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Ghosting: qu� es y c�mo actuar si te lo hacen

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Desde que os conocisteis, cada vez que qued�is, lo pas�is genial. Sin embargo, de vez en cuando, desaparece. �Qu� ocurre? Eres v�ctima de ghosting, aunque sea la primera vez que escuchas ese t�rmino. Aqu�, las claves para no sufrir con sus idas y venidas.

Qu� debes hacer cuando sufres ghosting.
Qu� debes hacer cuando sufres ghosting. Tom�s de la Fuente.

�lex & Christina ten�an una canci�n m�tica que dec�a "hago chas y aparezco a tu lado". Eran los 80 y entonces el romanticismo de la canci�n enamor� a miles de personas. Hoy el "chas" no enamora pero s� engancha porque te deja con la miel en los labios. Ciao, pescao (perd�n, era inevitable rememorando los 80). El ghosting es hoy una pr�ctica al alza que sufren el 67% de los solteros, seg�n datos recogidos por Badoo, una popular aplicaci�n de citas. De ellos, la mayor�a de las v�ctimas se identifican con la generaci�n millennial y solo el 47% de los encuestados reconoce haber ghosteado a alguien porque, mayormente, han conocido a otra persona m�s interesante. Fallan los datos, �verdad? Ser� porque la pr�ctica no resulta muy elegante.

�Qu� es el ghosting?

Por si a�n no has pillado el concepto, te explicamos exactamente en qu� consiste. El ghosting es un t�rmino ingl�s que viene a expresar la acci�n de actuar en las relaciones interpersonales como un fantasma, con la capacidad para desaparecer en cualquier momento y de manera extrema, no dando ninguna explicaci�n ni posibilidad de tener ninguna conversaci�n. Se puede dar entre dos personas que acaban de conocerse o formar parte de una pauta de actuaci�n en una relaci�n durante mucho tiempo. Es cuesti�n de lo que aguante la victima de este maltrato emocional o de lo que tarde en cansarse de reaparecer el fantasma en cuesti�n.

El perfil de la persona que hace ghosting

Las personas que hacen ghosting padecen trastorno de la personalidad.
Las personas que hacen ghosting padecen trastorno de la personalidad.

Sobre ello hemos hablado con Pilar Guerra Escudero, psic�loga cl�nica especializada en adicci�n y desintoxicaci�n emocional, trastornos de las emociones y la conducta. "Lejos de considerarse como un acto aislado, y con bastante matiz de perversi�n, est� ya asociado como uno de los s�ntomas que ejecutan las personas que padecen un trastorno de personalidad, espec�ficamente un cuadro de personalidad narcisista o de psicopat�a integrada. Se refiere a personas que practican una delincuencia emocional, que est�n al l�mite de considerarse delictivos, porque producen unos da�os psicol�gicos profundos en los otros, ya que en definitiva se trata de un abuso y de un maltrato emocional".

Uno de los grandes inconvenientes que plantea este tipo de pr�ctica, adem�s del da�o emocional evidente, es que el ghosting es altamente adictivo para la persona que lo padece. "El "fantasma" o el individuo que ejecuta esta pr�ctica enfermiza utiliza a su v�ctima como suministro u objeto de deseo, donde poder canalizar toda su manipulaci�n, consecuencia de una personalidad inmadura y carente de empat�a", explica la experta. Por ello, lo mejor es cargarse con todas las armas posibles que te blinden de sufrir este tipo de relaciones, que est�n a tu alcance y nos las explica muy claramente la psic�loga Pilar Guerra Escudero.

C�mo responder al ghosting: 10 CONSEJOS para superarlo

  1. Identificaci�n. Es la primera herramienta que necesitamos: conocer que hay una persona que ha decidido utilizar esta conducta inadecuada, dentro de su repertorio de acciones para con nosotros. Al estar informados, la sensaci�n de angustia va disminuyendo ya que colocamos de manera precisa la atribuci�n de responsabilidades. Aprendemos que "eso" que hace esa persona es una acci�n que tiene un nombre y un apellido.
  2. La culpa. Cuando "nos" hacen ghosting genera en nosotros una sensaci�n de alta culpabilidad. Comenzamos a dudar de "si nos lo merecemos" o no. Nos preguntamos qu� error hemos cometido, en qu� hemos fallado y en qu� hemos contribuido mal como para ser "castigados" de esa manera. STOP a la culpa, no es nuestra. Distinguir entonces entre culpabilidad y responsabilidad es una herramienta. El que hace ghosting es el que provoca una situaci�n disfuncional, y el que lo recibe es un receptor, no un culpable; tan solo es responsable de saber qu� hacer con ello y poder identificar que la culpa que siente no es real y aprender a protegerse.
  3. Las banderas rojas. Cuando alguien hace ghosting, no lo hace de repente. Seguramente hab�amos detectado con anterioridad algunas rarezas o conductas incoherentes y extra�as en el "fantasma": quiz� acciones relacionadas con el ninguneo, el abandono, la poca o ausencia total de priorizarnos, eran ya se�ales de alerta que nos estaban avisando del peligro y a las que no hicimos caso. Nunca es tarde. A partir de ahora daremos vital importancia a la intuici�n que saca aquella parte de nosotros a la que debemos dar prioridad mayor que a nuestro raciocinio.
  4. El refuerzo intermitente. La persona que se va de esa forma vuelve a aparecer de la misma forma o peor. El desaparecer de esta manera repentina es una agresi�n. Generalmente la persona que recibe este castigo es una persona emp�tica, v�ctima f�cil por tener una estructura emocional coherente, ser confiados y confiables, espec�ficamente sensibles a este tipo de abandono repetitivo. Si una persona se va de esta manera, nos vamos a quedar esperando su vuelta, esperando la posibilidad de que aparezca pidiendo perd�n. Independientemente de que esto ocurra o no, hemos de protegernos, cambiar nuestro discurso interno y empezar a pensar que una persona que act�a de esta manera extrema va a seguir actuando de la misma forma. Estamos siendo v�ctimas de un maltrato, de un "ahora s�, ahora no", que en definitiva es un abuso de nuestra estabilidad.
  5. La idealizaci�n. Cuando hay un ghosting hay un abandono. Tras el shock que produce, tendemos a olvidarnos del da�o ocasionado y comenzamos a revivir los momentos maravillosos. Esto se llama idealizaci�n, un mecanismo de defensa que nos protege de ser conscientes del verdadero da�o y de la verdadera realidad. Entramos por lo tanto en un bucle de sufrimiento, echando de menos a la totalidad de ese ser amado, cuando en realidad echamos en falta lo que fue y no sigui� siendo. Una buena herramienta es tener apuntada y registrada a fuego la lista de los horrores, detallando una por una las conductas disfuncionales que el fantasma hizo. Esto nos puede ayudar a disminuir el nivel de idealizaci�n.
  6. Personalizaci�n. La persona que hace ghosting, no NOS hace ghosting. Somos v�ctimas del abandono, del abuso y de esta agresi�n, sin embargo, tenemos que trabajar el no victimizarnos, para no caer en el victimismo. El individuo que hace ghosting tiene un problema, la persona que lo recibe tan solo es un instrumento para que el fantasma act�e como tal. Hemos de aprender a poner l�mites y no personalizar el problema.
  7. Retirada de atenci�n. El fantasma requiere atenci�n. Tras desaparecer, espera que le busquemos y le pidamos explicaciones. A la persona que hace ghosting hay que ignorarla, que es justo lo que no espera que hagamos (psicolog�a inversa). Un ser que ha actuado de esta manera raramente puede estar preparado para una conversaci�n adulta por lo que el foco no lo tenemos que poner en buscar poder comunicarnos con esa persona, sino en todo lo contrario: en la ausencia total de emoci�n hacia ella. La t�cnica de la piedra gris es una herramienta totalmente infalible; consiste en no regalar ning�n tipo de emoci�n hacia el individuo que hizo ghosting, ni positivo ni negativo. Para ello, evitar a la persona abusiva se convierte en un escudo protector.
  8. La cosificaci�n. Tras un ghosting, te sientes utilizado, maltratado, ninguneado, abandonado y cosificado. Sentirse una cosa es sin�nimo de sentirse despersonalizado. Los "fantasmas" suelen tener muy poca autoestima y suelen tratar a los dem�s de la misma manera que se tratan a s� mismos. Seres carentes de empat�a, con un mal manejo de su inteligencia emocional, si es que la tienen. Tienden a tratar a las personas como objetos de quita y pon. Por esta misma raz�n es ahora m�s que nunca cuando hemos de utilizar el autocuidado como t�cnica. La rabia y la frustraci�n que nos genera un ghosting la podemos utilizar para destruirnos, aun m�s. La rabia debe estar orientada a cuidarnos m�s, cultivarnos m�s, descansar m�s, divertirnos m�s y dejarnos cuidar m�s y mejor, como un reto personal, como una carrera sin fondo, sin elecci�n.
  9. Los porqu�s. Cuestionarnos los motivos por los que una persona que hizo ghosting es as�, es un suicidio en vida, es imposible. No hay mente emp�tica que pueda entender una mente psicop�tica. Ser psic�pata es escapar a la ley de lo obvio, es violar las normas y reglas b�sicas de convivencia por lo que preguntarnos las razones por las que han hecho ghosting es entrar en un bucle obsesivo sin salida. Los motivos por los que una persona se esfuma de esa forma son razones patol�gicas que no est�n al alcance de una persona que no est� formada en Ciencias de la Salud Mental. Entramos entonces en la aceptaci�n como una de las herramientas que nos permite protegernos de este efecto de abandono y trauma que produce. Aceptar a la persona que hace ghosting es asumir que hay personas que son y se conducen de manera muy diferente a la nuestra, que se alejan mucho de nuestros valores y tienen una �tica muy diferente a la que tenemos nosotros.
  10. �nimo de venganza. Tras un ghosting, pensamos que quiz� lo �nico que nos queda es vengarnos. Puede que aparezcan en nuestra mente millones de formas de revancha. Es un sentimiento l�gico. Pero la mayor y mejor forma de venganza es olvidarnos de que queremos hacerlo. Hemos de elaborar nuestra particular y �nica lista de valores o cualidades positivas que nos diferencian de todas aquellas personas de moral dudosa. Al haber estado con personas disfuncionales, nuestra personalidad ha podido verse contaminada. Volver a recordar nuestra escala de valores nos permite tomar perspectiva. Cuando un emp�tico hace un descarte o ghosting es una prueba de supervivencia, para poder cortar una relaci�n de peligro y apartarse definitivamente de esa persona da�ina. Es una manera de autocuidado y de amor propio. Es la se�al definitiva de que poner tierra de por medio es la �nica forma de finalizar el contacto con este tipo de trastornados emocionales que carecen de aptitudes m�nimas incluso para poder terminar una relaci�n sentimental de manera adulta.

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