'Revenant: El renacido', la verdadera historia de Hugh Glass - ENFILME.COM
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'Revenant: El renacido', la verdadera historia de Hugh Glass
Publicado el 09 - Ene - 2016
 
 
Conoce la historia de Hugh Glass, un explorador de la frontera, trampero y cazador, reconocido en la historia de Estados Unidos debido a su haza�a de sobrevivencia. - ENFILME.COM
 
 
 
por Luis Fernando Galván

Lee aquí nuestra Reseña de The Revenant

Ve aquí  The World Unseen, documental sobre la realización de The Revenant

Ve aquí el 'detrás de cámaras' de  The Revenant

Conoce más verdaderas historias que inspiraron al cine

The Revenant (2015), el más reciente trabajo de Alejandro González Iñárritu, es la adaptación cinematográfica de la novela homónima escrita en 2002 por Michael Punke, basada en la historia real de Hugh Glass (c.1780–1833), un explorador de la frontera, trampero y cazador, reconocido en la historia de Estados Unidos debido a su hazaña de sobrevivencia. Después de haber sido atacado por un oso y abandonado por sus compañeros, Glass emprendió un trayecto de casi 400 kilómetros (desde la parte superior del Grand River hasta Fort Kiowa).

Alejandro González Iñárritu, Leonardo DiCaprio y Emmanuel Lubezki durante el rodaje de El renacido (The Revenant, 2015).

 

 

Las primeras fuentes históricas para aproximarse a Hugh Glass

Aunque hay pocos detalles exactos sobre los hechos históricos reales acerca de los primeros días de Hugh Glass, existe una gran cantidad de especulaciones sobre sus aventuras de vida tanto en el mar como en tierra. Glass nació en las cercanías de Filadelfia, en el actual estado de Pennsylvania, alrededor del año de 1783, aunque la fecha y el lugar exacto se desconocen. Un artículo de prensa publicado en The Port Folio se preguntó sobre el dilema de los orígenes de Glass:

Ya sea viejo irlandés, o una mezcla de sangre irlandesa y escocesa, Pennsylvania afirma el honor de su nacimiento, aunque no se haya comprobado con precisión.

-The Port Folio, Cartas desde el Oeste, N ° XIV, Missouri Trapper.

Los historiadores han debatido durante décadas sobre si Hugh Glass realmente vivió las extraordinarias experiencias de sobrevivencia, o simplemente es una leyenda creada para fortalecer el espíritu americano. Hay varias personas, incluyendo a los historiadores, que están convencidos de que los incidentes sorprendentes en la vida de Glass realmente sucedieron. Sin embargo, hasta la fecha, hay poca evidencia para verificar sus vivencias como pirata y sus encuentros con los Pawnee (una tribu indígena del centro de Estados Unidos, que principalmente se asentó en Nebraska y Kansas). Por otra parte, sus experiencias en las Montañas Rocosas se han relacionado con una serie de documentos que han resistido el paso del tiempo. Una de las fuentes que se considera razonablemente fidedigna es el conjunto de memorias de George C. Yount, un hombre de dedicado al comercio de la piel de varios animales que, en 1825 viajó por las Montañas Rocosas como acompañante de Glass.

En algún momento después de 1851, Yount relató sus memorias a un sacerdote católico de apellido Clark, quien considero que las historias relatadas por Yount podrían conformar un interesante libro de aventuras. Sin embargo, no fue hasta 1923 que el paleontólogo e historiador, Charles Lewis Camp, editó las memorias “desconectados y desorganizados” registrados por el reverendo Clark y los publicó en la California Historical Society Quarterly.

Mapa sobre los largos trayectos emprendidos por Hugh Glass durante 1823-1824. 

 

Hugg Glass; su vida como pirata y miembro de los Pawnee

En sus memorias, Yount detalló que Glass le narró sus experiencias como pirata. En algún momento entre los años 1817 y 1820, Glass fue un marinero –o posiblemente el comandante– de un barco estadounidense que fue capturado por el famoso pirata francés, Jean Lafitte. Glass, que en aquel entonces tenía alrededor de 35 años, detalló que la banda de Lafitte rodeó su nave; después de ser sometido por los piratas, éstos le dieron la opción a Glass de unirse a su grupo o morir. De mala gana, Glass eligió la piratería sobre la muerte y vivió para el siguiente año en la pequeña colonia pirata de Campeachy en la isla de Galveston, que posteriormente pertenecería al estado de Texas. El puerto de Campeachy estaba en una ubicación peligrosa debido a que estaba infestada, por ambos lados de la bahía de Galveston, de los Karankawa, que se rumoraba eran caníbales. Los europeos tenían relaciones hostiles con algunas tribus nativas americanas, por lo que trataban de evitar encontrarse con ellos. El sitio también estaba rodeado de aguas turbias, donde los caimanes y las serpientes venenosas acechaban, y era casi imposible escapar.

En su libro, The Saga of Hugh Glass, el historiador John Myers escribió que:

Glass le comentó a George Yount que era un infierno y horror ser un pirata. […] Hay monstruosidades de conducta que pertenecen a una sociedad que debe aislarse del honor y la compasión.

Glass no disfrutó la experiencia de ser un pirata feroz. Según lo informado por el reverendo Clark, Yount consideró que Glass era un hombre temeroso de Dios:

Los asesinatos crueles que se cometen a diario. Se estremecían de sus almas más íntimas debido a los hechos de sangre, que eran imposibles de ocultar y alejar de las emociones de los corazones.

“Las crónicas de George C. Yount” en California Historical Society Quarterly. Vol. 2 No. 1, abril 1923.

Fotografía que retrata a un miembro de la comunidad Pawnee. Principios del siglo XX.

De acuerdo a los relatos de Yount, Glass y otro de sus compañeros piratas escaparon y avanzaron hacia el norte hasta llegar a las llanuras centrales de Estados Unidos, donde se encontraron con una banda de Skiri, o también llamados Lobos Pawnee, cuya práctica consistía en ofrecer un sacrificio humano para asegurar la fertilidad de la tierra y la llegada de abundantes cultivos. Después de sobrevivir a tantas cosas juntos, Glass tuvo que soportar ver a su amigo, no sólo quemado en la hoguera, sino también siendo perforado con astillas de pino ardiendo.

Glass no podía aceptar que su vida terminara de esa misma manera. Una fuerte voluntad le inyectó una enorme determinación para sobrevivir. En lo que pensaba era su hora final, dos se le acercaron para despojarlo de su ropa, el jefe de la tribu estaba listo para perforar su piel con la primera astilla. En ese momento, Glass sacó rápidamente de su ropa un paquete de bermellón; un artículo muy preciado por aquella tribu. Glass le dio el paquete al jefe, que mostró un aire de respeto y afecto hacia el hombre. Convencido de que era una señal de los dioses, le perdonaron la vida a Glass y lo adoptaron como miembro de la comunidad.

Hugh Glass vivió como Pawnee durante varios años antes de unirse al comercio de pieles. Él abrazó ese nuevo estilo de vida no convencional incluyendo la toma de una esposa americana nativa, aprendió que diferentes plantas e insectos eran comestibles, cultivó la tierra y participó en la guerra defendiendo a su tribu.

 

La Rocky Mountain Fur Company (Compañía de pieles de las Montañas Rocosas)

Organizada en 1822 en St. Louis, Missouri, por el general William H. Ashley (1778-1838) y el mayor Andrew Henry (c. 1775-1832), la Rocky Mountain Fur Company fue una compañía estadounidense dedicada al comercio de pieles obtenidas en la región de las Montañas Rocosas. La compañía se convirtió en pionera de la exploración, principalmente en el Green River Valley. Las operaciones de otras organizaciones, como la American Fur Company, solían superponerse, provocando una rivalidad feroz. La creciente competencia motivó a los tramperos a explorar con mayor intensidad la zona desértica y el norte de Estados Unidos. Esto dio lugar a un mayor conocimiento de la topografía.

Por lo general, la compañía es recordada como los "Cien de Ashley", debido a que éste mandó publicar un famoso anuncio en los periódicos de St. Louis buscando:

Cien jóvenes emprendedores... para ascender el río Missouri hasta su origen, donde serán empleados durante uno, dos o tres años”.

Entre los contratados estaban Jedediah Smith, los cuatro hermanos Sublette, James Beckwourth, Thomas Fitzpatrick, David Edward Jackson y, por su puesto, Hugh Glass. Otros hombres de la montaña que trabajaron para la Compañía fueron Jim Bridger, Stephen Meek y Joseph Meek, Robert Newell, George W. Ebbert y Kit Carson. El plan de negocio de Henry se formó en respuesta a una ley de julio 1822 que prohibía la venta de alcohol a los indígenas. Antes de ello, el comercio de pieles se había basado en que las tribus trampeaban y obtenían las pieles, que luego eran llevadas a los puestos de comercio en los que, cada vez con mayor frecuencia, los nativos ingerían licor, tanto como un medio real de intercambio como con el fin de que fueran flexibles y pudiesen ser engañados fácilmente.

El comercio de pieles se redujo en la década de 1830 debido a una disminución importante en las poblaciones del castor y al hecho de que los sombreros de castor dejaron de ser prendas de moda para ser sustituidos por los sombreros de seda. La política de la canadiense Hudson Bay Company de pagar más por las pieles que las empresas estadounidenses en la región de las Montañas Rocosas durante la década de 1830 finalmente logró acabar económicamente con el sistema estadounidense de recogida de pieles y llevó al fracaso de la Rocky Mountain Fur Company.

Sacrificados para la piel (Slaughtered for the hide). Harpers Weekly, 1874.


Fogata de tramperos (Trappers campfire). Currier and Ives, 1866.

 

La batalla contra los Arikara

Los Arikara eran una tribu dedicada al comercio y la agricultura establecida en el curso superior del río Missouri, entre el río Cheyenne (Dakota del Sur) y Fort Berthold (Dakota del Norte). La ubicación de sus pueblos fue un punto de referencia para el trueque; en esa región llegaban los caballos del sur y las armas del noreste, y los Arikara servían como intermediarios, además de que producían excedente de maíz, calabaza, frijol y tabaco. Varios comerciantes estadounidenses vieron a los Arikara como una tribu impredecible que tarde o temprano se convertiría en un grupo peligroso dedicado al saqueo y robo. 

Vientre de oso (Bear's Belly). Edward Curtis, 1908.

Un miembro de los Arikara, que participaba en el negocio de pieles con la Rocky Mountain Fur Company, le advirtió a Ashley que algunos de los guerreros del pueblo planeaban atacar a los estadounidenses, tanto en las aldeas como en las praderas abiertas. Ashley decidió mantenerse firme y continuar con los trueques, sin mostrar preocupación ni miedo.

En algún momento después de la medianoche, tres guerreros Arikara se deslizaron a bordo del barco de Ashley y trataron de entrar en su camarote, pero fueron expulsados. Luego, uno de los hombres de Ashley, Edward Rose, informó que su compañero Aaron Stephens había sido asesinado en la aldea. 

Antes del amanecer, un Arikara llamó a los acampados, diciendo que iba a entrar en el pueblo y sacar los restos de Stephens por el precio de un caballo. Después de cierto debate, se acordó el precio pagado y Ashley tuvo que ceder. El Arikara regresó sin el cuerpo, indicando que estaba tan destrozado que no podía reunir todas las partes para completarlo. 

Ashley ordenó la huida a bordo de los barcos más cercanos que estaban en la orilla de la playa. La retirada consistía en dejar que el Missouri llevará los barcos fuera del alcance de los enemigos, antes de que estos comenzaran el ataque. Sin embargo, en un breve periodo de tiempo, Ashley ya tenía 14 hombres muertos y 11 heridos, mientras que las pérdidas de los Arikara eran entre 5 y 8 hombres. En la conmoción que siguió a la derrota en la playa y la expedición de bajar el río, los hombres de Ashley trataron de reagruparse, recogiendo a los rezagados y enterrando a aquellos, cuyos restos se recuperaron. Hugh Glass, herido en la pelea, escribió una carta a la familia de uno de los muertos, John Gardiner:

Querido señor:

Mi deber doloroso es anunciarle la muerte de su hijo acontecida a manos de una tribu de nativos el 2 de junio muy temprano por la mañana. Vivió poco tiempo después de que le dispararon y me pidió que le informara de su triste destino. Lo trajimos a la nave cuando él murió. El señor Smith, un joven de nuestra compañía, se encargo de hacer la oración poderosa que nos conmovió mucho. Estoy convencido de que John murió en paz. Su cuerpo lo enterramos, junto al de otros compañeros, cerca de nuestro campamento y marcamos su tumba. Sus cosas se las enviaremos a usted. Los salvajes son enormemente traicioneros. Intercambiamos con ellos como amigos, pero después de gran tempestad de lluvia y truenos vinieron a nosotros antes de la luz y muchos fueron heridos. A mi me dispararon en la pierna. Ashley está obligado a permanecer en estos lugares hasta que los traidores sean castigados con razón.

Hugh Glass

Ashley envió cartas e informes de la batalla a la sede de Fort Atkinson; los periódicos en St. Louis publicaron los detalles de la batalla y se solicito ayuda para castigar a los Arikara y reabrir el Missouri para el comercio de América. El oficial al mando en Fort Atkinson, el coronel Henry Leavenworth, estaba convencido, y por su propia iniciativa, inmediatamente organizó y dirigió 230 oficiales y soldados de la Sexta Infantería de EE.UU. hacia los pueblos Arikara. Esta fue la primera vez que el Ejército de Estados Unidos desplegó tropas contra las tribus al oeste del Mississippi. Los soldados marcharon a lo largo del Missouri, con sus suministros transportados en barcos de quilla. Leavenworth llamó a su fuerza “La Legión del Missouri”.

Hugh Glass todavía estaba sanando de su primer encuentro con el Arikara, y no hizo el viaje de regreso a los pueblos a buscar venganza. Después de un día y medio de escaramuzas, sondeando los ataques y el uso de la mayor parte de la munición de dos cañones y un mortero prestado, Leavenworth llama un alto el fuego. Había decidido pactar con los Arikara, incluso mientras sus oficiales rogaban por la oportunidad de asaltar el pueblo. Esto frustró a muchos soldados que veían la gran oportunidad de exterminarlos. Leavenworth negoció un tratado con el líder de los Arikara. Ellos aceptaron los términos del coronel, y luego abandonaron en silencio sus aldeas durante la noche. Leavenworth declaró la victoria y ordenó a sus tropas volver a Fort Atkinson. Cuando el ejército se marchó, varios de los empleados de Missouri Fur Company comenzaron a prender fuego a la aldea. De esta manera, los Arikara pasaron los siguientes años como un pueblo nómada, tratando de establecerse con alguna otra de las tribus.

 

El encuentro con el oso; el ataque salvaje 

Después de la operación militar, en el verano de 1823, Ashley y Henry determinaron que el río Missouri ya no era una ruta viable para explorar. La inversión de mucho tiempo, los costos económicos y las pérdidas de vidas humanas a manos de las tribus indígenas en el tramo superior del río Missouri se habían convertido en una constante amenaza. Para evitar más conflictos con las tribus a lo largo del Missouri, los socios decidieron equipar dos grupos de cazadores y enviarlos por tierra a las Montañas Rocosas.

A finales de agosto o principios de septiembre de 1823, un grupo liderado por Jedediah Smith viajaría al oeste a lo largo de los ríos Blanco y Cheyenne mientras que el otro grupo, con Andrew Henry a cargo, haría el viaje hacia el noroeste en la boca del Yellowstone. Smith tenía las intenciones de ponerse en contacto con la tribu de los Crow para establecer nuevos acuerdos de comercio y adquirir conocimientos sobre las áreas abundantes en castor. Sin embargo, cuando se percato que Blackfoot era un territorio hostil, decidió apresurar la marcha para encontrarse en el nuevo campamento y fortaleza donde Henry los esperaba. Este último, preocupado por la seguridad del pequeño contingente rezagado decidió reclutar a Hugh Glass (algunas fuentes señalan que él se ofreció voluntariamente) para comandar una brigada que rescataría a sus compañeros.

Henry y sus restantes quince hombres estaban en la zona norte del Grand River Valley. Hugh Glass, en su papel de cazador contratado, estaba a cierta distancia delante del grupo explorando el territorio cercano al río cuando se encontró de frente con un oso y dos cachorros. El animal atacó a Glass lastimándolo severamente. Al escuchar los gritos desesperados del hombre que pedía ayuda, varios acudieron al llamado y mataron al oso. 

Caught Off Guard, obra del artista estadounidense David Wright, inspirada en Hugh Glass.

 

El renacido (The Revenant, 2015).

Una vez que se determinó la gravedad de las heridas de Glass, Henry y sus hombres consideraron que moriría antes del siguiente amanecer.  Sin embargo, por la mañana, Glass seguía vivo. Debido a que bandas errantes de tribus hostiles seguían persiguiéndolos y acechando la zona, Henry mando construir una camilla de madera para poder trasladar a Glass durante los siguientes dos días.

El ritmo lento de la huida creó conflictos internos; varios hombres le reclamaron a Henry y le exigieron abandonar a Glass para que pudieran abandonar el peligroso territorio más rápido. Henry pidió dos voluntarios para que se quedaran con Glass durante los pocos días de vida que le quedaban y le dieran un entierro apropiado para luego viajar a la fortaleza. Para asumir esta peligrosa tarea, los voluntarios recibirán un bono económico. Este plan permitió al grupo de Henry moverse rápidamente. Los hombres que aceptaron la oferta de Henry para quedarse con Glass fueron el experimentado leñador John Fitzgerald y un joven que estaba en su primera incursión en tierras inexploradas.

John Fitzgerald es interpretado en El renacido (2015) por Tom Hardy.

El relato original de este incidente, escrito por James Hall y publicado en 1825, no nombra a ninguno de los dos voluntarios. Sin embargo, los otros tres relatos tempranos de la historia de Glass dieron el nombre del hombre mayor como John Fitzgerald. Sólo el artículo de 1838 escrito por Edmund Flagg proporciona el nombre del joven como simplemente "Bridges". En su historia completa del comercio de pieles de las Montañas Rocosas, el historiador Hiram M. Chittenden nombra a James Bridger, de 19 años de edad, como el hombre más joven en aquel grupo de sobrevivientes encabezado por Henry.

Debido a que Chittenden fue el primero autor en elaborar una historia erudita investigado y documentado los sucesos de aquella época, muchos historiadores contemporáneos citan a Chittenden para reconocer a James Bridger como el segundo hombre que cuidó a Glass durante sus días de agonía.

James Bridger.

 

Glass es dado por muerto; el “renacimiento”

Aunque sus únicos movimientos visibles eran su respiración y el movimiento ocular, Hugh Glass todavía estaba vivo cinco días después de que Henry y el resto de la brigada se habían marchado. Para entonces Fitzgerald estaba seguro de que estaban en peligro eminente, así que convenció al joven Bridger: los dos hombres colocaron el camastro junto a un manantial que fluye y se dirigieron a la fortaleza en la boca del Yellowstone. También tomaron las pertenencias de Glass: hacha de guerra, pistola y cuchillo, armas que no eran necesarias para un hombre muerto.

Al darse cuenta de que había sido abandonado, Glass convocó a la fuerza para iniciar el rastreo de nuevo hacia el río Missouri, impulsado por la voluntad de sobrevivir y el intenso deseo de vengarse de los dos hombres que lo abandonaron. Glass sabía que los suministros, las armas y el equipo necesario no sólo para sanar sus heridas, sino también para embarcarse en su búsqueda para vengarse de sus cuidadores cobardes se podrían obtener en el puesto de comercio de Brazeau. Más comúnmente conocido como Fort Kiowa, este establecimiento se encuentra en el Missouri a pocos kilómetros por encima de la boca del río Blanco y lo suficientemente alejado de los Arikara, lugar que le proporcionaba una expectativa razonable de seguridad.

Debido a sus lesiones, viajar era tediosamente lento. Glass se alimentaba de insectos, serpientes y todo vegetal comestible que encontraba en la pradera. Después de una semana de dolorosa caminata, Glass vio a un grupo de lobos matando a un búfalo. Él esperó a que los lobos se cansaran y después consiguió su ración de alimento. Conforme se recuperaba, Glass fue capaz de aumentar significativamente su velocidad de desplazamiento. Una vez que llegó al río Missouri, obtuvo una pequeña lancha proporcionada por los Lakota. A mediados de octubre de 1823, Hugh Glass entró cojeando en Fort Kiowa, después de haber recorrido casi 400 kilómetros.

 

Los deseos de venganza

Glass permaneció sólo un par de días en Fort Kiowa; al ser un hombre de Ashley, le permitieron tener un nuevo rifle y solicitó nuevas armas. Glass estaba ansioso por encontrar a Fitzgerald y Bridger en el Fuerte de Henry, cerca de la desembocadura del río Yellowstone. Para su buena suerte, Hugh Glass fue el sexto miembro de una tripulación comandada por Antione Citoleux que se dirigía a Mandan. 

Luego de seis semanas de lucha contra los vientos y las fuertes corrientes del río, los comerciantes de Fort Kiowa habían perdido casi un día en su viaje a Mandan. En una de las coyunturas del río Missouri, Glass pidió ser puesto a tierra. Razonó que avanzar por tierra en una ruta directa al pueblo Mandan era más rápido y menos tedioso que remar el barco alrededor de la gran curva del río; cualquier tiempo de viaje ahorrado le permitiría a Glass encontrarse con los hombres que lo abandonaron. Así comenzó una nueva travesía a pie que duró 38 días hasta que llegó a Fort Henry, una fortaleza vacía.

Los registros históricos no detallan sobre cómo, después de encontrar Fort Henry abandonada, Hugh Glass descubrió que Henry había construido otra fortaleza ubicada cerca del cruce de los ríos Bighorn y Little Bighorn. Los historiadores han especulado: Henry dejó una nota escrita para alertar a Ashley y cualquier otro hombre rezagado recién llegado sobre la nueva localización. Cualquiera que sea el caso, de acuerdo a las memorias de George Yount, un hombre identificado sólo como Allen le ayudó a Glass a llegar a la nueva Fort Henry en la víspera de Año Nuevo de 1823.

El renacido (The Revenant, 2015).

Los hombres que se encontraban en la fortaleza miraron con asombro cómo Glass, al que creían muerto, caminaba entre ellos. Luego de ser interrogado, Glass tuvo la oportunidad de lanzar una pregunta con rabia y enojo: “¿Dónde están Fitzgerald y Bridger?”. Después de los kilómetros recorridos y las penurias sufridas para llegar al lugar de su esperada venganza, uno sólo puede imaginar la profunda decepción que sintió Hugh cuando le informaron que Fitzgerald había abandonado la fortaleza y que sólo podía hablar con Bridger. Al confrontarlo, Glass se dio cuenta que el verdadero culpable era Fitzgerald, así que decidió perdonarle la vida al más joven.

La severidad del invierno mantuvo por unos días a Glass en Fort Henry hasta que surgió una oportunidad para él. Andrew Henry tenía que informar a su compañero, William Ashley, sobre los planes operacionales para la próxima primavera. Henry convocó a cinco hombres para que se trasladaran a Fort Atkinson: Glass, Marsh, Chapman, More y Dutton, dejaron Fort Henry en el río Big Horn el 29 de febrero 1824, con destino al puesto militar en el Council Bluffs del río Missouri. 

En el río Platte, la brigada fue interceptada por un grupo de Arikara. More y Chapman fueron abatidos mientras Glass, Marsh y Dutton, corriendo en direcciones opuestas, lograron llegar a las colinas y ocultarse hasta el anochecer. Dutton y Marsh caminaron a lo largo del río. Ambos pensaron que, al igual que More y Chapman, Glass había sido asesinado, así que continuaron su trayecto y llegaron en mayo a Fort Akinson. 

El renacido (The Revenant, 2015).

Una vez más, Hugh Glass estaba solo en medio de tribus hostiles, sin fusil, y muchos kilómetros por recorrer. Creyendo que los Arikara recorrerían el valle del río Platte, Hugh creyó prudente abandonar el campo y acercarse al río para buscar una ruta directa a Fort Kiowa. Cuando llegó a su destino, se enteró de que John Fitzgerald se había unido al ejército, por lo que seguramente se encontraba en Fort Atkinson.

En algún momento de junio de 1824, Hugh Glass entró en Fort Atkinson. Sediento de venganza, exigió una reunión cara a cara con John Fitzgerald. El ejército de Estados Unidos, sin embargo, tenía ideas diferentes. Como soldado, Fitzgerald era ahora propiedad del gobierno por lo que el Ejército no iba a dejar que Hugh Glass se confrontara con él. Después de escuchar la historia de Glass, el capitán de guardia le entregó sus viejas armas y le aconsejó olvidarse de Fitzgerald, pues no permitirían que lo acechara  mientras éste siguiera siendo un miembro del ejército.

Frustrado al no poder vengarse de Fitzgerald, Glass se trasladó al oeste de Missouri. Según Yount, Hugh fue remunerado económicamente por el ejército para calmar su deseo de venganza y le compensaron, al menos parcialmente, por las dificultades que había sufrido. Él utilizó estos fondos para viajar a los asentamientos del oeste de Missouri y, en 1824, se convirtió en socio de una de las empresas comerciales de Nuevo México. Una vez en Santa Fe, Glass formó una sociedad con un francés llamado Dubreuil para explorar el río Gila.

 

Monumento dedicado a Hugh Glass

En la actualidad, una pequeña piedra y una placa de bronce conforman un monumento construido en honor a la valentía de Hugh Glass. El monumento se encuentra al borde de un lago de Dakota del Sur al final de un camino de tierra. Este es el recordatorio de un hombre estoico y resistente que sobrevivió a la tierra como casi ningún otro ser humano lo había hecho en la historia de Estados Unidos.

 

TEXTOS CONSULTADOS:

- “Letters From the West, No. XIV., The Missouri Trapper” en The Port Folio. Editado por J. E. Hall (1825).

- Some Incidents in the Life of Hugh Glass, a Hunter of the Missouri, escrito por Philip St. George Cooke (1830).

- Adventures at the Headwaters of the Missouri, escrito por Edmund Flagg (1839).

- The Splendid Wayfaring, escrito por John Neihardt (1920).

- The Adventures of Hugh Glass, escrito por George C. Yount (1923).

- Pirate, Pawnee and Mountain Man: The Saga of Hugh Glass, escrito por John Myers Myers (1963).

- “Hugh Glass and the Grizzly Bear”, publicado en el sitio Heritage History.

- “Hugh Glass Monument”, publicado en el sitio Atlas Obscura.

- “The Revenant”, publicado en History VS Hollywood.

 
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