El 31 de agosto de 1973 fue publicado el primer álbum de la banda experimental inglesa, grupo fundamental de la fascinante movida “Canterbury” que emergió a finales de los 60
Henry Cow
The Henry Cow Legend (también Legend o Leg End)
Virgin Records. 1973. Inglaterra
A la dulce edad de 17 años escuché por primera vez a una banda llamada National Health. Aquel grupo me cautivó de inmediato por lo que para mí era una música espontánea cargada de elementos que encontramos en el jazz, la música psicodélica y el rock.
Dicha música, por definición controversial y compleja, fue entonces para algunos de sus músicos un modo de improvisar dentro de ciertas premisas que de alguna manera se relacionaba con la región donde comenzó a desarrollarse.
La frecuente circulación entre los miembros de las diversas bandas que se originaron en dicha región durante los años 60 y 70, poco a poco fue esculpiendo una identidad sonora que ocupó la atención de aquellos días, cuyo epicentro fue la región de Canterbury, Kent, Inglaterra.
El resultado fue una expresión libertaria que asumía riesgos impredecibles bajo nombres como The Wilde Flowers, Caravan, Matching Mole, Soft Machine, Gong, Hatfield And The North, Gilgamesh, Egg, Bruford, National Health, algunas relacionadas como Camel, y la que hoy nos ocupa, medio siglo después de haber publicado su primera impronta: Henry Cow.
Fundada en la Universidad de Cambridge en 1968, nuestra venerada banda la integraban, para este histórico momento, Fred Frith y Tim Hodgkinson, ambos músicos multi-instrumentistas, la sección rítmica del baterista Chris Cutler y el bajista John Greaves, y Geoff Leigh en los saxos, flautas y clarinete.
Adicionalmente, participaron Jeremy Baines (percusión), Sarah Greaves (coros) y Lindsay Cooper (fagot), todos bajo la producción de la banda con la audio ingeniería de Tom Newman y Mike Oldfield, y una sencilla portada que muestra tan sólo un calcetín, obra del laureado Ray Smith†, quien haría dos más con el mismo motivo para Henry Cow (Unrest, 1974; In Praise of Learning, 1975)
El repertorio de ocho canciones, cuatro por lado, fue compuesto en su mayoría por Fred Frith, quien escribió tres de ellos, coescribiendo un cuarto tema con John Greaves. Dos de las cuatro canciones restantes fueron escritas por Tim Hodgkinson y dos por toda la banda.
Grabado entre mayo y junio de 1973 en los estudios The Manor, Oxfordshire, Inglaterra, el set da inicio con el hilarante título del primer tema “Nirvana For Mice” (Nirvana para ratones), un instrumental rico en disonancias y segmentos improvisados que revelan parte de sus intenciones a lo largo de casi cinco minutos.
En este primer tema el saxo es un importante hilo conductor en torno a la cascada sonora que va aumentando desmedidamente hasta concluir. La instrumentación refleja la influencia del jazz en el grupo.
Debo decir que el tema recuerda -o más bien inspira- a aquel disco de Pat Metheny (guitarra) y Ornette Coleman† (saxofón) publicado en junio de 1986 llamado Song X. Free jazz en todo su esplendor.
Acto seguido la banda nos ofrece “Amygdala”
Compuesta por Tim Hodgkinson, es la más extensa del repertorio. La pieza es otro instrumental que evidencia el temperamento espontáneo de este singular grupo que debe su nombre a una ocurrencia que “estaba en el aire”, según sus integrantes.
En el tema destaca la base rítmica sobre la que descansa la naturaleza voluntariosa que pareciera ir encajando motivos a través de pasajes que mantienen una clara contemporaneidad, 50 años después.
Luego Henry Cow nos sorprende con una suite de tres partes llamada “Teenbeat” y que está conformada por “Teenbeat Introduction”, “Teenbeat” y “Teenbeat Reprise”.
Llama la atención el extracto de un tema titulado “With the Yellow Half-Moon and Blue Star” que la banda incrusta entre la segunda parte y la tercera.
Compuesta por Fred Frith bajo comisión del Grupo de Danza Contemporánea de Cambridge, el título alude a una obra del pintor Paul Klee† (1879-1940)
La clara improvisación de los saxos y las frases de la guitarra forman un complejo entramado que se despliega con absoluto control de una naturaleza aparentemente atonal que culmina con el tercer segmento, una breve expresión guitarrística de 1:16.
El repertorio sigue con un paisaje sonoro llamado “The Tenth Chaffinch”, donde Henry Cow exhibe voces pero sin articular palabra alguna. Es bajo mi óptica la más orgánica de las ocho piezas del set.
El álbum concluye con “Nine Funerals of The Citizen King”, la única composición del disco que es cantada. “Abajo, debajo del espectáculo de la libertad / Nadie nunca te dejó ver / El rey ciudadano / Gobernando la fantástica arquitectura de las ciudades en llamas donde compramos y vendemos / La la la la la la la la la la la la / Que el Snark era un / Boojum, todo el mundo lo sabe / Pero una rosa es una rosa es una rosa / Dijo la Mamá de Dadá ya en 1919”
El tema es en parte cantado al unísono con las cuerdas y es además rico en organicidad.
Vale mencionar dos aspectos importantes sobre esta extinta banda que nos deja un legado de cinco discos.
Uno es que su obra musical rompe con todos los esquemas empleando métricas inusuales, tape loops, libre improvisación al más alto grado, incorporando elementos neoclásicos, rock y jazz, resultando en una propuesta musical vanguardista diametralmente opuesta al mainstream.
El otro aspecto nos transporta al año 1978 cuando Henry Cow invitó a las bandas Stormy Six (Italia), Samla Mammas Manna (Suecia), Univers Zero (Bélgica) y Etron Fou Leloublan (Francia) a participar en un festival organizado por Henry Cow llamado Rock In Opposition (RIO), dado que el factor común de estos grupos era la oposición, independencia y determinación de crear sus propios sonidos sin observar convencionalismos.
Hoy RIO es considerado un subgénero del rock.
Hurguemos un poco en el pasado y dejémonos llevar a agosto de 1973 para sorprendernos con Legend
Leonardo Bigott
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