La mirada azulada de Gary Cooper se refleja en la de su �nica hija, Mar�a Cooper Janis (83), casada desde 1966 con el prestigioso pianista y compositor Byron Janis (93). Cuando todas las jovencitas en edad casadera ansiaban que sus padres les acompa�ara hasta el altar, para esta pintora y curadora del legado de la gran estrella de Hollywood el sue�o qued� truncado. Fue un 13 de mayo de 1961 (este jueves se cumplen seis d�cadas) cuando Gary Cooper falleci� a los 60 a�os.
Fue un gal�n que pertenec�a a la aristocracia hollywoodiense pero, por encima de todo, un gran ser humano dispuesto a ayudar a los m�s vulnerables. Como record� para LOC su hija, "era un caballero muy gentil que siempre trataba por igual a todo el mundo, ya que le daba igual que fueras el chico que arreglaba las bicicletas o la reina de Inglaterra". Algo que nunca cambiaba fue su elegante estilo a la hora de vestir, que le convirti� en uno de los referentes de la moda por antonomasia debido a sus camisas a medida de Turnbull and Asser, trajes que le sentaban con una segunda piel de Savile Row, zapatos de John Lobb's o sombreros de James Lock's.
Hizo historia por aparecer en 'Alas', el primer filme en ganar el Oscar a la mejor pel�cula, una estatuilla que previamente hab�a dise�ado en una servilleta Cedric Gibbons, t�o materno de su esposa Veronica Balfe -dama de la alta sociedad neoyorquina-, a quien le fue infiel en diferentes ocasiones y, especialmente, con Patricia Neal, mientras rodaban 'El manantial' (1949), donde se qued� embarazada y tuvo que abortar para evitar el esc�ndalo. Ella siempre se arrepinti� de aquella decisi�n que le cost� la enemistad durante a�os con Maria, con quien por fin se reconcili� tras sufrir una serie de apoplej�as y lesiones cerebrales que le obligaron a aprender a caminar y hablar nuevamente.
Aquel suceso provoc� que su matrimonio se resintiera y que la pareja viviera en lugares separados. En cuestiones de amor, seg�n diferentes publicaciones de la �poca fue un tremendo lig�n ya entre sus amantes se encontraban Marlene Dietrich, Clara Bow, Lupe V�lez o Carole Lombard.
Amigo de todo el mundo
Apodado cari�osamente Coop, el actor fue �ntimo de James Stewart, a quien le present� al amor de su vida, Gloria, y quien recogi� el tercer Oscar de Cooper porque este estaba ya muy enfermo de c�ncer. Desde su apartamento en Park Avenue (Nueva York), Maria destaca que "pap� era muy familiar, hac�amos muchas barbacoas los domingos, me ense�� a montar en bicicleta, a practicar boxeo, �bamos a esquiar..." y en su mansi�n, junto al piano, era normal que vinieran a cantar otros grandes amigos como Judy Garland o Frank Sinatra. En plena era dorada protagoniz� 'La octava mujer de Barba Azul' (1938), 'Bola de fuego' (1941), '�Por qui�n doblan las campanas?' (1943) junto a su amiga Ingrid Bergman -cuya primog�nita, Pia Lindstr�m, es como una hermana para Maria- o 'Solo ante el peligro' (1952).
No hay que olvidarse de 'Veracruz' (1954), que supuso un gran espaldarazo para la carrera internacional de Sara Montiel. En el libro 'Gary Cooper, el h�roe americano', el autor comentaba que durante el rodaje Sarita no se lavaba. "�Eso es mentira! �Qui�n ha inventado esto?" confes� a quien escribe estas l�neas poco antes de su fallecimiento en 2013. A continuaci�n, la actriz revivi� una an�cdota: "Cuando vino a Madrid [inauguraci�n del hotel Castellana Hilton] pregunt� a todos: '�D�nde est� mi Montielita?'".
El v�nculo de Cooper con Espa�a no se quedaba ah�. Ten�a una �ntima amistad con Picasso, a quien visitaba con frecuencia en su residencia La Californie en Cannes. Fue tal el cari�o que ten�a el artista malague�o por el actor que a su hija sol�a mandarle postales y fotos dibujadas y firmadas que a�n atesora encima de uno de los dos pianos de su sal�n neoyorquino. Gary Cooper jam�s olvid� sus or�genes. Empez� cobrando 20 d�lares por pel�cula y tres d�cadas despu�s le pagaron 500.000 d�lares m�s un 10% de la recaudaci�n por 'Veracruz. Gracias' al dinero ganado se compr� uno de los modelos Duesenberg SSJ de 1935, que fue subastado hace tres a�os por 22 millones de d�lares, por lo que se convirti� en el coche americano m�s caro de la historia.
Conforme a los criterios de