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Holger Czukay: el genio que conjugó vanguardia, rock, electrónica y música étnica

Holger Czukay

El vanguardista músico alemán, co-responsable de la emblemática agrupación Can y de una fantástica carrera solista, murió a los 79 años.

No es fácil hablar de un personaje como este. Aunque muchos lo conocen por su rol de bajista de la esencial e influyente banda Can, uno de los capítulos más revolucionarios de la música contemporánea y piedra angular del krautrock a comienzos de los años 70, Czukay fue mucho más que eso.

Él fue, en esencia, un activista de la libertad creativa, uno de esos músicos siempre al límite. Pionero de las técnicas del sampling, visionario de la world music, Holger se atrevió a todo, desde el funk a la música electrónica, del world beat al rock psicodélico, incluso a cantar.

Juan Carlos Ballesta

 

En 1969, cuando Can apenas empezaba, Czukay se aventuró junto a Rolf Dammers, con el disco Canaxis 5, una mezcla de música concreta, electrónica, drone, música étnica y clasicismo moderno, probablemente un resultado consecuencia de su período de aprendizaje con el legendario Karl-Heinz Stockhausen, con quien estuvo entre 1963 y 1966.

Diez años después, en la etapa final de Can, prefirió ceder su puesto de bajista a Rosco Gee para dedicarse a la manipulación de radios, quizá aplicando a la música los conocimientos que obtuvo trabajando en un taller reparando radios en su juventud. Las ondas de radio fueron con Holger un interesante e inquietante aditivo.

Holger nació en la Ciudad Libre de Danzig, la cual al finalizar la II Guerra Mundial en 1945 pasó a llamarse Gdnask, como parte de Polonia. Pronto su familia tuvo que mudarse y recalaron en Colonia, en Alemania Federal. Sus años de niñez fueron duros, pero su acercamiento a la música experimental y académica cimentó su futuro.

La etapa de Czukay con Can

Casi con 30 años descubrió que el rock era mucho más interesante de lo que pensaba gracias al tema “I am the Walrus” de The Beatles. De la psicodelia brincó rápidamente al rock artístico y existencial de Velvet Underground y a los devaneos de Frank Zappa.

Apenas un año después, en 1968, formó Can con el teclista Irmin Schmidt, otro alumno de Stockhausen, cuyo interés primario eran los compositores avant garde Steve Reich, La Monte Young y Terry Riley.

A ellos se unió el fabuloso baterista Jaki Liebezeit y el joven guitarrista Michael Karoli, alumno de Czukay responsable de acercarlo a los Beatles y al rock. El rol de cantante fue ocupado inicialmente por el norteamericano Malcolm Mooney, y a partir del segundo disco por el enloquecido japonés Damo Suzuki.

La historia de Can es la de un grupo que cambió las reglas del todavía timorato rock alemán que seguía las reglas impuestas desde Gran Bretaña. Los primeros seis discos rompieron moldes, mezclando jazz, psicodelia, funk, ritmos étnicos, experimentación electrónica y rock.

Todo ello en un empaque donde el elemento de improvisación fue la norma. El propio Czukay se erigió en el ingeniero de sonido, grabando buena parte de lo que sonaba en las salas de grabación y ensayos.

Así, Monster Movie (1969), Soundtracks (1970), Tago Mago (1971), Ege Bamyasi (1972), Future Days (1973) y Soon Over Babaluma (1974), establecieron nuevos paradigmas, aunque en su momento no todos entendieron ni apreciaron en su justa dimensión lo que Can realizaba.

El tiempo actuó a su favor. Los discos que siguieron fueron distintos, con elementos funk, del afro beat y del pop, arrojando trabajos menos arriesgados pero todavía valiosos, especialmente Landed (1975), Flow Motion (1976) y Saw Delight (1977).

Antes del new wave de grupos como Talking Heads mezclando el afro beat, y de muchos otros incluyendo el reggae y el dub, estuvo Can.

Holger Czukay
Can en 1971: Czukay, Damo Suzuki, Schmidt, Karoli y Liebeziet
Holger Czukay
Can en 1973: Suzuki, Karoli, Schimdt, Czukay y Liebeziet

La etapa solista de Czukay post-Can

Las influencias étnicas dentro de Can se le deben principalmente a Czukay. Por ello su primer disco tras separarse, Movies (1979), contiene una dosis de música étnica proveniente del medio oriente y África con funk.

En realidad, aquel fue el disco que debería haber grabado la banda ya que en él tocan Schmidt, Karoli y Liebezeit.

Sin embargo, fue On The Way to the Peak of Normal (1981) el primer gran momento en la carrera solista, esta vez encargándose casi de todo: voz, guitarra, órgano, vocoder, bajo, corno francés, flauta, armónica, congas, grabación, mezcla y producción.

Liebezeit seguía siendo su preferido en la batería y aparece como invitado el gran bajista inglés Jah Wobble, iniciando así una relación de trabajo muy interesante que arrojó dos discos: Full Circle (1982) acreditado a Czukay, Wobble y Liebezeit; y Snake Chamber (1983), firmado por Wobble, Czukay y The Edge (U2).

En 1984 fue publicado Der Osten ist Rot, un bizarro y ecléctico disco que contiene de todo y en el cual participa el mítico Conny Plank, personaje clave en el krautrock y la electrónica alemana de los 70 como productor e ingeniero de sonido.

El quinto disco solista, Rome Remains Rome (1987), fue otra vuelta de tuerca, con la participación Liebezeit, Karoli y Wobble, y la aparición del cantante Sheldon Ancel, que había sido parte de Phantom Band, la banda de Liebezeit en la primera era post-Can.

En este disco Czukay vuelve a demostrar sus amplios horizontes, creando un disco en el que hay de todo, blues, música étnica de varias partes del mundo, synth funk y más.

Las grandes colaboraciones entre Czukay y Sylvian

Probablemente el inglés David Sylvian (Japan), encontró el perfecto compañero de experimentos en Holger, quien con sus experimentos de ondas de radio, manipulación de cintas y manejo del universo menos obvio de la música popular, se antojaba el perfecto socio para adentrarse en la música electrónica ambiental con elementos étnicos.

El primer resultado fue Plight and Premonition (1988), un LP compuesto por dos largas e hipnóticas composiciones, una por cada lado: “Plight (The Spiralling of Winter Ghosts)” y “Premonition (Giant Empty Iron Vessel)”. Un verdadero viaje, heredero de los discos ambientales de Brian Eno y que después de más de 30 años sigue hipnotizando

La segunda colaboración, Flux and Mutability (1989), otro LP construido de la misma manera, fue otro maravilloso capítulo de música envolvente, atmosférica, pero esta vez con músicos adicionales como Liebezeit, Karoli y Markus Stockhausen.

El lado A, “Flux (A Big, Bright, Colourful World)”, podría verse como una extensión de los temas compuestos para el segundo disco Gone to Earth, publicado por Sylvian en 1986, y muy especialmente An Index of Possibilities (1985), en el que Czukay aporta sus “radio waves”.

Los 21 minutos de “Mutability (A New Beginning Is in the Offing)” del lado B, son de corte planeador, un paisaje sonoro realmente envolvente.

 

Los 90: gran pico creativo de Czukay

Tras la edición del décimo disco de Can, Rite Time (1989), que había sido grabado tres años antes con el cantante original, Holger entró en la última década del siglo pasado en un gran estado de forma.

El primer resultado fue Radio Wave Surfer (1991), interesante disco experimental en el que da rienda suelta a sus “ondas de radio” incorporadas al formato canción. Vuelve a acompañarse de Sheldon Ancel, Liebeziet y Karoli.

Uno de los grandes trabajos de Czukay es sin lugar a dudas Moving Pictures (1993), uno de los más envolventes, enigmáticos y subyugantes discos, el cual incorpora las voces de U-She y Romie Singh, junto a la de Ancel.

En un fantástico viaje. Lamentablemente la grabación original ha sufrido un acelerado deterioro y el disco no ha podido ser reeditado como los demás.

La segunda mitad de los 90 encontró a Holger colaborando con el músico electrónico Dr Walker, parte del importante proyecto Air Liquide. El doble CD, Clash (1997), es un interesante documento que alejó a Czukay de su habitual sonoridad.

Terminando el siglo lanzó Good Morning Story (1999), fantástico intento de mezclar el legado rítmico de Can sampleando a Liebezeit con elementos de actualidad. Aquí, salvo por la voz de U-She, todos los instrumentos son de su responsabilidad.

El nuevo siglo de Czukay

La entrada del siglo 21 fue con La Luna (2000), un maravilloso disco en vivo de un hipnótico track de 47 minutos. Fue seguido por Linear City (2001), un valioso experimento que subtituló “Internet Audio Collabs”, consistente en que cada invitado, por su lado y desde otra locación, construyera su aporte al archivo musical primario creado por Czukay. El resultado son cuatro estupendos temas de variada orientación.

Tras dos colaboraciones con U-She (Time and Tide, 2001; The New Millenium, 2003), Daemon in the Bar (2006), con el productor/DJ de Colonia (de origen chileno) Bob Humid, (también conocido como Robert Feuchtl), y otras dos con Ursa Major, Holger se dedicó a editar singles en formato vinyl con temas de discos anteriores, algunos de ellos reconstruidos.

Su desaparición física es un duro golpe. De los cuatro fundadores de Can, solo queda Irmin Schmidt. Con Holger Czukay se va uno de los más inteligentes músicos de nuestro tiempo, un enlace desprejuiciado entre el avant garde y el vasto universo que cubre psicodelia, rock, funk, música étnica y electrónica.

Siempre estará presente.

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