Horizontes de grandeza (1958), de William Wyler

El refinado James McKay, capitán de barco retirado, llega a un vastísimo rancho para reunirse con su prometida Pat Terrill, pero su modo de pensar y su carácter indomable, honesto y valiente, pronto choca contra las envidias y ruindades de las gentes del lugar. Contra su voluntad, McKay se hallará inmerso en las disputas entre su futuro suegro, Henry Terrill, a quien todos llaman "El Mayor", y el testarudo patriarca de una familia rival, Rufus Hannassey, por el control de unas tierras por las que cruza un río que provee el agua indispensable para sus respectivos ranchos. Estas tierras son propiedad de la profesora y amiga de Patricia, Julie Maragon, que deslumbra a McKay, hasta el punto de que se replantea su boda con Terrill.

Uno de los grandes westerns de William Wyler, que destapa su sabiduría frente a la cámara, abre grandes espacios y muestra como nadie a unos personajes pasionales. Romance, aventura y el aroma salvaje del legendario Oeste. El film tiene muchos puntos en común con el otro gran western del realizador, La gran prueba, rodado dos años antes, en 1956, pues como los cuáqueros de aquella cinta, aquí el personaje de Gregory Peck (en uno de sus mejores trabajos) también trata de no recurrir a la violencia, pese a estar en territorio salvaje. Según Peck, el film puede interpretarse como un alegato de la Guerra Fría, con Estados Unidos tratando de mantener buenas relaciones con China y la Unión Soviética después de la II Guerra Mundial, tarea que resultaba completamente imposible. Se basa en el relato "Ambush At Blanco Canyon", de Donald Hamilton, publicado por entregas en el Saturday Evening Post

El film está lleno momentos realmente inolvidables, grandiosos., como la interminable lucha a puñetazos entre Peck y el capataz Leech, interpretado con fuerza por Charlton Heston. Igualmente memorables resulta el duelo a pistola y la doma solitaria del caballo por parte del protagonista. Aparte de Peck y Heston, ambos en plena forma, el film cuenta con un reparto de primera fila con prodigiosas interpretaciones de Jean Simmons (la maestra Maragon), Carroll Baker (Pat), Burl Ives (Hannassey) y Charles Bickford ("El Mayor"). 

Imposible visionar Horizontes de grandeza sin acabar tarareando la banda sonora, una de las más recordadas del western, que quizás sea el mejor trabajo del músico Jerome Moross, autor de partituras para otros filmes destacados, como El cardenal. A Wyler no le gustó nada su trabajo, e insistió en contratar a otro compositor, pero durante las proyecciones de prueba el público quedaba tan entusiasmado que al final Peck le convenció para dejar la banda sonora.