La Ruta Hanseática: el Norte de Europa como jamás lo habías visto - El Magazine del Viajero
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La Hansa es el nombre con el que se conoce el conjunto de ciudades que desde el siglo XIII al XVI conformaron una liga comercial de lo más poderosa. En el momento álgido llegaron a ser 225 ciudades que abarcaban desde las costas del norte de Alemania a Nóvgorod, en Rusia, pasando por Polonia y los Países Bálticos. Esta unión comercial, además de prosperidad, también trajo intercambios culturales profundos. De hecho, la ciudades hanseáticas tienen bastante en común por lo que se refiere a la tipología de la ciudad y a su arquitectura. Esta liga comercial cayó en declive con el Descubrimiento de América, pero hoy aún conservamos un buen ramillete de ciudades encantadoras. Te las mostramos en este artículo.

Hamburgo (Alemania)

Hamburgo, qué duda cabe, fue una de las ciudades más potentes de la liga, tal vez únicamente en rivalidad directa con Lübeck. Sin duda este esplendor está detrás de su belleza como ciudad. A pesar de todo, la destrucción de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, especialmente intensos y atroces, no permiten que disfrutemos de su arquitectura histórica en todo su esplendor. Pese a todo, vestigios como la Iglesia de San Pedro todavía conservan ese look inconfundible de la Hansa. Una vez caída en desgracia esta liga comercial, Hamburgo supo reconvertirse exitosamente en una ciudad industrial. De esta etapa sí conservamos construcciones hermosas como la Speicherstadt, la ciudad de los almacenes. Unos edificios construidos entre 1883 y 1927 que son Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Asimismo, Hamburgo te fascinará por los canales que posee, muchos más que los de Venecia y Ámsterdam juntos. Tal vez por eso seas una de las ciudades con más puentes de Europa, nada más y nada menos que 2.500. ¡Ahí es nada!

Hamburgo

Lübeck (Alemania)

Lübeck es otra de las joyas de esta ruta. Está ubicada al norte de Alemania, en el estado colindante con Dinamarca, y disfruta de un buen acceso al Báltico. Una circunstancia que la hizo especialmente floreciente. La arquitectura hanseática (que en algunos sitios se denomina «gótico báltico») es esplendorosa. De hecho, esta ciudad es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO precisamente por lo bien que ha conservado su herencia hanseática. Probablemente lo que más destaca es su Puerta de Holsten, que antiguamente daba acceso a la ciudad. Otros monumentos como la Iglesia de Santa María también valen mucho la pena, aunque probablemente lo mejor de Lübeck sea callejear por su Altstadt, la Ciudad Vieja. Un entramado de callecitas medievales hechas de ladrillo. Por supuesto, tampoco te puedes perder el elegante Ayuntamiento y, ya que estamos hablando de la Hansa, del Europäische Hansemuseum, el museo más grande dedicado a la Liga Hanseática de cuantos hay.

Vistas de Lübeck

Bremen (Alemania)

Bremen es una ciudad de lo más coqueta. Aunque los efectos de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial son auténticas cicatrices en su casco histórico, cuenta con monumentos de gran belleza. Sin duda destaca el Ayuntamiento y la escultura de Rolando, ambos Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Se ubican en la hermosa Plaza del Mercado, todo un despliegue de ese gótico hanseático tan característico. Desde allí podrás divisar también la Catedral de San Pedro, un auténtico mastodonte de piedra con dos torres impresionantes. Y, ya puestos a callejear, nada mejor que internarse por la Böttcherstrasse, una  calle llena de encanto con esos edificios de ladrillo tan queridos por las ciudades de la Hansa. Y, por cierto, también podrás ver en la Plaza del Mercado la famosa escultura de los cuatro músicos de Bremen. Un cuento de los hermanos Grimm que ha pasado a la posteridad.

Los tres músicos de Bremen

Riga (Letonia)

Las relaciones de Letonia con Bremen son muy intensas y esto se nota en la arquitectura. No en vano el fundador de Riga fue el clérigo  Albert von Buxhoevden, natural de Bremen. De hecho, en su Plaza del Ayuntamiento también encontrarás una estatua de Rolando. Y, por cierto, también se halla en Riga una escultura dedicada a los músicos de Bremen. ¡Son ciudades auténticamente hermanadas! Sin embargo, eso no significa que Riga sea subsidiaria de Bremen en lo cultural, nada de eso. Monumentos como la Torre del Polvorín o el Castillo de Riga merecen mucho una visita. También resulta muy interesante ver otra de las grandes influencias en el país, además de la alemana: la rusa. Y es que Letonia perteneció durante largo tiempo al Imperio Ruso. Un lazo que hoy se puede apreciar sobre todo en iglesias tan impactantes como la Iglesia de la Natividad de Cristo.

Centro histórico de Riga

Danzig/Gdansk (Polonia)

La actual Gdansk fue en el pasado más conocida por su nombre en alemán: Danzig. Un nombre que revela de inmediato la influencia alemana en la historia de la ciudad. Y es que, si algo tiene Danzig, es, además de belleza, mucha historia. Fue por tomar esta ciudad por lo que Hitler decidió invadir Polonia, dando inicio a la Segunda Guerra Mundial; y aquí,  50 años después, comenzaron las protestas contra el gobierno comunista que precipitaría la caída del Telón de Acero. Pero centrándonos en la arquitectura, lo primero que destaca de esta ciudad son sus casitas multicolor que pueden apreciarse en todo su esplendor en la Calle Larga. Otros monumentos de excepción son la Basílica de Santa María y su Ayuntamiento, un edificio siempre imponente en cualquier ciudad hanseática que se precie. ¡Aunque pocas cosas tan gratas como asomarse al Báltico desde su puerto!

Vistas de Danzig

Tallinn (Estonia)

De nuevo otra ciudad hanseática declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La capital de Estonia no es muy grande pero sus bellezas bien valen una visita. Destaca, cómo no, su Ayuntamiento con su torre de 64 metros. Aunque, sin duda, la torre que emerge por encima de las demás es la de la Iglesia de San Olaf, cuya altura alcanza los 124 metros. También es muy aconsejable una visita al Castillo de Toompea que alberga en su interior el parlamento estonio. Y, al igual que sucede con Riga, la presencia rusa aún se deja notar en la capital estonia, sobre todo con la Catedral de Alexander Nevski, un templo ortodoxo con la cúpula más grande de la ciudad.

Vistas de Tallinn

IMG: iStock.

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