Premios: 1 Oscar (más 3 nominaciones) Ver más
Entre el bien y el mal
Geoffrey Rush tiene edad suficiente como para asegurar que su éxito no es pasajero y que es dueño de una consolidada carrera. Su profesionalidad va ligada a una versatilidad que le permite encarnar el bien y el mal, además de la gama de grises que los separan.
No es joven ni guapo, algo poco habitual en la meca del cine. El estar lejos del típico galán le ha abierto las puertas de personajes oscuros, malvados e inquietantes, sin que por ello haya podido dejar de interpretar al “bueno” de la película. Es, por tanto, un buen ejemplo de profesionalidad y versatilidad. A esta imagen de “currito”, ayuda el hecho de que alcanzó la fama internacional con 45 años gracias a Shine, cuando ya tenía una extensa carrera detrás.
Nació en Toowoomba, Queensland (Australia) en 1951. Su interés por el teatro se materializó en 1971, cuando debutó con la compañía de su estado. En sus comienzos compatibilizó su labor como actor con sus estudios en filología inglesa. Tras licenciarse en 1975 viajó a París, donde estudió Mimo y Teatro del Gesto en la escuela de Jaques Lecoq. Con la experiencia europea a cuestas, Rush volvió a Australia donde cultivó su faceta como actor de teatro hasta acumular más de setenta obras y numerosos premios. Y es que en su carrera profesional, el teatro representa casi el doble de títulos que el cine, mundo en el que debutó en 1981 con un papel secundario en Hoodwink. A partir de entonces compaginó su trabajo en cine, televisión y teatro, aunque sin destacar en los dos primeros terrenos. En 1992 sufrió una crisis nerviosa que le mantuvo al margen del trabajo. Su vuelta al cine se produjo tres años después, justo unos meses antes de encontrarse con el papel que le abriría las puertas del Oscar y del Globo de Oro, el de David en Shine (1996). Era su primer protagonista en cine y Rush dio la talla interpretando a un pianista excepcional con graves problemas mentales. A partir de ese momento comenzó a alternar los personajes protagonistas con los secundarios, algo que ha sido muy habitual en su filmografía. Enseguida se hizo también palpable otra constante, su colección de personajes malvados. La primera ocasión de ser el antihéroe le llegó en Los miserables (1998), donde trajo de cabeza al personaje de Liam Neeson.
Con este título comenzó su andadura europea que se completó con coproducciones como Elizabeth (1998) o Shakespeare enamorado (1998), que le dio una nominación al Oscar. Su primera película completamente norteamericana fue Mistery Men (1999), donde demostró que podía ser algo más que malo, pues para la ocasión volvió a encarnar al villano, pero con grandes dosis de humor, pues se trataba de una parodia de las películas de superhéroes. Su carrera en Hollywood continuó con títulos como House on Haunted Hill (1999) y Quills (2000), otra buena dosis de personajes inquietantes ya que en el primero era un extravagante y sádico millonario, y en el segundo el Marqués de Sade, papel que le valió una nueva nominación al Oscar. Esta faceta oscura no pasó desapercibida en Hollywood, y fue elegido por Gore Verbinski para ser el malvado pirata Barbossa en la trilogía de Piratas del Caribe. Un personaje que a pesar de no aparecer en la segunda entrega –salvo al final y de manera gloriosa–, tiene mucha importancia en la historia que protagonizan Johnny Depp, Orlando Bloom y Keira Knightley. Rush se refiere a la evolución de su personaje en la serie y afirma que en Piratas del Caribe: En el fin del mundo (2006) la misión de Barbossa es “asegurar que la verdadera herencia romántica de los piratas se mantiene, y no desfallece ante el despiadado mundo empresarial de la Compañía de Comercio de las Indias Orientales”.
La dosis de papeles de malvado estaba cubierta, por lo que su siguiente trabajo vino de la mano de los hermanos Coen en la comedia Crueldad intolerable (2003), aunque su personaje no fuera precisamente un angelito. Sin embargo, con Llámame Peter (2004) sí que se alejó por completo del “lado oscuro”. Este drama biográfico sobre el actor de comedia Peter Sellers le valió un Emmy, pues se trataba de un proyecto para televisión. Y es que su buen hacer tanto sobre el escenario, como delante de las cámaras, ha sido reconocido de múltiples maneras. Valga como una de ellas, que el rey Midas de Hollywood, Steven Spielberg, le escogiera como secundario para Munich (2005). Actualmente espera el estreno de Elizabeth: la edad de oro, en la que ha repetido con el director Shekhar Kapur y con Cate Blanchett, como ocurrió en Elizabeth. El actor interpreta al fiel consejero de la reina inglesa, por lo que, salvo desde el punto de vista español –enemigo inglés por aquellos años–, se pude interpretar como bueno a su personaje. Y es que no es tan fiero el león como lo pintan, y eso es gracias a la versatilidad del que le da vida. Pues el buen hacer de Rush es lo que le ha llevado a ser reconocido y valorado tanto por el público como por el gremio. Con este panorama tan reconfortante no puede por menos que llevar una vida tranquila en Melbourne (Australia), donde comparte sus días con su mujer Jane Menelaus y sus hijos Angelica y James, de 15 y 12 años. Y es que en su familia también se muestra excepcional, pues no es frecuente en el mundillo que los matrimonios duren 19 años, como es el caso del de Geoffrey y Jane, quien también es actriz.
Premios
Nominado a 1 premio
- Actor de reparto El discurso del rey
Nominado a 1 premio
- Actor de reparto Shakespeare enamorado
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Filmografía
Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra
2003 | Pirates Of The Caribbean: The Curse Of The Black Pearl