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La cautivadora belleza de la actriz Gene Tierney fue alabada por el mismísimo Darryl F. Zanuck, presidente de la 20th Century Fox, quien la definió como "incuestionablemente la mujer más bella de la historia del cine". Nacida en una familia acomodada instalada en Connecticut, Tierney recibió su educación a caballo entre algunos de los colegios más prestigiosos de Estados Unidos y un internado en Suiza. Su encuentro con el mundo del cine fue casi accidental, cuando durante un viaje turístico en compañía de su familia a los grandes estudios de Hollywood en Los Ángeles, llamó la atención del director Anatole Litvak, quien se dirigió a ella para sugerirle que “debería aparecer en películas”.
Sin embargo, la vida de Tierney estuvo marcada por la tragedia. El éxito le llegó de manera precoz a la edad de 20 años, cuando apareció en su primera película, ‘La venganza de Frank James’ (Fritz Lang, 1940). Ella quedó horrorizada con el tono de voz que tenía en el filme, definiéndolo como la voz de “una Minnie Mouse enfadada”. Alguien la sugirió comenzar a fumar para agravar su timbre y ella probó esta fórmula, lo que la hizo desarrollar una fuerte adicción al tabaco que sin duda acabó dando lugar años más tarde al enfisema pulmonar que la llevó a la tumba. Las pretensiones contractuales de Gene Tierney, entre las que se encontraba cobrar cinco veces más que el resto de actrices debutantes, fueron bien recibidas por Zanuck, quien había quedado prendado de su belleza tras verla actuar poco tiempo antes en Broadway.
A pesar de su éxito en la gran pantalla, su vida personal comenzó a tambalearse cuando inició su romance con el diseñador de vestuario Oleg Cassini, quien más tarde sería conocido por ser el estilista de Grace Kelly y Jackie Kennedy. Este fue el comienzo de graves disputas entre Gene Tierney y su padre, quien se oponía fervientemente a la relación entre ambos y que finalmente acabó con la fuga y el matrimonio en Las Vegas por parte de la actriz y el diseñador. A causa de esta discusión, Tierney tuvo conocimiento de la relación extramatrimonial que su padre mantenía con la mejor amiga de su madre, lo que derivó en sus primeros problemas de salud mental.
Pero sin duda, el revés más fuerte que sufrió la actriz tuvo lugar durante los años de la Segunda Guerra Mundial, cuando estaba embarazada de su primera hija. Tierney participó en un acto para la recolección de fondos para la guerra, donde contrajo la rubeola cuando unos fans infectados se saltaron la cuarentena para poder acercarse a saludar a su actriz favorita. La enfermedad provocó un gran impacto en el feto y tras el nacimiento, se detectó que el bebé padecía de sordera, ceguera y una discapacidad mental. La actriz escribió en ‘Autorretrato’, su propia autobiografía, que “después de aquello, dejó de importarme el volver a ser la actriz preferida de nadie”.
Se dice que Agatha Christie se basó en lo acontecido para escribir su novela ‘El espejo roto’. Este suceso le sumió en una profunda depresión de la que jamás llegó a recuperarse. A pesar de los desafíos, Tierney brilló en la pantalla con películas inolvidables como ‘Laura’ (1944), ‘Que el cielo la juzgue’ (1946), por la que recibió su única nominación al Oscar en la categoría de Mejor actriz, o ‘El fantasma y la señora Muir’ (1947). Su estilo interpretativo, contenido y lejos de la sobreactuación, la distinguía de otras actrices del Hollywood clásico.
Tras su ruptura con Oleg Cassini, la vida de Gene Tierney destacó por los desengaños amorosos que sufrió: desde su breve relación con el entonces senador John F. Kennedy, quien rompió con ella precipitadamente alegando que una relación con una actriz divorciada no le ayudaría en su carrera política, hasta su romance con el príncipe Ali Khan. Estos incidentes contribuyeron a su estado de crisis profunda. El carácter triste y ausente de la actriz derivó en serios problemas de concentración, lo que le hizo renunciar a su papel en ‘Mogambo’ (1953), rol que finalmente sería interpretado por Grace Kelly. En 1957, a los 36 años, estuvo a punto de suicidarse saltando desde la ventana de un duodécimo piso en el apartamento de su madre en Nueva York. Después de más de 20 minutos mirando al vacío desde la cornisa del edificio, reconsideró su intención.
Tras este incidente, la actuación quedó en un segundo plano. Tierney no era capaz de memorizar sus diálogos y atravesaba graves episodios de tristeza, en los que se pasaba largas horas sentada en una silla observando fijamente la pared sin decir ni una palabra. Fue internada en dos instituciones mentales diferentes, donde se le administraron alrededor de 30 brutales terapias de electroshock que desembocaron en una amnesia persistente. Aunque muchos se sorprendieron por su aparente recuperación, Tierney comentaba que "es difícil estar deprimida por algo que ni siquiera recuerdas."
Su matrimonio con el magnate W. Howard Lee marcó un periodo de estabilidad, permitiéndole regresar a Hollywood tras 7 años de parón para filmar 'Tempestad sobre Washington' (1962) junto a su amigo, el director Otto Preminger. Aunque logró controlar su salud, las recaídas ocasionales con la depresión persistieron, provocándole alucinaciones esporádicas que finalmente la alejaron del mundo cinematográfico en 1964.
