Si tienes curiosidad por saber qué pasa a continuación del final de Heat, la película de Michael Mann de 1995, la secuela en forma de novela que acaba de publicarse en Estados Unidos te va a decir poco sobre el destino de los personajes. Vamos, que no te va a contar dónde terminan, porque el dónde terminan ya lo sabes: Neil McCauley (Robert de Niro), muerto y bien muerto (aquí no hay resurrecciones milagrosas que echen por tierra lo que nos ha contado la película); Vincent Hanna (Al Pacino), por fin consciente de que tanto él como Neil tienen razón en su forma de ver el mundo, aunque a él le ha llevado a llevar una existencia tiránica consagrada a la persecución de los malos a cualquier coste y no especialmente contento con la venganza que se cobra; y Chris Shiherlis (Val Kilmer), escapando que es gerundio. La historia avanza en Heat 2 con Shiherlis, pero realmente no cuenta nada nuevo ya que se centra en ahondar en el pasado de los personajes de Robert de Niro y Al Pacino, aportando más datos sobre sus personalidades y sus motivaciones. La secuela incide sobre todo en las pulsiones suicidas del detective del departamento de policía de Los Ángeles en los años ochenta y noventa. Heat 2 también sigue a Shiherlis en el 'presente', donde retoma su carrera como delincuente, pero más que para hacer avanzar la historia como recurso narrativo para demostrar que los dos personajes que quedan vivos son reliquias (sobre todo Shiherlis).

el actor robert de niro como neil mccauley en la película heat
Silver Screen Collection

Michael Mann ha reconocido que ha recurrido al formato novela para continuar la historia que llevó al cine en 1995 veintisiete años después, aunque en la historia que cuenta solo pasan 22 años, al no poder recurrir a los actores principales de la película, Val Kilmer, Robert de Niro y Al Pacino, para retomar a sus personajes. Heat 2 se parece más a El padrino II que a una secuela de esas que proponen nuevas aventuras de los personajes (tampoco es una precuela, porque lo más interesante de la relación de los personajes ya nos lo han contado). No es porque no pueda aparecer Pacino con veintisiete años más, aunque a los 82 años debería, ejem, estar retirado ya de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, sino porque tendrían que aparecer tanto él como De Niro siempre jóvenes y lozanos y creo que esa lección ya la aprendimos con El irlandés. El poder de los dos personajes está en sus diálogos y cualquier distracción de CGI nos sacaría de la acción. Lo que no quiere decir que Mann no tenga pensado llevar la secuela a la gran pantalla o a alguna plataforma de streaming (entendemos que a HBO Max por aquello de que los derechos los tiene Warner Bros). Al fin y al cabo la idea original de Heat nació como telefilme antes de reconvertirse en película (ya sé que no te cuento nada nuevo, pero por si las moscas alguien no sabía de la existencia de LA Takedown).

¿Qué cuenta Heat 2? Chris Shiherlis es el último hombre que queda con vida de la banda. Herido y desesperado, tiene que salir de Los Ángeles. Shiherlis viaja a Ciudad del Este en Paraguay. Allí encuentra trabajo en la seguridad de un conglomerado taiwanés que está detrás de un red de software ilegal que se mueve en el mercado negro. La narración intercala su historia con capítulos ambientados siete años antes, en 1988, cuando el equipo de McCauley intenta hacerse con el negocio de un cartel de drogas en un motel de Mexicali. En Chicago, mientras tanto, Hanna persigue a una peligrosa red de ladrones que tortura a las víctimas de sus robos. Retoma a los personajes en su pasado. Hay un momento en la novela en el que Hanna, de regreso a casa después del trabajo, incapaz de avanzar en su investigación, de repente se encuentra en una carretera secundaria desierta. Apaga las luces de cruce, pisa el acelerador y trata de averiguar cuánto tiempo puede aguantar así (spoiler: lo suficiente para no morir).

La novela, obviamente aborda el paso del tiempo. Shiherlis se ve perdido en un mundo de ciberdelincuencia, alejado de los golpes a bancos, pero eso no tiene nada que ver con esa escena con Hanna y MaCauley en una cafetería, charlando.

Vía: Esquire ES
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Rafael Galán

Rafael Galán es experto en tecnología y escribe desde 2018 en Esquire sobre tablets, smartwatches, móviles, auriculares inalámbricos, altavoces portátiles, smart tv y todo tipo de gadgets tecnológicos, supervisando todas las ofertas y guías de compra que publica la revista online. 

Sus artículos son un híbrido entre la arqueología, la review tecnológica y el más noble afán caza-chollos, con la particularidad de que solo escribe de los productos que le apasionan. Si no es un producto Esquire, mejor no derramar ni una sola gota de tinta. Asimismo cubre para Esquire la actualidad de las principales empresas tecnológicas, empezando por Apple, Google, Microsoft, Amazon y Meta y continuando con Samsung, Lenovo, Asus, Xiaomi, Huawei, Honor y Acer, así como de las compañías empresas punteras en el terreno de los relojes deportivos inteligentes, como Suunto, Garmin, Coros o Amazfit, y el sonido, como Sony, Anker, JBL, Bowers & Wilkins o Bang & Olufsen.  

Antes de incorporarse a Esquire cursó una licenciatura de Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid y escribió durante 15 años sobre la intersección entre tecnología y estrategia de negocio en la revista Emprendedores, publicación con la que recorrió el país dando conferencias sobre start ups de base tecnológica y de la que fue en su última etapa coordinador de la edición digital.

Obsesionado con Amazon desde 1998 lleva ya dos décadas largas analizando la estrategia de precios de la compañía y ha escrito diversos artículos sobre cómo vender en Amazon, desde tablets para niños hasta ropa deportiva. Asimismo es autor del libro 'Cómo escribir un business plan en una semana', que es, en realidad, un caballo de Troya en el que explica cómo montar un negocio online, expertise que ha compartido para grandes empresas como BBVA o Telefónica (sí, es el chaval de gafas del curso que hiciste hace unos años). 

En la actualidad escribe también sobre Inteligencia Artificial y forma parte del Hearst Innovation Hub que estudia los cambios que la IA está provocando en la tecnología, la sociedad y el periodismo.

Además de ser autor de varios libros y un apasionado de la tecnología, es un geek de tomo y lomo, obsesionado con el Universo Marvel y DC, pasión que saltó de los comics a la gran pantalla desde que se estrenó Batman (el bueno, el de Michael Keaton) y sigue todavía con las series de Disney Plus (Caballero Luna, Wandavision, Loki…) y todo el catálogo de CW en HBO (Flash, Legends of Tomorrow, etc). Si a eso le sumas su adicción a los juegos de mesa (especialmente los Colonos de Catán) y su fascinación por la magia te haces una buena idea de qué pie cojea este experto en tecnología.