Hotel Transilvania: Transformanía (2022)

El Hotel Transilvania cumple 125 años, y Drac considera que le ha llegado la hora de una merecida jubilación. El plan es traspasar los trastos a su querida hija Mavis, pero le entran dudas en el último momento, pues su yerno humano Johnny es demasiado diferente, y parece tener ideas demasiado audaces para modernizar el hotel. De modo que para dilatar la cosa se inventa la imposibilidad de cumplir su deseo, no puede legar el hotel a un ser humano. Tan dispuesto está Johnny a hacer realidad el deseo de Mavis de regentar el hotel, que acepta someterse a un artilugio inventado por Van Helsing, que lo convierte en monstruo. Lo malo es que el aparato, descontrolado, convierte en humanos a unos cuantos monstruos, y luego se estropea. Un Johnny monstruoso y un Drac humano deberán hacer tándemo para encontrar el cristal necesario para reparar el invento.

Cuarta entrega de la saga animada Hotel Transilvania, creada por el ruso afincado en Estados Unidos Genndy Tartakovsky. En esta ocasión deja los mandos de la dirección a dos directores nuevos, Derek Drymon y Jennifer Kluska, ajenos a los monstruos, pero con experiencia animada, en Bob Esponja el primero, y en la serie DC Super Hero Girls, aunque él figura como guionista; el cineasta ha decidido explorar nuevos territorios en su serie animada Primal. También se desmarca Adam Sandler, que hasta ahora había puesto la voz al conde Drac. Está claro que la cosa, sin ser pasmosamente original, sigue funcionando. Con el símil de un avión, podríamos decir que la maniobra de despegue se realizó hace tiempo con éxito, y que puesto el piloto automático, se puede seguir navegando con la esperanza de que no haya turbulencias u obstáculos inesperados. De todos modos, en tiempos de pandemia, Sony ha optado por el acuerdo con Amazon Prime para estrenar en streaming.

De nuevo se concibe una premisa capaz de sostener la trama, consistente en que ponerse en la piel del otro puede ayudar a entenderle un poco mejor. El rayo monstrificador de Van Helsing sirve para mostrar a un Johnny dispuesto al sacrificio, y a un montón de monstruos con nuevas pintas y que afrontas retos imprevistos. Por ejemplo Drac descubre lo maravilloso de sentir el calor de la luz solar en su piel. Además, en vez de inventar criaturas o personajes nuevos, la experimentación viene de imaginar cómo pueden ser los monstruos como Frankenstein o un licántropo, con aspecto humano, e incluso Blob. Así hay espacio para los gags, que como en las anteriores películas, se mueven mucho en el terreno del cartoon. Y en fin, como los que se meten en líos son los hombres, se puede apelar a la sensatez femenina, ellas tendrán que echar un cable a sus maridos o padres a volver a la normalidad.