Embajador de Francia: Boric y Macron son jóvenes
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Embajador de Francia: "Boric y Macron son jóvenes y eso ayuda en la buena onda entre dos gobiernos"

Miércoles 01 mayo de 2024 | 06:00

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Rafael Carneiro

Jean-Baptist Chauvin se quedó poco más de tres meses en Chile, acumulando las funciones de embajador y de encargado de negocios de Francia. Pero, en el corto período logró tejer relaciones con el país sudamericano y promover una agenda relacionada, sobre todo, al medio ambiente, con énfasis en temas como hidrógeno verde y fondos marinos. Chauvin conversó con BBCL Investiga sobre los intereses de Francia en Chile y la buena relación entre los dos países. "Chile no es un país cualquiera para nosotros", aseguró.

A partir de este jueves, subir el cerro San Cristóbal en bicicleta o en teleférico para poder admirar Santiago desde la cima no estará más entre las actividades de Jean-Baptist Chauvin. El embajador de Francia y encargado de negocios de la misión diplomática dejará el puesto esta semana. Llevará consigo los pocos más de tres meses en el que estuvo en Chile y todas las relaciones que logró tejer con el país a lo largo de este corto período.

Nacido en 1957, Chauvin es licenciado en Administración Pública, promoción “Antoine de Saint-Exupéry”, y cursó un magíster en literatura moderna. Trabajó como encargado del seguimiento de las Organizaciones Internacionales en la Dirección de las Naciones Unidas y de las Organizaciones Internaciones, como cónsul adjunto en Toronto (Canadá) entre 1997 y 1999, y fue embajador de su país en Ecuador entre 2016 y 2021.

Pocos días antes de dejar Chile, Chauvin recibió a BBCL Investiga en su residencia ubicada en la comuna de Providencia. El embajador habló con exclusividad sobre las relaciones políticas con el gobierno de Gabriel Boric, las inversiones de empresas francesas en el país, y sobre los intereses en Chile en lo que se refiere a hidrógeno verde.

“Hay que trabajar en zonas donde la producción energética permitirá que la producción del hidrógeno verde sea la mejor y Chile tiene la particularidad de tener dos hot spots“, sostuvo el embajador.

Aún en el área de medio ambiente, Chauvin también hizo un balance sobre el BlueTalk, realizado en la Universidad Católica de Valparaíso en la segunda quincena de abril, y que tuvo como enfoque la protección marítima. El evento fue organizado por la embajada francesa junto con la de Costa Rica y contó con el apoyo de la institución de enseñanza superior.

Protección de océanos e hidrógeno verde

— El pasado miércoles 24 de abril fue realizado en Valparaíso el “BlueTalk”, un evento donde se debatió la protección de los océanos. ¿Cuál fue el balance del evento?

La idea era visibilizar los temas que van a estar en la agenda de la UNOC, la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos, organizada por nuestros dos países (Costa Rica y Francia) en dos etapas. Primero, un evento de alto nivel en junio, en San José, y después, la conferencia con los jefes de Estado en junio de 2025. Entonces, queríamos entablar un diálogo con la sociedad civil, con todas las partes interesadas, pero empezando con la academia, los profesionales y la administración para ver aquí en Chile cómo se presentan los temas que van a estar en la agenda y con un enfoque en las tecnologías del mar. Tuvimos una muy buena acogida, con un auditorio lleno, de 130 personas, más una sala que tuvieron que adaptar para los que no pudieron entrar.

Estuvieron presentes también representantes de la industria pesquera, de la administración de la Armada y también un representante de la INRIA (Instituto Francés de Investigación en Ciencias y Tecnologías Digitales), quien nos habló de un proyecto que se llama OceanIA, que permite entender a través de la modelización los impactos de los vientos, de las mareas, del plancton como fuente importantísima del oxígeno. Con el apoyo de una nave que se llama Tara, que es un buque escuela oceanográfico, ellos realizaron tomas desde Europa hacia el Cabo de Hornos para ver cómo se modifican, cuáles son los cambios, cuáles son los modelos para este tipo de interacción del océano. El tema de la inteligencia artificial viene muy fuerte en lo que concierne los océanos.

— ¿Cómo ha sido la colaboración de Francia con Chile respecto a la protección de los océanos?

Tenemos muchos acercamientos y muchas líneas comunes. Un ejemplo es el tratado de BBNJ, que es el tratado sobre la biodiversidad en alta mar. Ayer se aprobó, hoy estamos en ratificación y mañana estaremos en su implementación. Saludamos y felicitamos a Chile por su papel y por ser el segundo país en ratificar el acuerdo. Adentro de BBNJ, tenemos la protección de las áreas marinas y existe más o menos el mismo nivel de protección entre Francia y Chile, con más del 30% y tenemos ambiciones. Usted sabe que Francia es un país marítimo por la historia y por la geografía. Somos presentes en todos los océanos y tenemos las Tierras Australes y Antárticas francesas. Ahí hemos creado una gran área protegida de más de un millón de kilómetros cuadrados. Otro tema que es muy importante es los fondos marinos, donde queremos que se haga una moratoria para que sea explotado.

Además, existe el tratado plástico, donde somos los dos países miembros de la coalición que quiere que este sea aprobado este año. Estamos en la penúltima fase y queremos que el acuerto permita abordar la contaminación por plástico en todos sus ciclos de vida.

— ¿Cuáles han sido los obstáculos en ese trabajo de protección de los océanos?

La tarea es inmensa. El mar, el fondo del mar, todavía es desconocido. En el siglo 21 es algo que llama la atención. Sabemos poco. Y se hizo poco también a nivel internacional. Partimos de esa idea de la libertad del mar, de circulación y de todo. Y entonces, el marco internacional empezó en el año 1982 con la finalidad de regular, con la convención sobre el derecho al mar de Montego Bay. Es muy reciente. Y si pensamos en la BBNJ, es algo que se empezó a negociar hace 15 años y solamente se aprobó el año pasado. Lo del plástico, es una tarea gigante y urgente. Bueno, estamos en esto.

Entonces, yo creo que una de las tareas de los gobiernos es, primero, planificar lo que hay que hacer y, después, lograr acuerdos en materias donde sabemos que existen muchos temas a enfrentarse. Porque hay temas económicos, sociales, de preservación de los océanos y del planeta. La idea francesa es trabajar en estos tres ejes.

— Uno de los principales intereses del gobierno francés en Chile es el hidrógeno verde. ¿Por qué existe este gran interés por parte de Francia?

Porque es una fuente del futuro, de energía limpia, que va a complementar las demás. La solar, la eólica… En el caso francés, la energía nuclear. Para tener un mix energético que nos permita alcanzar el objetivo de carbono neutralidad en 2050. Entonces, si partimos desde este punto, tenemos que ver dónde se consigue hidrógeno verde de la manera más barata porque ahí está la clave. El hidrógeno verde en las circunstancias económicas actuales cuesta demasiado para ser rentable. Así que hay que trabajar en zonas donde la producción energética permitirá que la producción del hidrógeno verde sea la mejor y Chile tiene la particularidad de tener dos hot spots. Tenemos la zona de Magallanes con la energía eólica y la zona de Antofagasta con la solar, donde el nivel de radiación, según los científicos, es uno de los mejores en el mundo. Además, conecta muy bien con algunas actividades económicas que necesitan mejorar su huella de carbono, como la minería.

— ¿Cómo está ese trabajo? ¿Cree que ha tenido un buen avance esa relación Chile-Francia en el tema del hidrógeno verde?

Creo que sí. Primero, hemos firmado hace más de dos años una declaración común sobre el hidrógeno verde. Y dos años después hemos creado un grupo de trabajo sobre el tema y que está funcionando muy bien. Estamos trabajando juntos en los temas, desde la regulación hasta la explotación. Estamos atentos también a los casos extranjeros donde podemos tener buenas prácticas y todos eso.

Entonces, está todo bien encaminado y creo que con mucho interés de ambos lados. Desde Francia, eso viene con inversiones que pueden ser importantes porque ahí sí se interesan y son presentes las grandes empresas francesas del sector, como Air Liquide u otras que estén interesadas.

Jean-Baptist Chauvin, embajador y encargado de negocios de Francia en Chile
Rafael Carneiro

— Cuando el presidente Gabriel Boric estuvo con el presidente Emmanuel Macron en París, uno de los acuerdos firmados se refiere a un nuevo diálogo sobre transición energética, hidrógeno verde y asuntos antárticos. ¿Qué son estos “asuntos antárticos”?

Nosotros somos dos países de la Antártica. No estamos en el mismo lado, pero respetamos mucho el tratado que se realizó en los años 50 sobre la Antártica y que tendrá que ser renovado en algún momento. Con Chile también estamos conscientes de los alcances de la problemática de la región y que ahora atrae mucho la atención de los turistas y eso se tiene que regular desde ya.

Los dos países tienen bases en la Antártica y hay una labor conjunta entre los científicos para ver los efectos del deshielo. Existe también la conservación biomarina y para Francia eso cabe en nuestra estrategia que hemos definido para los polos adoptada hace un año y ella tiene su vertiente geopolítica. Además, existen las problemáticas científicas de conservación, que son impactantes y que se relacionan también con la zona indopacífica, en la cual tenemos un gran interés como país.

“Chile no es un país cualquiera”

— De manera lenta, la economía chilena volvió a crecer tras algunos años de crisis. ¿Cómo usted ha visto el interés de los pequeños y grandes empresarios franceses en el país actualmente?

Es un interés fuerte y de larga data. Chile es un país muy lejos de Francia, pero es el tercer socio en América Latina a nivel económico. De los intercambios comerciales y de las inversiones. Así que no es un país cualquiera para nosotros. Somos los dos miembros de la OCDE y eso nos permite tener muchas visitas de ministros del gobierno. Y hay muchos grupos de trabajo dentro de la OCDE que permiten avanzar sobre la regulación del comercio internacional, economías libres. Tenemos un acuerdo de libre comercio y un acuerdo de asociación entre la Unión Europea y Chile. Este acuerdo ha agregado al marco anterior lo de la COP21, por ejemplo, respecto al acuerdo sobre el cambio climático, temas de protección del medio ambiente, de las causas sociales, lo que me parece importante.

— ¿Pero el interés francés en Chile ha aumentado?

Veo muchas inversiones francesas últimamente, no sé cuándo empezaron, pero le puedo dar dos ejemplos recientes: la inauguración en Calama del campo de almacenamiento de energía eléctrica por baterías más grande de América Latina, por Engie. Y creo que es una inversión de, si no me equivoco, 200 millones de dólares. Es algo importante. También se inauguró hace pocos días un radar para la aviación civil de Thales. Es el primer radar en el mundo totalmente con energía solar. Estas son muestras del interés de las grandes empresas en los temas relacionados con la transición energética. Además, estamos presentes en muchos servicios a la comunidad: agua, electricidad, transporte, transporte urbano.

Hay muchas compañías, de hecho. La mayoría de las grandes empresas francesas están representadas aquí, entre 35 y las 40 más grandes cotizadas en la bolsa de París. Y las empresas no vienen por poco tiempo. Thales, por ejemplo, lleva 55 años, Airbus acaba de celebrar sus 25 años aquí. Airbus es europea, pero con mucha presencia en Francia. En Toulouse y en otras ciudades. Y es un ejemplo de lo que podemos hacer a nivel europeo para un país como Chile.

— ¿Alguna gran empresa francesa llegará a Chile en los próximos meses? ¿Usted nos podría adelantar esa información?

En estos casos, las empresas adelantan ellas mismas.

— ¿Pero hay?

Hay mucho interés y, bueno, me gusta más hablar de las cosas que se realizaron, de las que tenemos en mira. Pero sí, tenemos una mirada muy abierta y muy positiva sobre el país.

— Los puertos de Perú han registrado últimamente un gran aumento en el movimiento de cargas. Las inversiones en los puertos de Chancay y Callao podrán posicionar el país como un hub portuario regional, incluso. Respecto al comercio marítimo con Francia, ¿Chile podrá perder espacio para Perú?

Por el momento, creo que Chile se ha beneficiado de los problemas que tuvimos con el canal de Panamá en los últimos meses y que muestran que tener varias rutas es importante. Y claro, que el panorama de los grandes puertos cambia. Usted menciona el puerto de Chancay. Estuve en Ecuador hace un par de años y allá también tenían grandes puertos que se ampliaban para trabajar con los buques, los supercontenedores. Yo también he visto esto en Costa Rica, es un fenómeno mundial. Bueno, claro que los países tienen que tomarlos en cuenta. Lo importante es que el comercio marítimo está aumentando, es un comercio del futuro. Y Francia también tiene ahí grandes actores. Tenemos puertos que compiten con los puertos de los países vecinos. Hay que adaptar su oferta a las nuevas condiciones.

— Entonces usted no cree en una interferencia en el comercio entre Francia y Chile a pesar de este crecimiento peruano…

Entre Francia y Chile, no lo sé. Hay que preguntar a las empresas navieras cuáles son sus planes en esto. Pero sé que somos un gran consumidor de cobre chileno y, francamente, el puerto de salida del cobre para nosotros es Antofagasta. Lo que le puedo decir es que el 60% de nuestras importaciones desde Chile viene del cobre. Así que para nosotros la vía marítima es muy importante.

— El presidente Emmanuel Macron se ha acercado mucho a gobiernos de izquierda o centroizquierda en Sudamérica, como el de Brasil. ¿Cómo usted ve la relación de Macron con el presidente Gabriel Boric?

Los dos presidentes estuvieron en el año 2022, creo, en un primer evento juntos y después el presidente Boric vino a Francia en visita oficial en julio del año pasado. Hubo antes una visita de nuestro ministro de Comercio Exterior en mayo. Bueno, todo eso fue una secuencia buena para reforzar nuestras relaciones. Claramente son dos hombres jóvenes y eso, me imagino, ayuda en la buena onda que puede haber entre dos personas humanas y dos gobiernos que se alinean en muchos temas. Los temas de la agenda multilateral para nosotros son claves como miembro permanente del Consejo de Seguridad y tomamos mucho en cuenta los intereses y los puntos de vista de Chile. Ellos han sido muy importantes en lo que se refiere a los derechos humanos, de la transición ecológica, los tratados que hemos visto. En el caso de Ucrania, tenemos también la misma posición de apoyo firme. Nosotros tenemos una relación de Estado con Chile, pero claro que eso también se nutre de las relaciones personales.

— El gobierno francés promulgó en el inicio del año la nueva ley de inmigración. ¿Cree usted que Chile, que también tiene problemas con migrantes ilegales, debería tomar como modelo la legislación francesa?

Cada situación es singular en materia de migración. Hay buenas prácticas. Nosotros queremos regular la migración, tener un diálogo con los países emisores y por ello tenemos que luchar contra la migración irregular. Sabemos que un país como Francia y como todos los países de Europa necesitamos el aporte de los migrantes. Eso es innegable. Pero también tenemos que fijar reglas que sean compatibles con nuestras capacidades de acogida y con lo que dictan nuestros compromisos internacionales en materia de respecto del asilo y de los derechos humanos.

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