Cinco a�os despu�s de los atentados yihadistas en Catalu�a, el soberanismo alienta la tesis de una mano negra del Estado tras los ataques, en contra de las sentencias en las que ha desembocado la investigaci�n policial.
El independentismo super� pronto la conmoci�n que generaron los ataques de agosto de 2017. Diez d�as despu�s, se convoc� en el centro de Barcelona una manifestaci�n a la que iba a asistir Felipe VI y en la que, para mantener la unidad frente al terror, no se inclu�an intervenciones pol�ticas. Eso, sin embargo, no impidi� que el secesionismo maniobrara para encauzar lo sucedido hacia sus objetivos pol�ticos.
Este mismo criterio sigue hoy en marcha. El ex abogado del entonces president Carles Puigdemont,Jaume Alonso-Cuevillas, mantiene viva judicialmente la tesis que culpa al Estado. El hoy diputado de Junts en el Parlament sostiene que se han ocultado los v�nculos del CNI con el l�der de la c�lula islamista, de cuya muerte certificada, adem�s, duda. Cuevillas tambi�n pide responsabilizar judicialmente al Gobierno por la supuesta dejadez en la supervisi�n de la venta de materiales susceptibles de usarse como explosivo.
Ni la primera sentencia de la Audiencia Nacional ni la que revis� los recursos estimaron esas tesis, pero el abogado-pol�tico, que representa a una de las familias afectadas, las ha vuelto a esgrimir en su anuncio de recurso ante el Tribunal Supremo.
Esa manifestaci�n unitaria del 26 de agosto de 2017 no s�lo sirvi� para rechazar los atentados, sino que fue usada por el independentismo como forma de despreciar a la monarqu�a y reclamar sus aspiraciones aprovechando que el foco medi�tico internacional estar�a puesto en Catalu�a.
La Asamblea Nacional Catalana (ANC) y �mnium Cultural movilizaron a sus voluntarios para distribuir rosas, pancartas contra Espa�a, contra la Monarqu�a y reclamando la �libertad para Catalu�a�. Tambi�n plagaron de esteladas el recorrido de la manifestaci�n.
Pese a que un centenar de entidades sociales y sindicatos, que iban en una segunda cabecera de la marcha, hab�an acordado un manifiesto con esl�ganes pol�ticamente neutros, tambi�n se vio una pancarta con el lema Vuestras pol�ticas, nuestras muertes con la foto del Rey, del monarca saud� o de ex pol�ticos como Jos� Mar�a Aznar,Tony Blair y George Bush.
Buscando el impacto internacional, la maquinaria publicitaria independentista incluy� carteles ingl�s contra el Gobierno de Mariano Rajoy y el Rey, a los que acusaban de vender armas, se les recordaba que Catalu�a era un �pa�s de paz� o se les instaba a hablar para iniciar la independencia.
Desde la Generalitat y las entidades y partidos soberanistas la presencia del Gobierno y el Rey se ve�a como un nuevo ataque contra Catalu�a en un momento en el que el desaf�o independentista tomaba aire de cara al enfrentamiento final en septiembre y octubre de 2017. El atentado hizo que muchos catalanes volvieran de sus vacaciones, por lo que el soberanismo mostr� de nuevo su alta capacidad de movilizaci�n para repudiar p�blicamente a los representantes del Estado.
�La gente ha silbado a los hip�critas�, declar� el entonces presidente de la ANC Jordi S�nchez, despu�s condenado por sedici�n. Mientras, Puigdemont afirmaba sobre los abucheos: �La libertad de expresi�n por encima de todo�.
La Generalitat us� los atentados para tensar todav�a m�s el desaf�o independentista. No s�lo encumbr� al entonces responsable de Mossos, Josep Llu�s Trapero -al que despu�s defenestraron cuando se supo que ten�a un plan para detener a Puigdemont el 1-O-, sino que se sac� pecho por la gesti�n de la emergencia. En ella se implicaron todos, aunque el Parlament excluy� de la medalla de honor a la Polic�a y la Guardia Civil.
El refer�ndum del 1 de octubre y la respuesta policial, pol�tica, judicial y social marcaron los siguientes meses en Catalu�a, en los que el atentado y la atenci�n a las v�ctimas pas� a un segundo plano. Los aniversarios posteriores estuvieron marcados por la tirantez entre autoridades pol�ticas catalanas y espa�olas, si bien la pandemia volvi� a poner en el foco a las v�ctimas y se intent� despolitizar el evento.
Cinco a�os despu�s, con el secesionismo dividido tras el fracaso de la Declaraci�n Unilateral de Independencia y con el Gobierno de Pedro S�nchez tendiendo puentes, al soberanismo m�s radical s�lo le interesan los atentados para seguir alimentando la teor�a de la conspiraci�n.
Varios colectivos independentistas y plataformas ciudadanas en las que hay familias de las v�ctimas han convocado para hoy una concentraci�n ante la sede de la Comisi�n Europea de Barcelona. Estado espa�ol y CNI, responsables es uno de los lemas. El Consell per la Rep�blica, que lidera Puigdemont, apoya esta concentraci�n para �conocer la verdad� sobre un asunto en el que �a�n quedan muchas preguntas sin respuesta�.
�El Estado, que cometi� omisiones graves en la protecci�n de la vida, ahora no quiere garantizar la verdad de los familiares de las v�ctimas�, sostiene el Consell. El �ltimo mensaje en las redes sociales del abogado y diputado Cuevillas va en esa misma l�nea. �Es evidente que no se ha querido investigar a fondo. �Por qu�?�, escribe.
Todo sucede pese a que la Justicia ha desmontado las teor�as conspirativas, afirmando que �no existe ni siquiera una m�nima prueba indiciaria de esa supuesta negligencia� del Estado. El propio Trapero desech� hace unos d�as en La Vanguardia que cualquier tipo de conspiraci�n. �La ayuda m�s leal que recibimos fue del CNI�, afirm� el mayor de los Mossos, en una posici�n diametralmente opuesta a la del secesionismo m�s radical.
Al independentismo le queda alimentar esta teor�a para recuperar la movilizaci�n de la ciudadan�a que consigui� hace cinco a�os. Desde entonces ha ido perdiendo apoyos con una poblaci�n cada vez m�s desencantada y desmotivada.
Conforme a los criterios de