‘Brujas de apoyo emocional’: adiós a ‘Grace and Frankie’, la mayor amistad femenina de la televisión

La cultura pop nos ha enseñado durante mucho tiempo que lo peor que le puede ocurrir a una mujer es que acabe sola, con las señoras de los gatos como advertencia del destino que le espera a cualquiera que se quede sin alguien que la ame. Atendiendo estos criterios, la premisa de Grace y Frankie debería haber sido el principio del fin para sus protagonistas: dos amienemigas septuagenarias que descubren que sus esposos han tenido una aventura durante dos décadas. Qué fácil habría sido para ellas echar un vistazo a sus últimos capítulos y simplemente ganar tiempo.

Y, sin embargo, esta semana, cuando la serie original más longeva de Netflix estrene sus últimos episodios, también será el final de una de las mejores amistades femeninas de la televisión, llevada a la vida por la irresistible química de Jane Fonda y Lily Tomlin, amigas en la vida real desde hace 40 años.

Cuando Grace and Frankie se estrenó en 2015, arrulló a los espectadores en algo así como en una falsa sensación de seguridad. Con la apariencia de ser una confortable comedia sobre una generación más grande, ofrecía un ridículo montaje clásico: un apresurado acuerdo de una extraña pareja, en el que cada mujer se negaba a mudarse de una casa compartida en la playa. El escenario estaba preparado para los chistes sobre el mal comportamiento de las personas mayores.

Esos chistes sin duda están ahí, pero lo más importante es la revolucionaria narrativa de mujeres que encuentran relaciones significativas más allá de sus estructuras familiares. Inicialmente encasilladas en sus respectivos tipos de persona –Grace (Fonda), la magnate de los cosméticos rígida y calificada, y Frankie (Tomlin), la artista de espíritu libre e irresponsable– estas mujeres se convirtieron en catalizadoras del redescubrimiento de cada una.

Grace and Frankie tomó mujeres que ya se conocían (o pensaban que se conocían) y demostró que el enredo platónico de dos vidas puede ocurrir a cualquier edad. Se trata de mujeres que se conocen desde hace 40 años, durante los cuales no han podido coincidir. Pero solo a la edad en que se están volviendo invisibles para el resto del mundo, Grace y Frankie por fin se ven con un color vibrante.

Y por eso existe una sensación de urgencia: el tiempo no está de su lado. No se trata de una amistad basada en las esperanzas para el futuro, sino en aprovechar el presente (y el sentido del pasado). Es cierto que se trata de una serie sobre mujeres blancas extremadamente ricas, no obstante, en muchos sentidos, es ese nivel de privilegio el que permitió que Grace y Frankie se centraran en la edad como su principal antagonista.

Los grandes momentos de amistad de Grace y Frankie ocurren en el contexto del deterioro de sus cuerpos, el suicidio asistido, el cáncer, el ser abuelas, la demencia, el alcoholismo y los vibradores para personas con artritis. Juntas, son aliadas –las “brujas de apoyo emocional” de la otra–, ya que terminan durante poco tiempo en un asilo, Frankie sufre un derrame y, quizás lo más trascendental de todo, Grace se casa con un hombre más joven.

Pero, aunque muchos de sus problemas específicos están relacionados con la edad, sus problemas de amistad son viejos: cuándo dar prioridad a la amistad sobre el romance, cómo respetar los límites cuando viven en la misma casa y qué hacer cuando tu mejor amiga te abandona.

Tal vez lo más importante es la forma en que el programa permite que esta amistad evolucione con el tiempo. De forma muy pronta alcanzan el punto de respeto mutuo, al igual que la comprensión de que podrían sobrellevar el hecho de aprender algo de la una de la otra. Si se tratara de una comedia romántica, las cosas podrían terminar ahí, pero a Grace and Frankie le interesa lo que ocurre más allá del “felices para siempre”. Por eso, se decepcionan mutuamente con la misma frecuencia con la que se enriquecen la una a la otra. De varias formas son celosas, necesitadas, desconsideradas y criticonas y, en más de una ocasión, “rompen”.

Sin embargo, cuando se reconcilian –confesando que son la “primera persona” de la otra– lo hacen con una honestidad refrescante y una vulnerabilidad mutua, liberadas de las restricciones del amor romántico. En última instancia, los matrimonios que las traicionaron fueron las relaciones que definieron las vidas de Grace y Frankie. Aunque solo porque las llevaron a algo mucho, mucho más importante: la una a la otra.

La última temporada de Grace and Frankie ya está disponible en Netflix.