El pasado 9 de abril se cumplió un año del debut de Paulo Pezzolano como entrenador del Valladolid de España. Entre ese partido y el que su equipo disputará hoy ante Amorebieta pasaron 48 juegos, algo poco usual para un técnico uruguayo en Europa, al menos si ese análisis comprende a los cinco principales países del Viejo Continente en el siglo XXI (Francia, Inglaterra, España, Italia y Alemania).

Si esos son los parámetros a considerar, lo que está logrando el Papa es algo que muy pocos alcanzaron, y más si se tiene en cuenta que está en plena pelea por el gran objetivo que tiene su club: el regreso a Primera División.

Con un saldo de 21 triunfos, 10 empates y 17 derrotas, Pezzolano dirigió 48 encuentros de un camino que inició en abril de 2023 y en el que en las últimas fechas de la temporada pasada no pudo lograr la permanencia con Valladolid, un equipo casi sentenciado antes de su arribo, pero al que ahora pretende devolver a la máxima categoría.

Lo hecho por el entrenador que pasó por Montevideo City Torque, Liverpool, Pachuca y Cruzeiro destaca, y no es un dato menor porque abre un precedente para los uruguayos que fueron en busca de un proyecto largo en Europa.

Si el relevamiento se concentra en España, son solo dos los casos de éxito uruguayo en este siglo y la referencia corre para Víctor Espárrago y Martín Lasarte, quienes con Cádiz y Real Sociedad pudieron llevar a cabo sus planes.

Espárrago tuvo dos pasajes por Cádiz y el primero fue el más interesante, porque entre agosto de 2004 y mayo de 2006 logró el ascenso a Primera División y alcanzó un total de 55 partidos. Todo esto a pesar de no haber conseguido los resultados esperados en la máxima categoría del fútbol español.

Por su parte, lo hecho por Martín Lasarte en Real Sociedad no solo es recordado por juntar a Carlos Bueno y Antoine Griezmann en el plantel, sino que además consiguió un ascenso a Primera División y cerró con un saldo positivo: en 83 partidos por todas las competencias, acumuló 34 triunfos, 17 empates y 32 derrotas.

Los casos de los tres uruguayos señalados no fueron los únicos, pero sí de los más destacados. Además de ellos, pasaron otros entrenadores con proyectos que no llegaron a cumplir con los objetivos trazados por distintos motivos que los llevaron a cumplir pocos encuentros en el cargo.

Gustavo Poyet estuvo en Betis, donde dirigió apenas 11 partidos; 10 fueron los que estuvo Marcelo Romero al frente del Málaga y, luego, aparecen los últimos casos de Diego Alonso -12 partidos en Sevilla- y Alexander Medina -guió técnicamente al plantel de Granada en 15 encuentros-.

Si bien a Poyet no le fue de la manera esperada en Betis, sus inicios en el fútbol inglés cumplieron con creces las expectativas. Tomó al Brighton en la Tercera División y lo depositó en la Championship (Segunda División) y, por si eso fuera poco, llegó a disputar los playoffs de ascenso a Premier League.

En la categoría de plata del fútbol inglés, dirigió un total de 104 partidos, con 40 triunfos, 36 empates y 28 derrotas entre agosto de 2011 y mayo de 2013. En Primera División sí fue DT de Sunderland, en el que encabezó un proyecto interesante con otros 60 partidos por todas las competencias entre octubre de 2013 a marzo de 2015.

Fueron dos los técnicos que pasaron en este siglo por la Primera o Segunda División del fútbol italiano y uno de ellos fue Julio Ribas, que dirigió al Venezia desde agosto de 2004 a enero de 2005 (Serie B) durante 24 partidos.

Mucho más extenso fue el pasaje de Diego López, que dirigió cuatro equipos con resultados diversos. En Cagliari tuvo dos pasajes con 33 presentaciones en uno y 31 en el otro. Lo mismo en Brescia, donde sumó 16 juegos en uno y nueve en el otro. Además, dirigió a Palermo, sumando 10 juegos.

Foto: AFP

El pasaje por Bolonia entre agosto de 2014 y mayo de 2015 fue el de mayor permanencia: sumó 40 cruces de Serie B y fue parte importante de lo que terminó siendo el ascenso del Rossoblú a la Serie A.

Si de proyectos exitosos y extensos se trata, la vara más alta es la de Pablo Correa. Sus números impactan tanto como lo hace él en el Nancy de Francia, donde es considerado un ídolo. Allí jugó los últimos años de su carrera antes de retirarse en el 2001, pasó a ser ayudante técnico y en 2002 asumió como entrenador principal del club, un cargo en el que estuvo nueve años consecutivos.

Los números de Correa sorprendieron, sorprenden y sorprenderán e incluso exceden a la media de los entrenadores uruguayos en Europa. De hecho, es uno de los que más tiempo se mantuvo en el mismo club entre todas las nacionalidades de entrenadores que pasaron por el continente.

Su primer ciclo fue de noviembre de 2002 a 2011, donde alternó entre Ligue 1 y Ligue 2, con un total de 384 partidos (146 victorias, 101 empates y 134 derrotas).

Pasó al Evian, donde estuvo 26 encuentros, para luego volver a Nancy obteniendo una vez más muy buenos resultados: 68 victorias, 43 empates y 51 derrotas en un total de 162 encuentros dirigidos.

Le llegó el turno de dirigir al Auxerre en la Segunda División. Tuvo 55 oportunidades y actualmente volvió a Nancy, pero en este caso para dirigir a la Tercera División buscando el ascenso. Más allá de los partidos al frente del plantel, también resaltan sus dos ascensos a Primera -con dos títulos incluidos- y la consagración en una Copa de la Liga.

Gustavo Poyet, un nombre que se repite varias veces en este informe, también pasó por Francia y dirigió al Bordeaux por 21 partidos.

Si bien se tuvieron en cuenta los cinco principales países a nivel de fútbol en Europa, cabe destacar que Alemania no tuvo entrenadores uruguayos en lo que va del siglo XXI.

Por otra parte, también pueden entrar en la consideración entrenadores celestes de otras ligas y llama la atención que Grecia tuvo a cuatro en su Primera División en los últimos 24 años.

Sergio Markarian tuvo dos pasajes por el Panathinaikos y también por Iraklis. Pablo García trabajó en PAOK y actualmente está en Panserraikos, mientras que Gustavo Poyet pasó por el AEK y Manuel Keosseian por Akratitos.

En Chipre, Jorge “Chifle” Barrios fue técnico del Olympiakos Nicosia y por Albania pasó Daniel Fernández al frente del Luftetari. Julio Ribas y César Vega estuvieron en el fútbol de Gibraltar en Lincoln Red y Mons Calpe.

Los nombres son varios, los resultados diversos. Queda claro que para los técnicos uruguayos el fútbol de Europa es un camino empinado, pero que mantiene la puerta entornada y muchos saben aprovecharlo.