Cr�tica Chilango

Por Josue Corro

La calma no llega despu�s de la tormenta. En el universo de fantas�a que ha elaborado J.K. Rowling y que David Yates ha plasmado en 35mm... el silencio, la paz, y la primera parte del cap�tulo final de Harry Potter, son accidentes antes de que inicie el caos. Un largo respiro antes de sumergirnos en una vor�gine de batallas, muerte y nostalgia.

Las Reliquias de la Muerte parte 1, la pen�ltima de la franquicia m�s taquillera de la historia, es un tentempi� tibio, un puente fr�gil que carece de acci�n, pero que suple esta ausencia con una mirada �ntima a la relaci�n entre los tres protagonistas principales de la saga. Es la historia m�s oscura hasta la fecha (y no s�lo en t�rminos t�cnicos, de los cuales hablaremos m�s tarde) y una adecuada analog�a entre el paso de la pubertad a la adolescencia. Sin embargo, Yates vuelve a pecar, como lo ha hecho desde que tom� las riendas de Potter, de no definir un estilo: se pierde en la historia, no sabe darle el peso necesario a cada subtrama y las dos horas y media que dura el film, parecen una eternidad cuando el ritmo se torna tan cauteloso que dejamos de preocuparnos por los personajes, porque incluso ellos (sobre todo Harry y Hermione) pasan tanto tiempo a solas y en estado pasivo, que olvidan el leitmotif de esta primera parte: la b�squeda de los horocruxes. O en otras palabras, fragmentos del alma de Lord Voldemort.

S�, Lord Voldemort, ya no es necesario llamarlo con eufemismos, porque el Se�or Oscuro ha recuperado su fuerza y comenzado un reino de terror -ahora ya controla el Ministerio de Magia-, que piensa culminar con la muerte de Harry Potter. Pero esta tarea mortal no es sencilla, primero debe vencer a La Orden del F�nix para capturarlo. Y as� inicia el film, con una batalla semi emocionante entre las huestes de Voldemort y la legi�n comandada de proteger a Harry.

De hecho, la primera parte de la pel�cula es vertiginosa, plagada de peligro: duelos a�reos, invasi�n destructiva en las calles de Londres y hasta una boda interrumpida por una lluvia de fuego. Despu�s, Harry, Ron y Hermione conscientes del Apocalipsis que se avecina (el pr�logo del film es una secuencia desgarradora en la cual cada uno se despide de su familia muggle para evitar que corran riesgos), deciden ir en b�squeda de los ya mencionados horocruxes.

A diferencia del resto de la serie, Harry y c�a. dejan la seguridad de Hogwarts y se enfrentan a un mundo desconocido tanto en el aspecto f�sico -bell�sima y l�gubre la fotograf�a de monta�as y campos desolados de Eduardo Serra-. como moral: ya no hay un Hagrid que los proteja, y menos un Dumbledore que los gu�e. La ausencia de este hombre es un MacGuffin de la obra: las claves indescifrables que ha dejado despu�s de su muerte son impedimento/motivaci�n para que la historia gire y tenga sus curvas aristot�licas. Despu�s de unir varios cabos sueltos, el tr�o logra dar con uno de los horocruxes: un dije que est� en poder de la malvada Dolores Umbridge, quien ahora es una de las mandam�s del Ministerio de Magia (el cual se ha vuelto una extensi�n de El Santo Oficio). Harry, Hermione y Ron toman prestado el cuerpo de tres bur�cratas del organismo y logran robar el artefacto en la �ltima secuencia emocionante de la cinta: una persecuci�n con tintes c�micos y un aceptable trabajo de edici�n.

Luego de este episodio... hay cerca de una hora donde el film se mueve de una forma horizontal y s�lo tiene un peque�o salto cuando llega al cl�max conmovedor patrocinado por la cruel Bellatrix y Dobby, el bizarro elfo que conocimos en las primeras entregas. En el inter, Potter, Granger y Weasley exploran su amistad con miradas, pausas y sentimentalismo. Afloran los celos, las preocupaciones t�picas de cualquier adolescente que debe luchar para lograr identidad y el lugar en el mundo. Y la lucha va m�s all� de enfrentarse a un poderoso N�mesis, tambi�n hay que batallar contra los egos, el orgullo y el miedo a un futuro nebular. Tal vez, esta sea la intenci�n de Yates y por la cual decidi� dividir el �ltimo libro de Rowling en dos partes -m�s all� de la clara estrategia mercanti-, porque antes de que Harry luche contra Voldemort, primero deb�a madurar con la ayuda y los errores de sus amigos.

La calma de Las reliquias de la muerte, parte 1, s�lo se reconoce en la forma en que est�bamos acostumbrados a ver las cintas Potterianas (cargadas de giros de tuerca y hechizos); porque en el fondo, la tormenta ya se destap� dentro de cada uno de los personajes... y habr� que esperar hasta julio, para conocer el final la saga m�s representativa de este siglo.