La peculiar fórmula del éxito de Frank Schmidt - Panenka
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La peculiar fórmula del éxito de Frank Schmidt

El 1. FC Heidenheim se mantiene firme en su primera temporada en la Bundesliga, tras cuatro ascensos en 16 años. El mayor culpable es su extraordinario técnico

Frank Schmidt

A medio camino entre Múnich y Stuttgart, en el sur de Alemania, se encuentra Heidenheim. Una típica ciudad germana de provincias: parques rebosantes de verde, un río, calles de adoquines. Algunas casas parecen sacadas de un cuento de los hermanos Grimm y un castillo las preside. Una localidad industrial de 50.000 habitantes, donde el generador de empleo más importante es la empresa tecnológica Voith. La misma que da nombre a una de las máximas atracciones de la ciudad en los últimos años: el Voith-Arena del 1. FC Heidenheim. En él caben hasta 15.000 personas, y últimamente es habitual verlo repleto.

El 28 de mayo de 2023, el club ascendió por primera vez a la Bundesliga. Por los pelos. En el último partido de la temporada, contra el Jahn Regensburg, se decidía si los de Baden-Württemberg lograrían el campeonato y el ascenso. Pasados los 90 minutos de juego, iban perdiendo por 2-1, y con ese resultado permanecerían en la categoría de plata pese a una gran temporada. Quedaba el descuento: once minutos. Un penalti de Jan-Niklas Beste en el 90+3’: 2-2. En el 90+9’, gol del ariete Tim Kleindienst y victoria. Delirio y euforia entre los jugadores y en la grada.

Los futbolistas irrumpieron en la rueda de prensa posterior al partido de la remontada vaciando botellines de cerveza alemana sobre la cabeza de su entrenador, Frank Schmidt. En vez de sumarse al júbilo, Schmidt permaneció inmóvil y con una expresión ligeramente irritada, esperando a que pasara la fiesta improvisada. Ahí, empapado de pies a cabeza y recién admitido a la máxima categoría del fútbol alemán, se disculpó con los periodistas y con el Jahn Regensburg, que descendía a tercera división.

Aquel año, el técnico culminó la obra que comenzó en 2007. Schmidt, nacido en la propia ciudad, lleva más de 16 años entrenando al Heidenheim. Es decir, aproximadamente un tercio de su vida. En su primera temporada llevó al club a la cuarta categoría, la Regionalliga. Tan solo un año después ascendieron a la 3. Liga, y en la temporada 2013-14 se hicieron un hueco en segunda división. Esta temporada, debutando en la Bundesliga, el Heidenheim era uno de los favoritos a ser relegado. Sin embargo, el equipo se hace valer en cualquier escenario. Van undécimos, con suficiente margen respecto a los colistas y plantando cara a gigantes como el Borussia Dortmund, que no ha pasado del empate contra los novatos ni en la primera ni en la segunda vuelta. De momento, no ha habido categoría capaz de doblegar a Schmidt. ¿Su fórmula del éxito? Actitud positiva, jugadores combativos y no tomarse el fútbol demasiado en serio.

 

Los futbolistas irrumpieron en la rueda de prensa posterior al partido de la remontada vaciando botellines de cerveza sobre su entrenador. En vez de sumarse al júbilo, Schmidt permaneció inmóvil y con una expresión irritada

 

El técnico tiene unas expectativas muy claras respecto a los jugadores que quiere ver sobre el terreno de juego. El perfil futbolístico importa, pero la clave son las características psicológicas. Le gusta conocer a fondo a los suyos. No solo se fija en cómo juegan, sino en cómo piensan, cómo abordan las adversidades y en qué contextos brillan más. Su longevidad facilita la integración de los futbolistas y la conexión con el entrenador, ya que tienen la seguridad de que su fórmula ha funcionado en el pasado y que probablemente seguirá estando al mando en el futuro. En un fútbol que consume y reemplaza sin pausa, Schmidt es uno de los pocos que se mantienen. De hecho, su contrato con el FC Heidenheim nunca ha caducado. Siempre lo ha renovado antes de la fecha límite.

Este Heidenheim no se entiende sin Schmidt, pero el técnico siempre intenta relativizar la importancia de su labor. “Yo no necesito descansar, tampoco mentalmente. El fútbol no me supone una carga. A veces, mis hijos y mi mujer me cuentan lo que viven en el hospital donde trabajan. Las cosas que ocurren ahí diariamente. Entonces pienso: ‘¡Madre mía, qué suerte tienes!’”, reflexionó en una entrevista con el diario alemán Frankfurter Allgemeine. Su vida no depende del balompié, y cuando abandone los banquillos quiere abrir un bar de tapas junto a un amigo.

Aparte de la mentalidad combativa que les empujó a remontar aquel partido en Regensburg, el Heidenheim ha desarrollado un estilo de juego marcado por la intensidad. Es el conjunto con el menor porcentaje de posesión de toda la Bundesliga. Sin embargo, es el que más esprints realiza en el campeonato, y el que más distancia recorre, después del Union Berlin. No les importa tener que correr como posesos. Si ha funcionado hasta ahora, ¿por qué no debería funcionar también en la categoría de oro? “Ningún jugador del 1. FC Heidenheim debe actuar por idiotez, vagancia o comodidad”, sentenció el míster en Augsburger Allgemeine.

 

“No necesito descansar. El fútbol no me supone una carga. Mis hijos y mi mujer me cuentan lo que viven en el hospital donde trabajan. Entonces pienso: ‘¡Madre mía, qué suerte tienes!’”

 

Además, una parte importante del éxito del conjunto alemán se debe a la calidad de sus acciones a balón parado, ejecutadas generalmente por el extremo Jan-Niklas Beste. Beste, que llegó al club en verano del 2022, es el máximo goleador y asistente de la presente temporada y el modelo de jugador que quiere Frank Schmidt. “No necesito a nadie con 250 partidos de Bundesliga que venga aquí a jugar sus dos últimos años. Necesito futbolistas con ambición. No tienen que haber demostrado que saben jugar en la Bundesliga, explicó a Frankfurter Allgemeine. Beste se formó en el Dortmund, aunque no llegó a incorporarse al primer equipo. También militó en las filas del Werder Bremen, pero se marchó sin debutar en la categoría de oro. Finalmente, con 25 años, ha podido probar la miel de primera división gracias al Heidenheim, y lo está bordando.

Esta temporada, el club de la pequeña localidad del sur de Alemania prácticamente ha triplicado su número de socios. Cuatro ascensos en 16 años. No me imagino a Frank Schmidt sirviendo tapas, pero si él se lo propone, seguramente lo cumplirá.

 


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Fotografía de Getty Images.