Los sistemas Head-up display se han popularizado en el sector de la automoción por ser una de las formas más seguras de mostrar toda la información que el conductor necesita, sin tener que apartar la vista de la carretera.

Parámetros como la velocidad, las indicaciones de ruta del GPS o los límites de velocidad de la vía son algunos de los datos que necesitas conocer mientras conduces y consultarlos puede suponer tener que retirar la vista de la carretera para consultar esa información en el cuadro de instrumentos.

Sí, tal vez pueda parecer que solo transcurre un segundo desde que apartas la vista de la carretera para consultar la velocidad o mirar las indicaciones en la pantalla del GPS, pero es tiempo (y espacio) suficiente para que aparezca un imprevisto en la carretera y pueda suceder un accidente.

Aunque su implantación en la industria del automóvil es relativamente reciente, debemos remontarnos más de 70 años atrás para encontrar el origen de esta tecnología. Te contamos todo sobre el Head-up Display y cómo funciona.

Qué es Head-up display en los coches

Literalmente, Head-up display o sus siglas HUD, podría traducirse como pantalla de cabeza levantada. Es decir, una pantalla con la que no necesitas apartar la vista de la carretera para conocer toda información relevante para la conducción.

Este sistema proyecta la información sobre la velocidad del vehículo, la limitación de la velocidad o las indicaciones del GPS entre otra información, directamente sobre el campo de visión del conductor, por lo que el conductor no necesita apartar la vista de la carretera durante la conducción.

Como muchos otros inventos que actualmente son habituales en los coches, el Head-up display se desarrolló en 1950 para los aviones de combate. De ese modo, el piloto podía mantener la cabeza en alto (de ahí su nombre), y la vista puesta en su objetivo mientras controlaba la información relevante de su aparato reflejada sobre la cúpula de la cabina de su avión o sobre un visor ubicado en el casco.

Los sistemas HUB para coches se basan en una serie de espejos que se combinan para proyectar la información a la altura de los ojos del conductor, de forma que pueda ver la información sin que esta entorpezca con la visión durante la conducción.

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Los primeros coches en montar un HUD salieron de las factorías de General Motors en 1988. Era un sistema muy rudimentario que poco tiene que ver con los actuales, capaces de proyectar cualquier tipo de imagen a todo color sobre el parabrisas delantero. Sin embargo, los fabricantes tienden a simplificar los iconos y colores de las imágenes que se proyectan para facilitar la lectura de la información y no distraer al conductor.

Integrado o añadido, no hay motivo para no tenerlo

Si tu coche no traía un sistema de Head-up display integrado de serie o no contaba con este equipamiento opcional, siempre puedes añadírselo como extra para mejorar la seguridad al volante.

Los fabricantes han mejorado mucho la tecnología de proyección de los datos y ahora se pueden proyectar imágenes a todo color. Sin embargo, las marcas priorizan la sencillez a la hora de mostrar los iconos y la información sobre la ruta para que su lectura sea rápida e intuitiva.

Estos sistemas se integran de dos formas distintas: proyectando las imágenes directamente sobre la luna delantera, el cual es un sistema mucho mejor integrado pero sustancialmente más caro; o proyectando los datos sobre una pantalla transparente ubicada sobre la cúpula del salpicadero o sobre una lámina adherida al cristal.

El sistema de Head-up display que proyecta los datos directamente sobre la luna delantera es más caro porque todo el cristal ha recibido un tratamiento polarizador específico para “capturar” la luz proyectada y conseguir mostrarla con nitidez, dando la sensación de que la información se encuentra flotando unos metros delante de los ojos del conductor.

Este sistema resulta mucho más natural para el conductor ya que la información aparece totalmente integrada en su punto de vista, y no dibujada sobre un panel o pantalla.

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Algunos sistemas integrados, y la gran mayoría de los sistemas de Head-up display portátiles, proyectan los datos de conducción sobre una superficie plástica transparente especialmente preparada para mejorar la nitidez de los datos que se muestran. Este sistema, considerablemente más asequible que el integrado, también recibe el nombre de Head-medium-display (HMD).

En algunos casos, esta superficie de plástico está motorizada y se despliega desde el interior del salpicadero para mostrar la información, o se integra en un soporte en el que se instala un pequeño proyector conectado al ordenador de a bordodel coche mediante un conector ODBII o al móvil del conductor mediante Bluetooth, siendo en este caso el móvil quien se encarga de gestionar y procesar toda la información que se muestra mediante una aplicación específica instalada.

Muchos HUD portátiles y extraíbles incluyen unas láminas polarizadas que se instalan en la luna delantera. Después el proyector se encargará de mostrar la información sobre esa superficie y su tratamiento polarizado se encargará de mostrar la información nítidamente.

De no contar con este tratamiento polarizado, la composición laminar del parabrisas haría que la información se viera desenfocada al reflejarse en cada una de las capas que la forman.

La realidad virtual viene a tomar el relevo

La realidad virtual ha evolucionado mucho durante los últimos años y se ha ido haciendo un hueco en las hojas de ruta de muchos fabricantes de automóviles como una forma sencilla para mostrar información al conductor.

Con una sencilla adaptación de la fuente de información, se podrían proyectar imágenes y símbolos en realidad virtual (o realidad mixta) para hacer más gráficas y comprensibles las indicaciones del GPS o para mostrar de forma más llamativa advertencias o avisos importantes para el conductor.

La aparición de un peatón o animal en la calzada, alertar sobre un cruce peligroso, avisar de la presencia de un vehículo en un ángulo muerto  o cualquier otro imprevisto que los sensores del coche hayan podido detectar incluso antes que el propio conductor, pueden ser algunos de los supuestos que un sistema de realidad virtual puede mostrar proyectado ante los ojos del conductor.