido para la banda “Hughes/Thrall”, dejaba claro que lo que se pretendía aquí era el nacimiento de algo nuevo, la unión de dos abanderados trabajando codo con codo para hacernos olvidar el ayer y abrir los ojos (y la mente) ante tan prometedora formación.

Y Hughes que no pecaba de tonto, sabía qué tipo de amigos echarse, por eso se fijó en un tal Frankie Banali, desconocido totalmente por aquel entonces, para terminal de darle forma a esta aventura y fichó a Andy Johns, quién se encargaría de la producción, dándole ese toque tan cristalino al disco, y es que éste tío sabía lo que hacía, no en vano ya había sido fichado por gigantes como Rolling o Led Zeppelin.

El resultado final del álbum, fue un compendio de canciones que se atreven con el rock más clásico, el funk e incluso el pop, todo ello armonizado por un trabajo de guitarra absolutamente perfecto y un Glen Hughes dando lo mejor de sí, explorando rincones de su garganta que ni él mismo conocía.

Así tenemos temas 100 % rockeros como “I Got Your Number”, “Muscle And Blood” o “First Step Of Love”, (atentos a éste ultimo porque Hughes maltrata su garganta hasta límites insospechados) y temas netamente AOR´s con mucho aura ochentera y comercial, véase “The Look In Your Eye” (del cual por cierto, se extrajo el single del disco) o “Where Did The Time Go”, además de canciones más intimistas como “Beg, Borrow, Or Steal”, “Hold Out Your Life” o “Who Will You Run To”.

En resumen, un disco magistral que, optando por caminos más experimentales de lo que nos tenían acostumbrados, no deja indiferente a nadie, un trabajo en el que todos los engranajes conjugan a la perfección, fallando en todo caso la portada, que como el mismo Pat Thrall señaló en una entrevista medio bromeando, es una de las peores de la historia del Rock.

Glenn Hughes: Voz y Bajo
Pat Thrall: Guitarra y guitarra sintetizada
Gary Ferguson: Batería
Frankie Banali: Batería
Gary Mallaber: Batería
Peter Schless: Teclados

Sello
Boulevard Records